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Amós 1:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 Estos fueron los mensajes de Amós: Cuando Dios deja oír su poderosa voz en el monte Sion, se marchitan los pastos de la pradera y se reseca el monte Carmelo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

2 Dijo: Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del Carmelo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Esto es lo que vio y oyó: «¡La voz del Señor rugirá desde el monte Sion; su voz tronará desde Jerusalén! Los buenos pastizales de los pastores se secarán, y la hierba del monte Carmelo se marchitará y morirá».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Dijo: 'Ruge Yavé desde Sión, desde Jerusalén hace oír su voz; se marchitan los pastos de los pastores y se secan las cumbres del Carmelo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Dijo:° ¡YHVH ruge desde Sión, y desde Jerusalem alza su voz! Los pastizales de los pastores harán duelo, Y la cumbre del Carmelo se secará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Dijo: 'Yahveh ruge desde Sión, da voces desde Jerusalén: se agostan los pastizales de los pastores, se deseca la cumbre del Carmelo'.

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Amós 1:2
23 Referans Kwoze  

La voz de nuestro Dios retumba con fuerza; la voz de nuestro Dios retumba con poder.


La ciudad de Dios jamás caerá porque Dios habita en ella; Dios mismo vendrá en su ayuda desde el comienzo mismo del día.


Cuando el rey se enfurece es como un león que ruge; quien provoca su furor, pone en peligro su vida.


Todos en el país están tristes; los bosques del Líbano están secos, han perdido su frescura. Todo el valle de Sarón ha quedado hecho un desierto; la región de Basán y el monte Carmelo han perdido su verdor.


Todo el mundo se alegrará porque Dios dará al desierto la belleza del monte del Líbano, la fertilidad del monte Carmelo y la hermosura del valle de Sarón.


Dios va a ponerse en marcha con toda la furia de un guerrero: ¡lanzará un grito de guerra y derrotará a sus enemigos!


Todas las ciudades de Judá están tristes y desanimadas; la gente se sienta en el suelo, y en Jerusalén todos lloran.


Anuncia este mensaje contra esas naciones: Dios lanza un grito de guerra desde el cielo, donde él tiene su trono. Es tanta su ira contra su pueblo y contra los habitantes de la tierra, que su voz retumba a lo lejos y resuena como los gritos de los que pisan uvas en el lagar. Dios tiene un pleito contra todas las naciones y contra todos los habitantes del mundo. ¡Él hará que perezcan los malvados!


Los profetas que vivieron antes que nosotros anunciaron que habría guerra, hambre y enfermedades en muchas naciones y en grandes reinos.


Yo haré que Israel regrese a su propia tierra donde yo le daré alimento en el monte Carmelo, en la región de Basán y en las montañas de Efraín y Galaad.


Yo rugiré como un león y vosotros regresaréis desde Egipto y desde Asiria; vendréis a mí temblando de miedo, como las aves que vienen del oeste, y yo os llevaré a vuestras casas para que volváis a habitarlas. Yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


¡Te atacaré como una osa a la que se le quitan sus cachorros! Te desgarraré el vientre, te devoraré como si fuera una leona; como una fiera salvaje te haré pedazos.


Dios nuestro, en ti buscamos ayuda porque el fuego ha quemado nuestros campos y nuestros bosques.


Al frente de este ejército, que es muy grande y poderoso, Dios deja oír su voz de mando y este ejército lo obedece. Ante el día de Dios que será impresionante y terrible, nadie podrá mantenerse firme.


Tal vez se escondan en lo más alto del monte Carmelo, pero yo mismo iré a buscarlos y los sacaré de allí. Tal vez se escondan de mi vista en lo más profundo del mar, pero yo mandaré al monstruo marino para que los destroce con sus dientes.


Si reprende al mar y a los ríos, estos se quedan secos por completo; entonces se marchitan las flores del Líbano, se debilitan los campos de Basán y el monte Carmelo.


En Maón vivía un hombre de la familia de Caleb. Se llamaba Nabal y era muy rico, pues tenía propiedades en Carmel y era dueño de tres mil ovejas y mil cabras. Pero también era muy grosero y maleducado. En cambio su mujer, que se llamaba Abigail, era una mujer muy inteligente y hermosa.


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