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Amós 9:5 - Biblia Lenguaje Básico

5 Soy yo, el Dios todopoderoso, quien toca la tierra, y esta se desmorona mientras sus habitantes se lamentan; soy yo quien la hago crecer y decrecer como crece y decrece el Nilo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río de Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 El Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, toca la tierra y esta se derrite, y todos sus habitantes lloran. La tierra sube como el río Nilo en tiempo de inundaciones, y luego vuelve a hundirse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Yavé Sabaot es el Señor, si él toca la tierra, ésta se estremece, y se desmayan todos sus habitantes; se levanta entera, como el Nilo y, vuelve a encogerse como el río de Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque Adonay YHVH Sebaot, es Aquel que toca la tierra, y ésta se derrite, Y todos los que la habitan lloran a los muertos, Y toda ella se levanta como el Nilo, Y como el río de Egipto, se hunde nuevamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Es el Señor, Yahveh Sebaot, quien toca la tierra, y ella vacila y todos sus habitantes lloran; crece toda ella como el Nilo y mengua como el Nilo de Egipto.

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Amós 9:5
17 Referans Kwoze  

Cuando miras la tierra, ella se pone a temblar; las altas montañas demuestran tu grandeza.


Dios mío, baja del cielo, toca los montes con tu dedo y hazlos echar humo.


Por eso los que te somos fieles oramos a ti en momentos de angustia. Cuando vengan los problemas, no nos podrán alcanzar.


La ciudad de Dios jamás caerá porque Dios habita en ella; Dios mismo vendrá en su ayuda desde el comienzo mismo del día.


En presencia de nuestro Dios, que domina el mundo entero, las montañas se derriten como cera;


¡Dios nuestro, cómo quisiéramos que abrieras el cielo y bajaras, haciendo temblar los montes ante ti! Así tus enemigos te reconocerían como el único Dios. ¡Cómo quisiéramos que bajaras como el fuego que hace hervir el agua y quema la paja! Así las naciones temblarían ante ti.


Por eso todos en el país lloran y se desaniman; incluso están desapareciendo los animales de la tierra, del cielo y del mar.


Por causa de todo esto, la tierra misma temblará; subirá como el agua del río Nilo, y luego se hundirá por completo, haciendo llorar a sus habitantes.


En presencia de nuestro Dios tiemblan la tierra y sus habitantes, los cerros y las montañas se estremecen.


Cuando nuestro Dios se irrita, las piedras se convierten en polvo, como si el fuego las fundiera; cuando nuestro Dios se enfurece, nadie puede mantenerse firme.


Cuando las montañas te vieron, temblaron de miedo; las nubes dejaron caer su lluvia, el mar rugió con furia y sus grandes olas se elevaron al cielo.


Vino la lluvia, se desbordaron los ríos, y el viento sopló con fuerza contra la casa. Y la casa se cayó y quedó totalmente destruida.


Entonces vi un gran trono blanco. La tierra y cielo desaparecieron sin dejar rastro en presencia del que estaba sentado sobre el trono.


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