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2 Timoteo 2:2 - Biblia Lenguaje Básico

2 Tú has oído lo que les he enseñado a muchas personas. Ahora quiero que enseñes eso mismo a cristianos en los que puedas confiar y que sean capaces de enseñar a otros.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Me has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Cuanto has aprendido de mí, confirmado por numerosos testigos, confíalo a personas que merezcan confianza y que puedan instruir después a otros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Las cosas que oíste de mí en medio° de muchos testigos, éstas encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Y lo que escuchaste de mí en presencia de muchos testigos, deposítalo en hombres de confianza, que sean a su vez capaces de enseñar a otros.

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2 Timoteo 2:2
33 Referans Kwoze  

En cuanto a ti, Esdras, Dios te ha dado muchos conocimientos. Úsalos para nombrar dirigentes y jueces que gobiernen con justicia a quienes conocen la ley de Dios en la provincia al oeste del río Éufrates; y a quienes no la conozcan, enséñasela tú.


A mi hermano Jananí lo nombré gobernador de Jerusalén; a Jananías lo nombré comandante de la fortaleza de Jerusalén, porque mi confianza en su lealtad era total y además respetaba a Dios más que otras personas.


Pero sí buscaré la compañía con la gente buena de este país; solo estará a mi servicio quien lleve una vida correcta.


El mal mensajero te mete en problemas; el buen mensajero te traerá prosperidad.


Yo, el Dios de Israel, les digo: si un profeta tiene un sueño, que lo cuente; si recibe un mensaje de mi parte, que lo comunique al pie de la letra. ¡Pero que no mezclen la verdad con la mentira!


Luego se repondrán esas piedras con otras nuevas, y se pintarán de cal las paredes de la casa.


Vosotros, los sacerdotes, sois mis mensajeros y vuestro deber es atesorar sabiduría para instruir debidamente al pueblo que me busca.


Jesús les dijo: —Todo maestro de la Ley que se hace discípulo del reino de Dios, se parece al amo de casa que de su despensa saca cosas nuevas y cosas viejas.


El Señor le respondió: —¿Quién es el administrador responsable y fiel? Es aquel a quien el dueño de la casa deja encargado de toda su familia, para que les sirva la comida a tiempo.


A los que están encargados de alguna tarea se les pide que la hagan con fidelidad.


Doy gracias a Dios porque nos hace participar del triunfo de Cristo, y porque nos permite anunciar por todas partes su mensaje para que así todos lo reconozcan. Anunciar la buena noticia es como ir dejando por todas partes el suave aroma de un perfume. Y nosotros somos ese suave aroma que Cristo ofrece a Dios. Somos como un perfume que da vida a los que creen en Cristo. Por el contrario, para los que no creen somos como un olor mortal. ¿Quién será capaz de cumplir con la tarea que Dios nos ha dejado?


Pero nosotros no somos capaces de hacer nada por nosotros mismos; es Dios quien nos da la capacidad de hacerlo.


Eso lo aprendisteis de labios de Epafras, nuestro querido compañero de trabajo, que tan fielmente os sirve por amor a Jesucristo.


Le doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque ha confiado en mí y me ha dado fuerzas para trabajar por él.


Timoteo, hijo mío, las cosas que te pido hacer están de acuerdo con las palabras proféticas que se dijeron acerca de ti. Cumple, pues, con ellas y participa en este hermoso combate.


No hagas que sean inútiles las capacidades que Dios te dio cuando los líderes de la Iglesia pusieron sus manos sobre tu cabeza, siguiendo el mandato del Espíritu.


Si enseñas la verdad a los hermanos, serás un buen siervo de Jesucristo. Estudiar y obedecer las enseñanzas cristianas, como tú lo haces, es lo mismo que alimentarse bien.


Antes de nombrar a alguien para el servicio a Dios, piénsalo bien, porque, si esa persona hace algo malo, tú serás también responsable de lo que haga. En cuanto a ti, mantén limpia tu conciencia.


Esfuérzate todo lo posible por tener una fe fuerte, y para ello confía en la vida eterna a la que Dios te llamó y que tú has anunciado delante de muchos testigos.


Pero tú, Timoteo, conoces bien mis enseñanzas, mi manera de vivir y de pensar, y sabes cuánta es mi fe en Dios. Conoces también mi paciencia, mi amor y mi fuerza para soportar las dificultades.


Tú debes seguir creyendo en lo que aprendiste y sabes que es la verdad. Después de todo, conoces muy bien a quienes te lo han enseñado.


Para poder ayudarlos, Jesús tenía que hacerse igual a sus hermanos, convirtiéndose en sacerdote lleno de amor y fiel en todo lo que se refiere a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús logró que Dios perdonara nuestros pecados.


Sin embargo, yo pondré en mi santuario a un sacerdote fiel, que hará todo como a mí me gusta. Haré que sus descendientes vivan mucho tiempo y que sirvan al rey que he elegido.


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