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2 Timoteo 1:10 - Biblia Lenguaje Básico

10 Un don que se ha hecho manifiesto por la aparición de Jesucristo nuestro Salvador. Él destruyó la muerte y, por medio de la buena noticia, nos ha dado la vida eterna.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 y ahora todo esto él nos lo ha hecho evidente mediante la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Destruyó el poder de la muerte e iluminó el camino a la vida y a la inmortalidad por medio de la Buena Noticia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 acaba de manifestarse ahora con la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, que ha destruido la muerte y ha hecho resplandecer en su Evangelio la vida y la inmortalidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 pero ahora manifestada mediante el aparecimiento de nuestro Salvador, Jesús el Mesías, el cual abolió la muerte, y sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 pero que se ha manifestado ahora en la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús. Él ha destruido la muerte, y ha hecho aparecer, por el evangelio, la vida y la incorrupción.

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2 Timoteo 1:10
58 Referans Kwoze  

porque yo soy tu Dios y te pondré a salvo. Yo soy el Dios Santo de Israel. Israel, yo te amo; tú vales mucho para mí. Para salvarte y hacer que fueras mi pueblo, tuve que pagar un alto precio, tuve que entregar a naciones enteras, como Sabá, Etiopía y Egipto con todos sus habitantes.


Porque tú, Dios nuestro, eres un Dios misterioso, el Dios salvador de Israel.


Vayamos a juicio a ver si podéis responderme: ¿Quién anunció estas cosas mucho antes de que sucedieran? Fui yo, el único Dios, y no hay otro dios fuera de mí. Solo yo soy justo y salvador y fuera de mí no existe ningún otro.


¿Y así esperas todavía que yo te libre de la muerte? ¡Pues ya no te mostraré compasión! Muerte, ¡ven con tu poder, ven a destruir a este pueblo!


Si todo tu cuerpo está iluminado, sin que haya ninguna parte oscura, entonces toda tu vida quedará iluminada como si una lámpara te iluminara con su luz.


Entonces dijo al encargado de cuidar la viña: «Tres años seguidos he venido a ver si esta higuera daba higos, y nunca he encontrado nada. Córtala, porque solo está ocupando terreno».


¡Vuestro Salvador acaba de nacer en Belén, la ciudad de David! ¡Es el Mesías, el Señor!


La verdadera luz, la que ilumina a toda la humanidad, estaba a punto de llegar a este mundo.


Jesús le respondió: —Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por medio de mí.


Pero lo que aquí se ha escrito es para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que así, creyendo en él, recibáis la vida eterna.


hasta el punto de decir a la mujer: —Ahora creemos, no por lo que tú nos has dicho, sino porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que en verdad él es el Salvador del mundo.


vosotros no queréis creerme para así tener vida eterna.


Dios prometió que un descendiente de David vendría a salvar al pueblo israelita. Pues bien, ese descendiente es Jesús.


y ha hecho que Jesús se siente a la derecha de su trono, nombrándolo Jefe y Salvador, para que el pueblo de Israel deje de pecar y Dios le perdone sus pecados.


Ahora conocemos ese plan por medio de lo que escribieron los profetas. Además, Dios, que vive para siempre, así lo ordenó, para que todo el mundo crea y obedezca al Señor.


a los que hicieron lo bueno esperando recibir de parte de Dios reconocimiento, les dará honor y vida eterna, dejándolos vivir para siempre con él.


Pero creer en Jesús, no quiere decir que la ley ya no sirva. Al contrario, si creemos en él, la ley tiene más valor.


Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que ya no somos esclavos del pecado,


El último enemigo que Cristo vencerá es la muerte.


Por eso, no culpéis a nadie antes de que Jesucristo vuelva. Cuando él venga, dará a conocer todo lo que está oculto y todo lo que piensa cada uno de nosotros. Entonces Dios nos dará a cada uno el premio que merezcamos.


Mientras vivimos en esta tienda de campaña, que es nuestro cuerpo, nos sentimos muy tristes y cansados. Y no es que no queramos morir. Más bien, quisiéramos que nuestros cuerpos se transformen, y que lo que ha de morir se cambie por lo que vivirá para siempre.


Los que quieren que Dios los acepte por cumplir la ley, rechazan la gracia de Dios y dejan de estar unidos a Cristo.


