Hay que decir también que Jonatán, el hijo de Saúl, había tenido un hijo al que puso por nombre Mefibóset. Cuando llegaron las noticias de que Saúl y Jonatán habían muerto en Jezrael, el niño tenía ya cinco años. La niñera entonces tomó a Mefibóset y huyó; pero por las prisas el niño se cayó y quedó cojo.
Cuando los israelitas que estaban al otro lado del valle, y también los que residían al otro lado del Jordán, vieron que el ejército de Israel había huido, y que Saúl y sus hijos estaban muertos, también ellos huyeron y abandonaron sus ciudades. Entonces llegaron los filisteos y ocuparon esas ciudades.