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Apocalipsis 19:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 Comeréis carne de reyes, de jefes militares y de valientes guerreros. También comeréis la carne de los caballos y de sus jinetes; comeréis carne de toda clase de personas: de libres y de esclavos, de gente importante y de gente poco importante.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Vengan y coman la carne de los reyes, los generales y los fuertes guerreros; la de los caballos y sus jinetes y la de toda la humanidad, tanto esclavos como libres, tanto pequeños como grandes».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Vengan y devoren carne de reyes, de generales, de hombres valientes; devoren al caballo con su jinete, a hombres libres y esclavos, a pequeños y grandes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Para que comáis carne de reyes, y carne de tribunos, y carne de potentados, y carne de caballos y de quienes los montan; y carne de todos, tanto de libres como de esclavos, de pequeños y de grandes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 para devorar carne de reyes y carne de capitanes, carne de poderosos y carnes de caballos y de jinetes, carnes de todos los hombres, libres y esclavos, pequeños y grandes'.

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Apocalipsis 19:18
18 Referans Kwoze  

unos morirán de enfermedades horribles, otros morirán de hambre y otros en la guerra. Nadie llorará por ellos, ni los sepultará. Sus cadáveres quedarán tendidos sobre el suelo, como si fueran basura, y con ellos se alimentarán las aves del cielo y los animales salvajes.


Yo desharé aquí los planes de la gente de Judá y de Jerusalén; los entregaré a vuestros enemigos que les darán muerte en el campo de batalla. Allí quedarán tendidos los cadáveres y haré que se los coman las aves del cielo y las fieras salvajes.


A todos los entregaré en manos de sus enemigos para que los maten. ¡Sus cadáveres servirán de alimento a los buitres y a las fieras salvajes!


Las aves del cielo y los animales de la tierra se comerán los cadáveres de esta gente, y nadie lo podrá evitar.


Luego te arrojaré al desierto junto con todos los peces del Nilo. Allí te quedarás tirado, sin que nadie te recoja, sirviendo de alimento a los animales salvajes y a las aves de rapiña.


En cuanto a ti, Ezequiel, hombre mortal, esto es lo que te mando: —Llama a las aves de cualquier especie y a todos los animales del campo. Haz que vengan de todas partes, pues voy a ofreceros un gran sacrificio con su correspondiente banquete en los montes de Israel. Allí podrán comer la carne de los soldados más valientes y beber la sangre de la gente importante de la tierra, como si comieran carneros, corderos, chivos o toros engordados con pastos de Basán.


Todo el mundo sabe que donde se juntan los buitres, allí hay un cuerpo muerto.


Los discípulos le preguntaron: —Señor, ¿dónde ocurrirá eso? Jesús les respondió: —Todos saben bien que allí donde se juntan los buitres, hay un cuerpo muerto. Así será cuando yo venga: todos lo sabrán con seguridad.


Los pueblos que no creen en ti están enfurecidos; pero ha llegado el día en que los castigarás. Ese día juzgarás a todos los que han muerto, premiarás a los profetas, que son tus servidores; premiarás a todo tu pueblo y a cuantos te respetan, no importa si son poderosos o humildes. Y destruirás también a los que destruyeron la tierra.


También hizo que a todos les pusieran una marca en la mano derecha o en la frente. No importaba que fueran ricos o pobres, grandes o pequeños, libres o esclavos; todos tenían que llevar la marca.


Los diez cuernos que has visto, lo mismo que el monstruo, odiarán a la prostituta y le quitarán todo lo que tiene. La dejarán desnuda, se comerán la carne de su cuerpo y luego la arrojarán al fuego.


Entonces oí una voz que venía del trono, que decía: —¡Que todos alaben a nuestro Dios! Que lo alaben todos sus servidores, todos los que le honran, sean poderosos o humildes.


Entonces todos los reyes de la tierra junto con toda la gente importante se escondieron en las cuevas y entre las rocas de las montañas. Y lo mismo hicieron los comandantes de los ejércitos, los ricos, los poderosos, los esclavos y los que eran libres.


Hoy mismo Dios me ayudará a vencerte; te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo alimentaré a los buitres y a las bestias salvajes con tu cadáver y con los cadáveres de los soldados filisteos. ¡Y todo el mundo sabrá lo grande que es el Dios de Israel!


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