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Apocalipsis 1:11 - Biblia Lenguaje Básico

11 Esa voz me dijo: —Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias de la provincia de Asia, es decir, a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 que decía: «Escribe en un libro todo lo que veas y envíalo a las siete iglesias que están en las ciudades de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete Iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 que decía:° Escribe lo que ves en un rollo, y envíalo a las siete iglesias:° a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 que decía: 'Escribe en un rollo lo que vas a ver y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardes, a Filadelfia y a Laodicea'.

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Apocalipsis 1:11
37 Referans Kwoze  

Ven ahora y escribe esto en un libro, grábalo sobre una tablilla para que sirva de testimonio y siempre se recuerde:


—Jeremías, yo soy el Dios de Israel y te ordeno que pongas por escrito todo lo que te he dicho hasta ahora.


Y Dios me respondió: Voy a darte a conocer lo que está por suceder. Escríbelo en unas tablas para que se lea de corrido.


Una de las que nos escuchaba se llamaba Lidia. Era de la ciudad de Tiatira, vendía telas muy finas de color púrpura; además adoraba al verdadero Dios. El Señor hizo que Lidia prestara mucha atención a lo que Pablo decía,


Por aquel tiempo llegó a Éfeso un hombre de la ciudad de Alejandría, que se llamaba Apolo. Se expresaba con mucha facilidad, y conocía en profundidad las Escrituras.


Estando en la ciudad de Mileto, Pablo mandó llamar a los líderes de la iglesia de Éfeso.


En Éfeso luché contra algunos que parecían fieras salvajes. Pero, si es verdad que los muertos no resucitan, entonces ¿de qué me ha servido? Mejor hagamos lo que algunos dicen: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos».


De momento, me voy a quedar en la ciudad de Éfeso hasta la fiesta de Pentecostés.


Queridos hermanos de Éfeso: A vosotros, que pertenecéis al pueblo santo de Dios, y que seguís creyendo en Jesucristo y vivís muy unidos a él, os envío mis saludos. Yo, Pablo, soy apóstol de Jesucristo porque Dios así lo ha querido.


Cuando yo lleve a los israelitas a la tierra que juré darles, ellos comerán hasta hartarse, pues es una tierra que mana leche y miel donde siempre hay abundancia de alimentos. Entonces se olvidarán de mí, adorarán a otros dioses y no cumplirán el pacto que hicimos. Por eso quiero que tú y Josué escribáis la canción que os voy a dictar; y quiero que se la enseñéis al pueblo para que la cante. Así, cuando los israelitas la canten, les servirá como recuerdo de que me han sido infieles.


Quiero que sepáis lo mucho que estoy luchando, tanto por vosotros, como por los de la iglesia de Laodicea, también por los que no me conocen personalmente.


Cuando me dirigí a la región de Macedonia, te pedí que te quedaras en la ciudad de Éfeso porque allí había ciertas personas que enseñaban creencias extrañas.


Al verlo, caí a sus pies como muerto. Pero él puso su mano derecha sobre mí y me dijo: —No tengas miedo. Yo soy el primero y el último.


Escribe lo que has visto, tanto lo que ahora está sucediendo como lo que sucederá después.


Juan, a su vez, da testimonio de que todo lo que ha visto es palabra de Dios y mensaje de Jesucristo.


Voy a explicarte el significado secreto de las siete estrellas que viste en mi mano y de los siete candelabros de oro. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias y los siete candelabros son las siete iglesias.


Yo, Juan, saludo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia de parte del que existe, que siempre ha existido y que está a punto de venir. Deseo que Dios, Jesucristo y los siete espíritus que están delante de su trono, os concedan su gracia y su paz. Debemos confiar en que Jesucristo nos ama y dice la verdad acerca de Dios, ya que él fue el primero en resucitar de entre los muertos y es también el que gobierna sobre todos los reyes de la tierra. Jesucristo es quien nos ama y quien, por medio de su muerte, nos ha liberado de nuestros pecados.


Yo soy el principio y el fin —dice el Señor, que es Dios—, el que existe, siempre ha existido y está a punto de llegar, el que todo lo puede.


Cuando iba a escribir lo que decían las siete voces, oí una voz del cielo que me dijo: —No escribas lo que han dicho las siete voces fuertes como truenos; mantenlo en secreto.


Entonces oí una voz del cielo, que me decía: —Escribe esto: «Felices los que de ahora en adelante mueran unidos al Señor». Y el Espíritu de Dios dice: —Así es, porque ellos descansarán de todos sus trabajos, pues Dios les premiará por todo el bien que han hecho.


Entonces alguien me dijo: —Escribe esto: «Felices sean todos los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero». Y luego añadió: —Esto lo dice Dios y él no miente.


Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso: Yo sostengo las siete estrellas en mi mano derecha y me paseo entre los siete candelabros de oro. Pon atención a lo que te voy a decir:


Escribe al ángel de la iglesia de Pérgamo: Yo tengo la espada cortante y de doble filo. Escucha lo que te voy a decir:


Escribe al ángel de la iglesia de Tiatira: ¡Yo soy el Hijo de Dios! Mis ojos parecen llamas de fuego, y mis pies brillan como el bronce bien pulido. Escucha lo que te voy a decir:


Pero a los que vivís en Tiatira y no habéis seguido las enseñanzas de esa mujer, ni habéis llegado a conocer lo que algunos llaman los secretos profundos de Satanás, os pido únicamente


Escribe al ángel de la iglesia de Esmirna: Yo soy el primero y el último, el que había muerto, pero ha resucitado. Escucha bien lo que te voy a decir:


Y dijo el que estaba sentado en el trono: —¡Yo hago todo nuevo! Y también dijo: —Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de ser creídas.


Además me dijo: —No guardes en secreto las palabras proféticas de este libro, porque pronto se cumplirán.


Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para que diga a las iglesias todas estas cosas. Yo soy el descendiente del rey David; yo soy la estrella que brilla al amanecer.


Escribe al ángel de la iglesia de Sardes: Yo tengo los siete espíritus de Dios y las siete estrellas. Escucha lo que te voy a decir: —Estoy enterado de todo lo que haces y aunque tienes fama de serme fiel, la verdad es que no lo eres.


Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: ¡Yo soy el Amén! Y me llamo así porque enseño la verdad acerca de Dios y nunca miento. Por medio de mí, Dios creó todas las cosas. Escucha bien lo que te voy a decir:


Sin embargo, en Sardes hay unas pocas personas que no han hecho lo malo. Por eso, me acompañarán vestidos con ropas blancas, pues se lo merecen.


Escribe al ángel de la iglesia de Filadelfia: Yo soy el Santo, el que dice la Verdad. Yo tengo en mi poder la llave de David. Cuando abro una puerta, nadie puede volver a cerrarla; y cuando la cierro, nadie puede volver a abrirla. Escucha lo que te voy a decir:


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