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Amós 7:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 Un sacerdote de Betel, llamado Amasías, mandó decir a Jeroboán, rey de Israel: —Amós está hablando contra ti y sus palabras resultan intolerables,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Luego Amasías, el sacerdote de Betel, mandó un mensaje a Jeroboam, rey de Israel: «¡Amós está tramando una conspiración contra usted, aquí mismo en el umbral de su casa! Lo que él dice es intolerable.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, le mandó este recado a Jeroboam, rey de Israel: 'Amós está conspirando contra ti en pleno centro de Israel. No hay que permitirle que siga hablando,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Entonces Amasías, sacerdote de Bet- ’El, envió a decir a Jeroboam rey de Israel: ¡Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel: la tierra no puede soportar sus palabras!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, mandó decir a Jeroboán, rey de Israel: 'Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el país no puede soportar más sus palabras.

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Amós 7:10
23 Referans Kwoze  

Sus hermanos protestaron: —¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe! Y el odio aumentaba en ellos según escuchaban los sueños de José.


A pesar de esto, Jeroboán no cambió su mala conducta. Al contrario, siguió nombrando como sacerdotes a hombres del pueblo, para que sirvieran en los santuarios de Samaría; nombraba como sacerdote a cualquiera que quisiera servir en esos santuarios.


y, cuando lo encontró, le dijo: —¿Así que eres tú el que trae tantos problemas sobre Israel?


La gente comenzó a hacer planes en contra de Jeremías. Decían: «Vamos a acusarlo de algún crimen y así haremos que calle para siempre. No hagamos ningún caso a sus palabras, pues nunca nos faltará un sacerdote que nos enseñe la ley, ni un sabio que nos dé consejos, ni un profeta que nos hable de parte de Dios».


y cuando terminó de leer, los jefes se miraron unos a otros y, con mucho miedo, le dijeron: —Esto tiene que saberlo el rey. Pero, dinos, ¿de dónde sacaste todo esto? ¿Acaso te lo dictó Jeremías?


Por eso algunos jefes fueron a decirle al rey: —¡Hay que matar a Jeremías! Lo que él anuncia está desanimando a los soldados y a la gente que aún queda en la ciudad. Jeremías no busca nuestro bien; al contrario, nos desea lo peor.


En el pueblo de Tecoa vivía un ganadero llamado Amós que, en una visión que Dios le dio, recibió el encargo de llevar a los israelitas un mensaje. Esto sucedió dos años antes del terremoto, cuando Ozías era rey de Judá y Jeroboán, hijo de Joás, era rey de Israel.


que pronto voy a castigarlos por los pecados que han cometido! Cuando llegue ese día, derribaré los altares que construyeron en Betel; destruiré los cuernos del altar y los arrojaré al suelo.


Vosotros despreciáis al que lucha por la justicia y al que dice la verdad;


No vayáis al santuario de Betel, porque pronto será destruido; tampoco vayáis a Guilgal ni os dirijáis a Beerseba porque todos sus habitantes serán llevados presos a otro país.


pues, según él, tú morirás en el campo de batalla y los israelitas serán llevados presos a otro país.


Jesús entró en el Templo y comenzó a enseñar a la gente. Los sacerdotes principales y los líderes del país se acercaron a Jesús y le preguntaron: —¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto?


Cuando llegaron, comenzaron a acusar a Jesús diciendo: —Señor gobernador, hemos encontrado a este hombre alborotando al pueblo para que se rebele contra Roma. Dice que no debemos pagar impuestos al emperador, y que él es el Mesías y pretende ser rey.


Este hombre es un verdadero problema para nosotros. Anda por todas partes haciendo que los judíos nos enfrentemos unos contra otros y es uno de los jefes del grupo de los llamados nazarenos.


—¿Acaso no os habíamos prohibido que enseñarais en nombre de ese tal Jesús? ¿Por qué no nos habéis obedecido? Resulta que habéis llenado Jerusalén con vuestras enseñanzas y hasta nos acusáis de haberlo matado.


Al escuchar esto, los de la Junta Suprema se enfurecieron mucho y se llenaron de rabia contra Esteban.


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