3 Acuérdate de todo lo que has escuchado y aprendido; cúmplelo y arrepiéntete. Si no lo haces, iré a castigarte cuando menos lo esperes como si fuera un ladrón.
3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
3 Vuelve a lo que escuchaste y creíste al principio, y retenlo con firmeza. Arrepiéntete y regresa a mí. Si no despiertas, vendré a ti de repente, cuando menos lo esperes, como lo hace un ladrón.
3 Recuerda lo que recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Porque si no te mantienes despierto vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé.
3 Por tanto, recuerda lo que has recibido y has oído, y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, llegaré como ladrón, y no sabrás a qué hora llegaré sobre ti.°
3 Recuerda, pues, cómo recibiste y escuchaste mi palabra, guárdala y conviértete. Porque, si no estás alerta, vendré como ladrón, sin que sepas a qué hora será mi llegada.
Israelitas, habéis sido malvados y corruptos, pero no os castigaré como merecéis. Voy a trataros bien solo por honor a mí mismo. Y cuando recordéis vuestra mala conducta y todas las malas acciones por las que os rechacé, sentiréis asco de vosotros mismos. Entonces reconoceréis que yo soy el Dios de Israel, y que cumplo mi palabra.
Timoteo, conserva las tradiciones que has recibido. No prestes atención a las tonterías que dicen los que no creen en Cristo, ni a las pretensiones de una falsa ciencia.
Pero el día en que el Señor Jesús regrese, vendrá como cuando un ladrón entra en una casa a robar. En ese día, los cielos desaparecerán en medio de un ruido espantoso, el universo será destruido por el fuego, y la tierra con todo lo que hay en ella desaparecerá.
Por eso el Señor Jesús dice: —Mirad que vengo como un ladrón que llega cuando menos se espera. ¡Dios bendecirá al que se mantenga vigilante y vestido; no lo sorprenderán desnudo y no tendrá nada de qué avergonzarse!
Por eso, acuérdate de cómo eras antes, cambia de conducta y compórtate como al principio. Si no lo haces, tendré que castigarte y arrancar tu candelabro de su lugar.