También le pido a Dios que os haga comprender con claridad el gran valor de la esperanza a la que habéis sido llamados y cuál es la inmensa gloria que vosotros, los creyentes, vais a heredar.


Dios nos mostró el plan que había mantenido en secreto y que había decidido realizar por medio de Cristo.


Después de eso, el malvado aparecerá y Satanás lo ayudará a engañar a muchos con señales y falsos milagros. Engañará con toda clase de mentiras a los que no quisieron amar y aceptar el verdadero mensaje de Jesucristo; mensaje que podría haberlos salvado del castigo que recibirán. Dios permitirá que ese hombre mentiroso y malvado los engañe, para que acepten lo que es falso. Así Dios castigará a todos los que no han querido creer en el verdadero mensaje y disfrutan haciendo el mal. Pero cuando el Señor Jesús vuelva con todo su poder y su gloria, destruirá con el soplo de su boca al hombre malvado y le quitará su poder.


Querido hijo Timoteo: Te envío mis saludos y de todo corazón les pido a Dios Padre y a Jesucristo nuestro Señor que te concedan su gracia, te ayuden en todo, y te den su paz. Soy apóstol de Cristo y he sido enviado por Dios para comunicar su mensaje y anunciar la promesa de vida eterna por medio de Cristo Jesús.


Por lo tanto, no te avergüences de hablar bien de nuestro Señor Jesús. Tampoco te avergüences de mí, que estoy preso por servir a Jesucristo. Al contrario, tienes que estar dispuesto a sufrir conmigo, con las fuerzas que Dios te dará, por anunciar la buena noticia.


Cuando Jesucristo venga como Rey, juzgará a todos, tanto a los que estén vivos como a los que estén muertos. Por eso pongo a Dios y a Jesucristo por testigos de lo que te mando.


Sé que Dios es un juez justo y que, cuando juzgue a todos, me dará una corona como premio a mi obediencia. Y no solo a mí me la dará, sino también a todos los que esperan con ansias su regreso.


Dios ha demostrado su bondad a todos los seres humanos,


Así debemos vivir, mientras llega ese día feliz y maravilloso que todos esperamos, cuando regrese nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


Pero Dios, nuestro Salvador, nos mostró que él es bueno y que ama a todos los seres humanos.


Recordad todas las dificultades y los sufrimientos por los que habéis pasado al principio, cuando aceptasteis la buena noticia. A pesar de ello, os portasteis con gran fortaleza.


Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, que me envió a anunciar su mensaje. Recibid mis saludos todos los que gracias a Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, habéis recibido una fe de tanto valor como la nuestra.


y Dios, os abrirá de par en par la puerta del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


Dios utilizó su poder para darnos todo lo que necesitamos y para que vivamos como él quiere. Nos lo ha dado cuando nos hizo conocer a Jesucristo, por medio del cual nos eligió para que seamos parte de su reino.


Además, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y han dejado de seguir el ejemplo de los pecadores de este mundo, si de nuevo se dejan engañar con esas cosas, y se dejan controlar por el pecado, acabarán peor que antes.


Que la gracia y el conocimiento que tenéis de nuestro Señor Jesucristo crezca cada vez más en vosotros. ¡A él le corresponde la gloria ahora y siempre! Amén.


No olvidéis el mensaje que los profetas de Dios os dieron hace mucho tiempo y recordad, sobre todo, el mandamiento que nos dio nuestro Señor y Salvador Jesucristo y que los apóstoles os enseñaron.


Nosotros mismos lo hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para salvar al mundo.


Después de esto vi que del cielo bajaba otro ángel. Tenía un inmenso poder y era tanto su brillo que la tierra se iluminó con su resplandor.


Si alguien tiene oídos, que ponga atención a lo que el Espíritu de Dios dice a las iglesias. A los que salgan vencedores les daré a comer el fruto del árbol que da vida, un árbol que crece en el paraíso de Dios.


Luego, la Muerte y el Abismo fueron lanzados al lago de fuego. Los que caen en ese lago quedan separados de Dios para siempre.


Felices los que dejen de hacer lo malo, pues tendrán derecho a comer de los frutos del árbol que da vida eterna y podrán entrar por las puertas de la ciudad.


El Espíritu de Dios y la esposa del Cordero dicen: —¡Ven! Y todos los que estén escuchando digan: —¡Ven! Y el que tenga sed y quiera agua, que venga y tome gratis del agua que da vida eterna.


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