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Amós 4:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Y vosotras, mujeres de Samaría, escuchad lo que tengo que deciros: Estáis gordas como vacas de la región de Basán; maltratáis y humilláis a los pobres, y pedís a vuestros maridos que os traigan vino para emborracharos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos, que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Escúchenme, ustedes, vacas gordas que viven en Samaria, ustedes, mujeres, que oprimen al pobre y aplastan al necesitado y que les gritan siempre a sus esposos: «¡Tráigannos otra bebida!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen esta palabra, vacas de Basán, damas de los cerros de Samaria: Ustedes oprimen a los débiles, aplastan a los menesterosos, y luego dicen a sus maridos: 'Sírvannos vino para tomar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Oíd esta palabras, oh vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria; Que oprimís a los débiles, que quebrantáis a los pobres, Que dicen a sus señores:° ¡Traed de beber!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaría, que oprimís a los indigentes, maltratáis a los pobres y decíais a vuestros maridos: '¡Traed acá! ¡Bebamos!'.

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Amós 4:1
49 Referans Kwoze  

Luego Omrí le compró a Sémer la montaña de Samaría por sesenta y seis kilos de plata. Allí edificó una ciudad con murallas, a la que llamó Samaría, en honor de Sémer, su dueño anterior.


Asaltan a la gente pobre, y la obligan a esconderse. Esos pobres huyen al desierto, y luego van por los campos, como burros salvajes, buscando comida para sus hijos.


con esa gente que dice: «Lo que nos sobra son palabras; con ellas conseguimos triunfar. ¡Nadie podrá dominarnos!».


¡Que los calumniadores no vuelvan a vivir en la tierra! ¡Que la desgracia persiga a toda persona violenta!


No me dejes solo, Dios mío, pues me encuentro muy angustiado y nadie me ofrece su ayuda.


El rico se aprovecha del pobre; el que pide prestado se hace esclavo del prestamista.


Luego pude contemplar todas las injusticias que se cometen en este mundo: hay mucha gente maltratada que llora sin que nadie la consuele frente a la violencia de sus opresores.


Un país saldrá ganando si tiene gobernantes que se preocupan de los problemas del campo.


¡Qué mal le va a ir a Samaría, orgullo y corona del Reino del Norte! ¡Qué mal les va a ir a sus habitantes que se portan como borrachos y presumen de tener como capital a una flor ya marchita que domina el fértil valle donde viven esos borrachos! Asiria es un pueblo poderoso; Dios lo tiene preparado como una tormenta de granizo, como lluvia torrencial y destructora, como una terrible inundación. Con su poder y su fuerza, Asiria abatirá a Samaría en la que esos borrachos del Reino del Norte han puesto todo su orgullo;


¡Qué mal os va a ir a los que compráis casas y más casas, campos y más campos! No dejáis lugar para nadie más y os creéis los únicos dueños del país.


"Venid —dicen— vayamos por vino y, hoy lo mismo que mañana, vamos a emborracharnos bebiendo sin parar".


¡Pues no es ese el ayuno que yo quiero! El ayuno que a mí me agrada es que liberéis a los presos encadenados injustamente, que deis la libertad a los esclavos, que dejéis de oprimir a los maltratados y que acabéis con toda injusticia.


Vosotros, babilonios, que saqueasteis a mi pueblo, ¡reid ahora y haced fiesta,


¡Llegó la hora del castigo! ¡Matad a todos sus soldados! ¡Exterminad a toda su gente!


La gente de Jerusalén se queja de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, los dejó como un plato vacío. Dicen que les causó mucho miedo, que se llevó todas sus riquezas, que se los tragó como un monstruo y luego los arrojó a la basura.


Es Dios todopoderoso quien ordena: Cortad árboles y construid una rampa para asaltar Jerusalén. Es una ciudad que está condenada porque en ella solo hay opresión.


que maltrata a los pobres y que roba a los demás; que no devuelve a su deudor lo que recibió en garantía de pago; que adora a dioses falsos y comete acciones odiosas;


Hay también quienes matan por dinero, quienes cobran intereses a los que les piden dinero prestado y quienes maltratan violentamente a su prójimo, olvidándose de mí. Esto es lo que yo, que soy vuestro Dios, os digo.


Tus gobernantes siempre están dispuestos a matar y eliminar gente con tal de hacerse ricos. ¡Parecen lobos que despedazan a su presa!


Las gentes del país practican la violencia; roban y asaltan a los pobres, maltratan a los necesitados y se aprovechan de los emigrantes no respetando sus derechos.


Tus habitantes no respetan ni a su padre ni a su madre, oprimen a las viudas y a los huérfanos, y maltratan a los extranjeros y emigrantes.


Yo cuidaré de mi pueblo como cuida un buen pastor a sus ovejas. Mi pueblo anda perdido, pero yo lo buscaré. Se ha apartado del camino, pero yo lo haré volver. Anda herido, pero yo vendaré sus heridas. Está débil, pero yo le daré fuerzas. Y aun cuando esté gordo y fuerte, cuidaré de él.


Daré muestras de mi poder en el cielo y en la tierra: habrá sangre y fuego, y grandes columnas de humo.


Escuchad, israelitas, esta palabra que Dios pronuncia contra vosotros, contra todo el pueblo al que Dios hizo salir de Egipto: De todos los pueblos de la tierra, solo a vosotros os elegí, solo a vosotros os saqué de Egipto. Por eso voy a haceros pagar toda la maldad que habéis cometido.


Si dos personas caminan juntas, es porque están de acuerdo.


humilláis a los pobres y les quitáis el pan de la boca al cobrarles altos impuestos. Por eso no podréis disfrutar de las lujosas casas que habéis construido, ni tampoco beberéis el vino de los hermosos viñedos que plantasteis.


¡Que mal os va a ir a los que vivís tranquilos y confiados en Jerusalén y en Samaría y presumís de ser los jefes de la nación más importante, a quienes acuden los israelitas!


Bebéis vino hasta emborracharos y usáis los más finos perfumes, ¡pero nada os importa que el país esté en la ruina!


Esto es lo que dice el Dios todopoderoso: Voy a iniciar un juicio contra vosotros. Actuaré como testigo contra los que practican la brujería, contra los que son adúlteros, contra los que hacen juramentos falsos, contra los que explotan a sus trabajadores, contra los que abusan de las viudas y de los huérfanos, contra los que maltratan a los que no son israelitas y contra los que me faltan al respeto.


Después se fueron al territorio de Basán donde reinaba Og quien con todo su ejército salió al encuentro de los israelitas en Edreí y luchó contra ellos.


Si dais trabajo a una persona pobre, al terminar el día pagadle lo que sea justo. La gente pobre, sea israelita o extranjera, trabaja para poder comer, así que necesita ese dinero. Si no os comportáis así, esa gente se quejará de vosotros ante Dios y seréis culpables de pecado.


Un pueblo desconocido comerá los frutos que produzca vuestra tierra y se aprovechará de vuestros trabajos, mientras vosotros seréis maltratados y explotados.


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