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2 Timoteo 1:16 - Biblia Lenguaje Básico

16 Le pido a Dios que sea bueno con la familia de Onesíforo y la ayude. Él me animó muchas veces y no se avergonzó de que yo estuviera en la cárcel.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se avergonzó de mis cadenas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Que el Señor muestre una bondad especial con Onesíforo y toda su familia, porque él me visitó muchas veces y me dio ánimo. Jamás se avergonzó de que yo estuviera en cadenas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Que el Señor bendiga a la familia de Onesíforo, pues a menudo vino a confortarme y no se avergonzó de mis cadenas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo, pues muchas veces me reanimó y no se avergonzó de mis cadenas,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 ¡Tenga el Señor piedad con la casa de Onesíforo, que tantas veces me ha dado ánimos y no sólo no se ha avergonzado de mis cadenas,

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2 Timoteo 1:16
27 Referans Kwoze  

—Que Dios os bendiga pues habéis sido fieles a vuestro rey hasta el fin y le habéis dado sepultura. Que Dios os trate siempre con mucho amor, y que nunca os abandone. Yo también os trataré bien por haberos portado así.


A continuación supliqué a Dios: —¡Dios mío, toma en cuenta esto que acabo de hacer y no te olvides de todo lo bueno que he hecho por tu Templo y por el culto!


Luego ordené a los levitas que se purificaran y fueran a vigilar las puertas para que se respetaran los sábados. Y supliqué a Dios: «¡Dios mío, tampoco olvides esto que he hecho! Ya que eres tan bueno, ¡ten compasión de mí!».


Organicé también a los que traían la leña, para que lo hicieran en las fechas indicadas, y organicé la entrega de los primeros frutos. Luego supliqué a Dios: «¡Acuérdate de mí, Dios mío, y trátame bien!».


Luego oré a Dios con estas palabras: —Te ruego que te acuerdes de todo lo que he hecho por esta gente.


Me has recompensado por mi buena conducta; tú sabes, Dios mío, que soy inocente ante ti.


La persona buena es generosa y está siempre dispuesta a prestar; Dios bendecirá a su descendencia.


Dile además que yo me comprometo a no dejarlo caer en manos de los babilonios a quienes tanto teme.


El que recibió dos mil monedas ganó otras dos mil.


Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.


El jefe arrestó a Pablo y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó a la gente: —¿Quién es este hombre, y qué ha hecho?


Os he invitado porque quería deciros que me encuentro preso por tener la misma esperanza que tienen todos los de Israel.


Me hicieron sentir muy bien, lo mismo que a vosotros. Debéis estar muy agradecidos a personas como estas.


El Señor me envió a anunciar ese plan y por ello estoy ahora preso. Pedidle a Dios que me dé el valor de anunciar sin ningún temor la buena noticia.


Por eso mismo estoy sufriendo ahora. Pero no me avergüenzo de lo que me pasa, porque yo sé bien en quién he puesto mi confianza. Estoy seguro de que él tiene poder para hacer que la buena noticia se siga anunciando hasta que llegue el fin del mundo.


Al contrario, tan pronto llegó a Roma, me buscó por todas partes, hasta que me encontró.


Estoy seguro de que el Señor Jesús lo tratará con bondad el día en que Dios juzgue a todo el mundo. Como sabes, Onesíforo nos fue de gran ayuda en la ciudad de Éfeso.


Por lo tanto, no te avergüences de hablar bien de nuestro Señor Jesús. Tampoco te avergüences de mí, que estoy preso por servir a Jesucristo. Al contrario, tienes que estar dispuesto a sufrir conmigo, con las fuerzas que Dios te dará, por anunciar la buena noticia.


Dale mis saludos a Priscila y a Áquila, y a toda la familia de Onesíforo.


Hermano Filemón, hazme este favor, pero no lo hagas por mí, sino como creyente que eres. De esta manera me ayudarás a sentir el consuelo de Cristo.


Hermano Filemón, estoy muy contento y animado de saber que amas mucho a los demás, pues has consolado y animado a todos los creyentes.


También tuvisteis compasión de los que estaban en la cárcel, y soportasteis con alegría que las autoridades os quitaran vuestras pertenencias, porque sabíais que en el cielo tenéis algo mucho más valioso y duradero.


Dios es justo y nunca olvidará lo que habéis hecho y seguís haciendo, para ayudar a los creyentes. De esa manera, habéis demostrado vuestro amor a Dios.


Todavía no habían caminado mucho cuando Noemí les dijo: —Es mejor que regreséis a vivir con vuestras familias. Que Dios os trate bien, como vosotras me habéis tratado a mí y a mis hijos.


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