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Daniel 12:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Y tú, Daniel, no digas nada de esto a nadie. Mantén cerrado el libro hasta que llegue la hora final, pues muchos estarán inquietos queriendo saber más.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pero tú, Daniel, mantén en secreto esta profecía; sella el libro hasta el tiempo del fin, cuando muchos correrán de aquí para allá y el conocimiento aumentará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras, que sean como un libro sellado hasta el momento del fin; muchos buscaránS por aquí y por allá y la maldad irá en aumento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el rollo hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia será aumentada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 'Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos lo estudiarán y aumentarán su conocimiento.'

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Daniel 12:4
25 Referans Kwoze  

En mi monte santo de Jerusalén no habrá nadie que haga daño porque en aquel día todos conocerán a Dios, y ese conocimiento llenará todo el país, así como el agua llena el mar.


Las visiones que reciben de Dios no pueden entenderlas; es como si quisieran leer el texto de un libro cerrado. Si se da ese libro a quienes saben leer, dirán: «No podemos leerlo, porque el libro está cerrado».


Ese día Dios sanará vuestras heridas, porque vosotros sois su pueblo. La luz de la luna será tan brillante como la del sol, y el sol brillará siete veces más.


Estarán siempre vigilantes y escucharán con atención;


Entonces Isaías dijo a sus discípulos: —Mantened en secreto mis mensajes y las enseñanzas que os he dado.


Id por las calles de Jerusalén; mirad bien por las plazas y buscad a una sola persona buena, que haga justicia y diga la verdad. Si la encontráis, entonces yo perdonaré a la ciudad.


Cuando Ciro llevaba ya tres años como rey de Persia, Daniel, llamado también Baltasar, tuvo una visión de una gran guerra. La visión era difícil de entender, pero Daniel se propuso entenderla, y consiguió comprender su mensaje. Durante tres semanas, yo Daniel, estuve muy triste. No comí carne ni tomé vino, ni probé nada de lo que me gustaba ni me puse ningún perfume hasta que pasaron las tres semanas.


En mi lucha contra ellos, solo cuento con la ayuda de Miguel, que es el ángel que protege a Israel. Ahora yo te voy a explicar lo que está escrito en el Libro de la Verdad.


Los sabios del pueblo enseñarán a mucha gente a mantenerse fieles a Dios, aunque serán perseguidos. A unos los matarán, a otros los quemarán, y a otros les robarán todas sus pertenencias. Muchos de ellos serán llevados como esclavos a otros países. Mientras esto suceda, no les faltará un poco de ayuda, aunque muchos se unirán a ellos solo por conveniencia. Todo esto sucederá como preparación para que puedan resistir mejor otras pruebas y quedar purificados hasta que llegue el momento final señalado por Dios para el que aún falta algún tiempo.


Cuando llegue el momento final, el rey del sur atacará al rey del norte, pero este responderá a los ataques. Saldrá contra él con carros de guerra, con todo un ejército montado a caballo y apoyado por muchos barcos. Caerá sobre el país y lo arrasará como si se tratara de una inundación.


Y tú, Daniel, vive tranquilo hasta el día de tu muerte. Cuando llegue el final de los tiempos, te levantarás de entre los muertos para recibir tu premio.


Yo, Daniel, vi también a otros dos hombres. Uno de ellos estaba en una de las orillas del río, y el otro estaba en la orilla opuesta.


Y me contestó: —A ti, Daniel, te toca llevar una vida normal. Nadie debe saber nada de todo esto hasta que llegue la hora final.


Cuando Gabriel se me acercó, yo me asusté tanto que caí al suelo. Pero él me dijo: —Lo que has visto, se hará realidad cuando llegue el fin del mundo.


Luego me dijo: —Ahora voy a decirte lo que pasará cuando llegue el tiempo de la ira de Dios que ya tiene fijado el fin del mundo.


Ya te he explicado lo que viste acerca de los tres años y días. Eso va a suceder así. Pero tú no se lo digas a nadie, porque se hará realidad después de mucho tiempo.


El fin del mundo llegará cuando la buena noticia del reino de Dios sea anunciada en toda la tierra, y todo el mundo la haya escuchado.


Pero yo pregunto: ¿Será que no han tenido oportunidad de oír el mensaje? ¡Claro que lo han oído! Porque las Escrituras dicen: Sus palabras recorren toda la tierra y llegan hasta el fin del mundo.


Cuando iba a escribir lo que decían las siete voces, oí una voz del cielo que me dijo: —No escribas lo que han dicho las siete voces fuertes como truenos; mantenlo en secreto.


Además me dijo: —No guardes en secreto las palabras proféticas de este libro, porque pronto se cumplirán.


En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un libro enrollado. Las hojas del libro estaban escritas por ambos lados y el libro estaba cerrado con siete sellos.


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