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Apocalipsis 3:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 Todos los habitantes de la tierra tendrán dificultades y sufrimientos. Pero a ti te protegeré, porque tú has sido fiel cuando te pedí que no dejaras de creer en mí.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Dado que has obedecido mi mandato de perseverar, yo te protegeré del gran tiempo de prueba que vendrá sobre el mundo entero para probar a los que pertenecen a este mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Has guardado mis palabras, que ponen a prueba la constancia, pues yo te protegeré en la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero y que probará a los habitantes de la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Por cuanto has guardado la Palabra de mi paciencia, Yo también te guardaré de la hora de la prueba que está a punto de venir sobre el mundo entero,° para probar a los que moran en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Porque has guardado la consigna de mi constancia, también yo te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la tierra.

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Apocalipsis 3:10
30 Referans Kwoze  

Y a ti, habitante de la tierra, te esperan el terror y las trampas:


Muchos van a sufrir y serán puestos a prueba para que queden purificados. Sin embargo, la gente malvada seguirá siendo malvada y no se dará cuenta de lo que estará sucediendo. Pero los maestros sabios sí se darán cuenta de todo.


El fin del mundo llegará cuando la buena noticia del reino de Dios sea anunciada en toda la tierra, y todo el mundo la haya escuchado.


No os durmáis; orad para que podáis resistir la prueba que se acerca. Vosotros estáis dispuestos a hacer el bien, pero no podéis hacerlo con vuestras propias fuerzas.


No nos dejes caer en tentación y líbranos del maligno».


Os aseguro que lo que ha hecho esta mujer se recordará en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia de Dios.


Por aquellos días, Augusto, emperador de Roma, mandó hacer un censo, es decir, una lista de toda la gente que vivía en el Imperio romano.


A los seguidores que me diste sacándolos de entre la gente de este mundo les he mostrado quién eres. Ellos eran tuyos, tú me los diste y han obedecido todo lo que les ordenaste.


En primer lugar, doy gracias a mi Dios por cada uno de vosotros en nombre de Jesucristo. En todas partes se habla bien de vosotros y de vuestra fe en Dios.


Vosotros no habéis pasado por ninguna tentación que no sea posible vencer. Y podéis confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufráis más tentaciones de las que podéis soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo os mostrará cómo vencerlas, y así podréis resistir.


Por lo tanto, protegeos con las armas que Dios os proporciona para que, cuando llegue el día malo, podáis resistir los ataques del enemigo y manteneros firmes hasta conseguir un triunfo completo.


Si soportamos los sufrimientos, compartiremos su reinado. Si decimos que no lo conocemos, también él dirá que no nos conoce.


Tampoco da higos un olivo, ni da uvas una higuera.


Queridos míos, no os sorprendáis si tenéis que afrontar problemas que superen vuestras fuerzas.


Esto nos demuestra que Dios sabe solucionar los problemas y dificultades que tienen los que le son fieles, pero que también castigará a los que hacen el mal, y lo hará el día en que juzgue a todos.


Yo, Juan, soy vuestro hermano en Cristo. Comparto con vosotros los mismos sufrimientos y la misma paciencia esperando el reino de Jesucristo. Fui desterrado a la isla de Patmos por haber anunciado el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesucristo.


Todo el mundo se alegrará de verlos muertos y se mandarán regalos unos a otros para celebrar su muerte, porque esos dos profetas eran un terrible sufrimiento para aquella gente.


Quien deba ir a la cárcel, a la cárcel será llevado; y quien deba morir por la espada, a filo de espada morirá. Esto significa que el pueblo de Dios debe aprender a soportar los sufrimientos y a seguir creyendo en Dios.


Este monstruo engañó a la gente por medio de los milagros que hizo con el poder que el primer monstruo le había dado. Luego les obligó a hacer una estatua del primer monstruo, el cual había sido herido con una espada, pero se había recuperado de la herida.


A ese monstruo lo adorarán todos los habitantes de la tierra, menos los que tienen sus nombres escritos en el libro de la vida del Cordero que fue sacrificado, un libro escrito desde antes de que Dios creara el mundo.


El pueblo de Dios debe aprender a soportar con fortaleza las dificultades y los sufrimientos. También debe cumplir los mandatos de Dios y mantener la fe en Jesús.


Vi entonces a otro ángel, que volaba por lo más alto del cielo. Llevaba un mensaje de valor eterno para anunciárselo a todos los habitantes de la tierra, a todos los países, razas, idiomas y pueblos.


Eran espíritus de demonios que hacían prodigios. Salieron para reunir a todos los reyes del mundo a fin de participar en la gran batalla que iba a tener lugar el día del Dios todopoderoso.


Los reyes del mundo se unieron a ella para adorar a dioses falsos y los habitantes de la tierra se han emborrachado con el vino de sus inmoralidades sexuales.


Ese monstruo que has visto es alguien que antes vivía, pero que ya no existe. Va a salir del Abismo profundo, pero solo para ser destruido. Y los habitantes de la tierra que no están anotados en el libro de la vida desde antes de la creación del mundo se quedarán asombrados cuando vean reaparecer a ese monstruo que antes estuvo vivo, pero que ya no existe.


No tengas miedo de lo que vas a sufrir. El diablo meterá a algunos de vosotros en la cárcel para poneros a prueba. Pero vuestro sufrimiento durará poco tiempo y, si me sois fieles hasta la muerte, os daré como premio la vida eterna.


—Estoy enterado de todo lo que haces y sé que, a pesar de que tienes poco poder, te has mantenido fiel a mi palabra y nunca has negado conocerme. Mira, he puesto una puerta abierta ante ti que nadie puede cerrar.


Decían con fuerte voz: —Dios todopoderoso, tú eres santo y siempre dices la verdad. ¿Cuándo nos harás justicia y vengarás la muerte que nos dieron los habitantes de la tierra?


Luego vi un águila que volaba por lo más alto del cielo y la oí decir con fuerte voz: —¡Qué mal les va a ir a todos los que viven en el mundo cuando suenen las trompetas que están a punto de tocar los otros tres ángeles!


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