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Apocalipsis 11:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 Pero no midas el espacio que hay fuera del Templo, porque ese espacio ha sido entregado a las naciones que pisotearán la ciudad santa de Jerusalén durante tres años y medio.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 pero no midas el atrio exterior porque ha sido entregado a las naciones, las cuales pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 No midas el patio exterior ni lo tomes en cuenta, pues ha sido entregado a los paganos, quienes pisotearán la Ciudad Santa durante cuarenta y dos meses.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 pero el atrio del santuario déjalo fuera° y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, y ellos hollarán la ciudad santa° durante cuarenta y dos meses.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 El atrio exterior del templo déjalo aparte y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles, que pisotearán la ciudad santa durante cuarenta y dos meses.

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Apocalipsis 11:2
32 Referans Kwoze  

Salmo de Asaf. Dios mío, naciones enemigas nos han invadido, han deshonrado tu santo Templo y han dejado en ruinas a Jerusalén.


Estáis muy orgullosos de vivir en la santa ciudad de Jerusalén, y de ser protegidos por el Dios de Israel, cuyo nombre es Dios todopoderoso.


Pues bien, vosotros sois mi viña, y ahora os diré lo que pienso hacer: destruiré su cerca y será arrasada, derribaré su tapia y será pisoteada;


¡Despierta, Jerusalén, despierta! ¡Ármate de valor! Jerusalén, ciudad santa, ponte el traje de fiesta, pues los enemigos extranjeros ya no volverán a atacarte.


Dueño de todas tus riquezas es ahora tu enemigo. Tú misma has visto entrar en el Templo a gentes de otras naciones a las que Dios había prohibido participar en la asamblea.


Pasado ese tiempo, te acostarás sobre tu lado derecho para representar que cargas sobre ti el pecado de la gente de Judá. Te quedarás así durante cuarenta días, que son los cuarenta años que ellos pecaron.


El hombre vestido con ropas de lino y que estaba junto al río levantó las manos al cielo y juró por el Dios que vive para siempre: —Esto se cumplirá cuando termine la destrucción del pueblo de Dios, es decir, dentro de tres años y medio.


También le pregunté a esa persona por qué el cuarto monstruo era tan diferente. Y es que ese monstruo daba un miedo terrible: con sus dientes de hierro y sus garras de cobre todo lo devoraba, pisoteando las sobras con sus patas. Y esa persona me dijo: «El cuarto monstruo es un cuarto reino que aparecerá sobre la tierra. Será muy diferente a los otros reinos, acabará con toda la tierra, la pisoteará y aplastará».


Ofenderá con sus palabras al Dios altísimo y luchará contra su pueblo elegido. Tratará de cambiar las costumbres religiosas y la ley de Dios, y durante tres años y medio tendrá sometido al pueblo elegido por Dios.


Fue tanto lo que creció, que llegó a tocar las estrellas del cielo, a muchas de las cuales derribó y pisoteó.


Poco después oí que un santo le decía a otro santo: —¿Cuándo terminará la supresión del sacrificio permanente, la maldad que todo lo destruye, el desprecio al Templo y el ejército del cielo pisoteado?


Y el otro santo contestó: —Hasta que hayan pasado mil ciento cincuenta días, que es un poco más de tres años. Pasado ese tiempo, el Templo quedará purificado.


Así aprenderéis lo terrible que es enfrentaros a mí. Os juro que así lo haré. Vosotros explorasteis el territorio durante cuarenta días; pues bien, yo os castigaré un año por cada día. Cuarenta años andaréis vagando por el desierto, hasta que el último de vuestros cadáveres quede totalmente consumido.


Después de que Jesús resucitó, esas personas entraron en Jerusalén y mucha gente las vio.


Después el diablo llevó a Jesús a la ciudad de Jerusalén. Allí lo subió a la parte más alta del Templo,


Vosotros sois la sal de este mundo. Si la sal pierde su sabor, ya no puede recuperarlo. Ya no sirve para nada, sino para tirarla fuera y que la gente la pisotee.


A unos los matarán con espada y a otros los llevarán prisioneros a otros países. La ciudad de Jerusalén será conquistada y humillada por gente de otro país, hasta que llegue el momento en que también esa gente será destruida.


¡Imaginaos entonces el terrible castigo que recibirán los que desprecian al Hijo de Dios y los que dicen que su muerte no sirve para nada! Los que hacen eso insultan al Espíritu de Dios que los ama, y menosprecian la muerte de Cristo, es decir, el nuevo pacto por medio del cual han sido consagrados a Dios.


Pero después de esos tres días y medio Dios volvió a darles vida, se pusieron de pie; y todas las personas que los vieron tuvieron mucho miedo.


Entonces yo enviaré a dos testigos en mi nombre para que anuncien mi verdadero mensaje; los enviaré vestidos con ropa áspera y así estarán durante esos tres años y medio.


La mujer huyó al desierto, donde Dios había preparado un lugar para que la alimentaran durante tres años y medio.


Y en la visión que el Espíritu de Dios me mostró, el ángel me llevó a un monte grande y alto, y me enseñó la gran ciudad santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios.


Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, bajaba del cielo, de la presencia de Dios. La ciudad parecía una novia vestida para su boda, lista para encontrarse con su novio.


Y si alguien le quita algo al mensaje profético de este libro, Dios le quitará la parte que le corresponde del fruto del árbol que da vida y no le dejará vivir en la ciudad santa, como se ha escrito en este libro.


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