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Amós 5:1 - Biblia Lenguaje Básico

1-4 Pueblo de Israel, escuchad este triste canto que entono por vosotros: Ya podéis daros por muertos. Quedaréis tendidos en el suelo y no volveréis a levantaros; seréis como una jovencita muerta que no volverá a la vida. No os irá bien en la guerra. Si de una ciudad salen mil soldados, solo cien volverán con vida; si de un pueblo salen cien soldados, solo diez volverán con vida. Si queréis seguir viviendo, debéis acudir a mí.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre vosotros, casa de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Escucha, pueblo de Israel! Oye este canto fúnebre que entono:

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen estas palabras que yo pronuncio contra ustedes, una lamentación por ti, Israel:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Escuchad la palabra que entono por vosotros cual endecha por la casa de Israel:

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad esta palabra que digo contra vosotros; esta elegía, casa de Israel.

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Amós 5:1
19 Referans Kwoze  

Por lo tanto, oíd lo que os digo: Este pueblo dice ser mío, pero preguntad entre las naciones y veréis que ningún otro pueblo ha hecho cosas tan terribles.


Jeremías, córtate la melena que llevas como persona dedicada a Dios, retírate a lugares desiertos y entona un canto de lamento. Porque Dios ha rechazado y abandonado a esta gente que tanto le ha irritado.


Destruiré las ciudades de Judá y las dejaré deshabitadas. Dejaré la ciudad de Jerusalén hecha un montón de ruinas. ¡En ese lugar vivirán solo los perros salvajes!


«La muerte entró en nuestros palacios; se metió por nuestras ventanas, aniquiló a los niños que jugaban en la calle, a los jóvenes que se reunían en las plazas.


Por montañas y desiertos los haré llorar y se oirán sus lamentos. Las praderas quedarán desiertas, pues ya nadie pasará por ellas. Ya no se oirán los mugidos del ganado, y desaparecerán por completo las aves del cielo y los animales del campo.


Pero tú, dedica a los reyes de Israel este lamento:


De sus sarmientos brota fuego, y ese fuego consume sus frutos. ¡Ya no tiene sarmientos fuertes para hacer cetros de reyes! Este es un lamento, y como un lamento ha de cantarse.


Entonces te dedicarán este canto fúnebre: Ciudad de Tiro, antes tan conocida, tan poderosa en el mar y tan temida por todos, ¡cómo has quedado destruida y has desaparecido del mar!


—Ezequiel, hombre mortal, entona este lamento por la ciudad de Tiro:


—Ezequiel, hombre mortal, entona un canto fúnebre por el rey de Tiro. Dile de mi parte lo siguiente: Tú, rey de Tiro, eras perfecto en todo; tu sabiduría y tu belleza no tenían comparación.


Este es el canto que entonarán las mujeres de otras naciones cuando se lamenten por la ruina de Egipto y de su pueblo. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


—Ezequiel, hombre mortal, entona este lamento por el faraón, rey de Egipto: Tú eres el rey de Egipto, y te crees un león entre las naciones, pero no eres más que un cocodrilo que chapotea en el río Nilo. Ensucias el agua con las patas y dejas turbios los arroyos.


Escuchad, israelitas, esta palabra que Dios pronuncia contra vosotros, contra todo el pueblo al que Dios hizo salir de Egipto: De todos los pueblos de la tierra, solo a vosotros os elegí, solo a vosotros os saqué de Egipto. Por eso voy a haceros pagar toda la maldad que habéis cometido.


Y vosotras, mujeres de Samaría, escuchad lo que tengo que deciros: Estáis gordas como vacas de la región de Basán; maltratáis y humilláis a los pobres, y pedís a vuestros maridos que os traigan vino para emborracharos.


Esto es, israelita, lo que dice el todopoderoso Dios de Israel: Cuando yo venga a castigaros, el llanto se oirá por todas partes. Se llorará en las calles, se llorará en los mercados, se llorará en los viñedos, se llorará en los campos, ¡y también en los funerales!


Además, caerán también sin vida todos los que juran en nombre de los dioses de Samaría, de Dan y de Beerseba. Caerán y no volverán a levantarse.


Cuando llegue ese día, la gente se burlará de vosotros y, a modo de lamento, os cantará esta canción: «¡Os han dejado en la ruina! ¡Antes erais la propiedad de Dios, pero ahora los invasores os han arrebatado los campos y se los han repartido entre ellos!».


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