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Apocalipsis 22:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 A todos los que escuchen el mensaje de esta profecía, les advierto esto: si alguien añade algo a este libro, Dios lo castigará con todas las calamidades que están descritas en el libro.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Yo declaro solemnemente a todos los que oyen las palabras de la profecía escritas en este libro: si alguien agrega algo a lo que está escrito aquí, Dios le agregará a esa persona las plagas que se describen en este libro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Yo, por mi parte, advierto a todo el que escuche las palabras proféticas de este libro: 'Si alguno se atreve a añadir algo, Dios echará sobre él todas las plagas descritas en este libro.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Yo testifico a todo el que oye las palabras de la profecía de este rollo: Si alguno añade a ellas, Dios le añadirá las plagas escritas en este rollo;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Yo declaro a todo el que escucha las palabras de la profecía de este libro: 'Si alguno les añade algo, Dios le añadirá a él las plagas que están escritas en este libro.

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Apocalipsis 22:18
23 Referans Kwoze  

No añadas nada a sus palabras, porque puede corregirte y mostrar que eres un mentiroso.


Y si a pesar de ello os negáis a obedecerme, yo os castigaré aún más duramente por cada uno de vuestros pecados.


yo me enfrentaré a vosotros y os castigaré todavía con más ira a causa de vuestros pecados.


Se atropellarán unos con otros y no podrán hacer frente a sus enemigos.


Jesús respondió: —Mi Padre tratará a los fariseos como trata el jardinero a las plantas que no ha sembrado: las arranca de raíz y las echa fuera.


Ahora os pido, de parte de Jesús, el Señor, que ya no viváis como los que no conocen a Dios, pues ellos viven de acuerdo con sus ideas sin sentido.


No cambiéis ninguno de los mandamientos que yo os he dado de parte de Dios; más bien, obedecedlos.


Y que nadie en este asunto se pase de la raya o se aproveche de su hermano. Ya os hemos advertido que el Señor castigará duramente a los que se comporten así.


¡Dios bendiga a quien lea en público este mensaje! ¡Y bendiga también a los que lo escuchen y lo pongan en práctica! ¡Ya viene el día en que Dios cumplirá todo lo que se anuncia en este libro!


Vi en el cielo otra señal extraordinaria: siete ángeles con las siete últimas y terribles calamidades con las que llegaba el fin de la ira de Dios.


De allí salieron los siete ángeles con las siete terribles calamidades. Estaban vestidos con túnicas de una tela fina y brillante, y llevaban alrededor del pecho bandas doradas.


Pero el monstruo fue capturado junto con el falso profeta que en su presencia había hecho maravillas. El falso profeta era el que había engañado con milagros a los que se dejaron poner la marca del monstruo y adoraron su estatua. Los dos fueron lanzados vivos a un lago ardiente de fuego y azufre.


Y el diablo, que los había engañado, será arrojado al lago donde el azufre arde en llamas. Allí serán también arrojados el monstruo y el falso profeta, y allí serán atormentados todos ellos para siempre, de día y de noche.


Allí fueron arrojados todos los que no tenían sus nombres escritos en el libro de la vida.


Además me dijo: —No guardes en secreto las palabras proféticas de este libro, porque pronto se cumplirán.


Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para que diga a las iglesias todas estas cosas. Yo soy el descendiente del rey David; yo soy la estrella que brilla al amanecer.


—¡Poned atención, pues estoy a punto de llegar! Felices los que hagan caso del mensaje de Dios que contiene este libro.


Pero él me dijo: —¡No lo hagas! Solo a Dios debes adorar, pues yo soy un simple compañero de servicio, tanto tuyo como de tus hermanos los profetas y de los que hacen caso a las palabras que contiene este libro.


Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: ¡Yo soy el Amén! Y me llamo así porque enseño la verdad acerca de Dios y nunca miento. Por medio de mí, Dios creó todas las cosas. Escucha bien lo que te voy a decir:


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