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Cantares 4:11 - Biblia Lenguaje Básico

11 Son, amada mía, tus labios un panal de miel; de tu lengua brotan leche y miel. La fragancia de tus vestidos es como el aroma del Líbano.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa; Miel y leche hay debajo de tu lengua; Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Tus labios son dulces como el néctar, esposa mía. Debajo de tu lengua hay leche y miel. Tus vestidos están perfumados como los cedros del Líbano.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Los labios de mi novia destilan pura miel; debajo de tu lengua se encuentra leche y miel, y la fragancia de tus vestidos es la de los bosques del Líbano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Oh esposa mía, tus labios destilan miel, La miel y la leche están debajo de tu lengua, Y el aroma de tus vestidos es como la fragancia del Líbano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Miel destilan tus labios, oh novia mía, miel y leche debajo de tu lengua, y el olor de tus vestidos como aroma del Líbano.

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Cantares 4:11
19 Referans Kwoze  

Jacob se acercó a su padre y lo besó. En cuanto Isaac olió sus ropas, lo bendijo así: —Hijo mío, tienes el olor de los campos que Dios bendice.


Venerar a Dios es cosa santa y dura para siempre. Sus decisiones son justas, todas ellas brotan de la verdad.


Te complaces en lo bueno y rechazas la injusticia; por eso Dios te ha elegido como su favorito entre todos los demás.


Dios nuestro, en tu presencia la gente buena crece y prospera como palmeras bien plantadas, como los cedros del Líbano.


Las palabras amables son como la miel: endulzan la vida y sanan el cuerpo.


para que, cuando hables, lo hagas con sabiduría.


La mujer ajena te seduce con palabras suaves y dulces,


¡Qué dulces son tus caricias, hermana y novia mía! ¡Son más dulces que el vino! ¡Más fragantes tus perfumes que todos los bálsamos!


Son rojos tus labios cual cinta escarlata, y melodiosas tus palabras. Tus mejillas, tras el velo, son rojas como granadas.


Ya estoy dentro de mi jardín, hermana y novia mía; y encuentro en él bálsamo y mirra. Allí pruebo la miel de mi panal, y bebo mi vino y mi leche. ¡Comed y bebed amigos! ¡Quedad saciados de amor!


Sus mejillas son un huerto de hierbas aromáticas; sus labios parecen rosas, y por ellos corre miel.


He pensado en subir a ella y hacer míos esos racimos. Tus pechos serán como racimos de uvas, y tu aliento tendrá fragancia de manzanas.


En sus primeros años de vida, el niño solo comerá yogur y miel.


Tu maldad te ha hecho caer, Israel. ¡Arrepiéntete y regresa a tu Dios! Ven ante él con esta oración: «Perdona nuestros pecados y acepta las alabanzas que te presentamos como ofrenda.


Nuestra ofrenda a Dios es darle gracias siempre, por medio de Jesucristo; esta es la alabanza que nuestros labios deben dar a Dios.


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