Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Amós 4:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Yo hice que pasarais hambre en todos vuestros pueblos y ciudades, pero a pesar de eso no os arrepentisteis. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Os hice estar a diente limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 «Hice que pasaran hambre en cada ciudad y que hubiera hambruna en cada pueblo, pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el Señor.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo dejé sus dientes limpios por no tener qué masticar e hice que faltara el pan en todas sus ciudades, pero ustedes no se han vuelto a mí, palabra de Yavé.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Aunque os dejé con los dientes limpios° en todas vuestras ciudades, Y faltos de pan en todas vuestras aldeas, No os volvisteis a mí, dice YHVH.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Os he hecho estar con dientes limpios en vuestras ciudades, faltos de pan en vuestros lugares. Pero no habéis vuelto a mí -oráculo de Yahveh-.

Gade chapit la Kopi




Amós 4:6
31 Referans Kwoze  

Elías era un profeta de Tisbé, pueblo que estaba en la región de Galaad. Un día, Elías anunció a Ajab: —Juro por el Dios de Israel, a quien sirvo, que durante varios años no va a llover ni a caer rocío hasta que yo lo diga.


Después de esto, Eliseo volvió a Guilgal. En ese tiempo había mucha hambre en la región. Un día, Eliseo estaba sentado con los profetas, y dijo a su sirviente: —Prepara en la olla grande un guiso para los profetas.


Dios había anunciado que todo el país iba a pasar hambre durante siete años. Por eso Eliseo aconsejó a la madre del niño que había resucitado: —Vete con tu familia a otro lugar.


A pesar de ello, el rey Ajaz siguió siendo infiel a Dios.


Tú, ¡oh Dios!, les tienes preparado su castigo, pero ellos ni siquiera se dan cuenta. ¡Demuéstrales cuánto nos amas para que sientan vergüenza! ¡Destrúyelos con el fuego destinado a tus enemigos!


El Dios todopoderoso va a dejar sin apoyo ni alimentos a Jerusalén y al reino de Judá; ¡hasta el pan y el agua les va a retirar!


El Dios todopoderoso castigó a su pueblo, pero este no se arrepintió, ni buscó su ayuda.


Entonces Dios, en un solo día, eliminó a los líderes y jefes de Israel, y a sus profetas mentirosos.


Salgo al campo y solo veo los cuerpos de los que han muerto en la guerra; entro en la ciudad y solo veo el desastre que ha causado el hambre. ¡Pero ni profetas ni sacerdotes parecen entender lo que pasa!


Pues bien, Dios de Israel, yo sé que tú buscas gente honesta; pero este pueblo es muy terco, es más duro que una roca y no ha querido arrepentirse. Por eso lo has castigado, pero parece que no le dolió; y aunque lo has aplastado, no ha querido hacerte caso.


Dios también me dijo: —Mi castigo contra Jerusalén será peor cuando envíe contra ella mis cuatro castigos mortales: la guerra, el hambre, las bestias salvajes y las enfermedades. Con estos cuatro castigos destruiré a todos sus habitantes y a sus animales.


Por eso te castigué. Por eso permití que perdieras parte de tu territorio. Por eso te dejé caer en manos de los filisteos, tus enemigos de siempre, ¡y hasta ellos se avergonzaron de tu mal comportamiento!


No quisiste volver a mí; no quisiste dejar tu mala conducta. Por eso te castigaré y volverás a ser esclavo en Egipto; por eso Asiria te dominará.


Ante nuestros propios ojos nos han quitado la comida; ha desaparecido la alegría del Templo de nuestro Dios.


Y si aun así continuáis siendo rebeldes,


Además, os dejaré sin alimentos. La comida será tan escasa, que en un pequeño horno cocerán pan diez mujeres. Tendréis racionado el pan y no podréis calmar el hambre.


Esto os sucedía porque yo enviaba plagas y granizo para destruir el fruto de vuestro trabajo. A pesar de todo, no os convertisteis a mí. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Echaréis mucha semilla en el campo, pero no cosecharéis nada, porque las plagas de insectos se lo comerán todo.


Yo le he dado tiempo para que se convierta, pero no ha querido hacerlo ni tampoco dejar de cometer pecados sexuales.


Esta historia tuvo lugar cuando en el país de Israel solo había libertadores que defendían al pueblo de manera ocasional. En esa época las cosechas fueron escasas y la gente apenas tenía qué comer. Por eso, una familia del pueblo de Belén, en la región de Judá, se fue a vivir al país de Moab, porque allí sí había comida. El marido se llamaba Elimélec, la mujer se llamaba Noemí, y los hijos se llamaban Majlón y Quilión.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite