Apocalipsis 16:1 - Biblia Lenguaje Básico1 Entonces oí una fuerte voz que salía del Templo y que ordenaba a los siete ángeles: —Id y vaciad sobre la tierra las siete copas que representan la ira de Dios. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19601 Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente1 Luego oí una voz potente que venía del templo y decía a los siete ángeles: «Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas que contienen la ira de Dios». Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)1 Y oí una voz potente que desde el Santuario gritaba a los siete ángeles: 'Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del furor de Dios. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion1 Y oí una gran voz procedente del santuario, que decía a los siete ángeles: ¡Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios! Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19751 Oí una gran voz procedente del santuario que decía a los siete ángeles: 'Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios'. Gade chapit la |
En ese momento Dios ordenó al hombre vestido con ropa de lino: —Métete entre las ruedas que están debajo de los cuatro seres, toma un puñado de los carbones encendidos que hay allí y espárcelos por toda la ciudad. Aquel hombre obedeció y se metió entre las ruedas, pero se quedó junto a una de ellas. Entonces, debajo de las alas de los cuatro seres apareció algo parecido a una mano. Uno de los seres extendió la mano hacia el fuego, tomó algunos carbones y los puso en las manos del hombre vestido con ropa de lino. Cuando esto sucedió, los cuatro seres todavía estaban en la parte sur del Templo. Una nube cubría el patio interior, y la gloria de Dios, que estaba por encima de los seres, se elevó y fue a detenerse a la entrada del Templo. En ese momento la nube llenó el Templo, y todo el patio se iluminó con el resplandor. Era tanto el ruido que los cuatro seres vivientes hacían con sus alas, que podía oírse hasta en el patio exterior del Templo. ¡Parecía como si Dios mismo estuviera hablando!
Y ahora, como habéis actuado así, ya se acerca el día en que vendré a castigaros. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra. Ya he decidido reunir a las naciones y congregar a todos los reinos para castigarlos con toda mi furia, porque el furor de mi ira será como un fuego ardiente que devorará toda la tierra.