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Cantares 4:16 - Biblia Lenguaje Básico

16 ¡Despierta, viento del norte! ¡Ven aquí, viento del sur! ¡Soplad sobre mi jardín y esparcid vuestra fragancia! ¡Ven a tu jardín, amado mío, y prueba sus deliciosos frutos!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Levántate, Aquilón, y ven, Austro; Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 ¡Despierta, viento del norte! ¡Levántate, viento del sur! Soplen en mi jardín y esparzan su fragancia por todas partes. Ven a tu jardín, amado mío; saborea sus mejores frutos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Soplen, vientos del norte y del desierto, soplen en mi huerto para que se expandan sus aromas, y así entre mi amado en su huerto y coma de sus exquisitos frutos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 ¡Despierta, oh Aquilón! ¡Ven, oh Austro, y sopla sobre mi huerto para que se esparzan sus aromas! Ella ¡Venga mi amado a su huerto Y coma sus preciados frutos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Levántate, aquilón; avanza, austro, soplad en mi jardín, que corran sus perfumes.

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Cantares 4:16
30 Referans Kwoze  

El viento gira y gira, y no deja de girar; unas veces sopla hacia el norte, otras lo hace hacia el sur.


cultivé mis propios jardines, y en mis huertos planté toda clase de árboles frutales.


Mi amado es para mí como el saquito de aromas que llevo entre mis pechos.


¡Vamos, date prisa y llévame contigo! ¡Llévame ya a tus habitaciones, rey de mi vida! Por ti haremos fiesta, por ti estaremos alegres; nos olvidaremos del vino y disfrutaré de tus caricias. ¡Con razón las mujeres te aman tanto!


Como manzano entre árboles silvestres así es mi amado entre los jóvenes. ¡Me muero por sentarme a su sombra y saborear sus deliciosos frutos!


¡Oigo la voz de mi amado! ¡Ya lo veo venir! Viene saltando por las colinas, viene brincando por las montañas.


Ya estoy dentro de mi jardín, hermana y novia mía; y encuentro en él bálsamo y mirra. Allí pruebo la miel de mi panal, y bebo mi vino y mi leche. ¡Comed y bebed amigos! ¡Quedad saciados de amor!


Mi amado ha venido a su jardín, al huerto de hierbas aromáticas, para juguetear entre las flores y para cortar rosas.


Tú, Salomón, puedes quedarte con esas mil monedas; y a los que guardan los frutos, págales con doscientas. ¡Yo me quedo con mi viña, pues solo a mí me pertenece!


¡Dios nuestro, cómo quisiéramos que abrieras el cielo y bajaras, haciendo temblar los montes ante ti! Así tus enemigos te reconocerían como el único Dios. ¡Cómo quisiéramos que bajaras como el fuego que hace hervir el agua y quema la paja! Así las naciones temblarían ante ti.


Entonces Dios me dijo: —Ezequiel, hombre mortal, llama al aliento de vida. Dile que yo le ordeno que venga de los cuatro puntos cardinales y que dé vida a estos huesos muertos.


Pero Jesús, dándose cuenta de lo que estaba pasando, les dijo: —No critiquéis a esta mujer. Ella me ha tratado con bondad.


Esta mujer derramó perfume sobre mi cabeza, sin saber que estaba preparando mi cuerpo para mi entierro.


El viento sopla por donde quiere y, aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así también sucede con todos los que nacen del Espíritu.


Jesús le dijo: —Levántate, toma tu camilla y ponte a caminar.


Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo. A partir de ese momento, todos proclamaban el mensaje de Dios sin ningún temor.


de elegirme para servir a Jesucristo y ayudar a los que no son judíos. Debo ser para ellos como un sacerdote, que les anuncie la buena noticia de Dios y los lleve a su presencia como una ofrenda agradable, dedicada solo para él por medio del Espíritu Santo.


En cuanto yo termine con este asunto y haya entregado el dinero a los cristianos de Jerusalén, saldré hacia España, y de paso os visitaré.


Que la gracia y el conocimiento que tenéis de nuestro Señor Jesucristo crezca cada vez más en vosotros. ¡A él le corresponde la gloria ahora y siempre! Amén.


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