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2 Samuel 3:39 - Biblia Lenguaje Básico

39 Es verdad que yo soy el rey elegido por Dios, pero en realidad Joab y Abisay, esos hijos de Seruyá, son más fuertes que yo. ¡Que Dios les dé su merecido por la maldad que han cometido!

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Biblia Reina Valera 1960

39 Y yo soy débil hoy, aunque ungido rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son muy duros para mí; Jehová dé el pago al que mal hace, conforme a su maldad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Y aunque soy el rey ungido, estos dos hijos de Sarvia —Joab y Abisai— son demasiado fuertes para que yo los controle. Por eso, que el Señor les dé a estos hombres malignos su paga por sus malas acciones».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Yo, por ahora, a pesar de que he recibido la consagración real, puedo hacer bien poca cosa; esos hombres, los hijos de Seruya, son más duros que yo. ¡Que Yavé haga pagar el mal al que lo hizo!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Y yo, aunque ungido como rey, he sido benévolo, mientras que esa gente, los hijos de Sarvia, han sido más duros que yo. ¡Que YHVH pague al malvado conforme a su maldad!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Yo soy al presente todavía débil, a pesar de haber sido ungido rey, y estos hombres, los hijos de Servia, son más duros que yo. ¡Pague Yahveh al malhechor conforme a su malicia!'.

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2 Samuel 3:39
30 Referans Kwoze  

Pero el rey le dijo: —No os metáis en mis asuntos, hijos de Seruyá. Tal vez Dios lo mandó a maldecirme. Si es así, nosotros no somos quién para impedírselo.


Abisay, el hijo de Seruyá, dijo: —¿Acaso no merece Simí la muerte por haber maldecido al rey elegido por Dios?


Luego el rey dijo a sus oficiales: —¿Os dais cuenta de que hoy ha muerto en Israel un gran hombre?


Dios hará que Joab sea el culpable de su propia muerte. Porque él atacó y mató a dos hombres más justos y mejores que él, sin que lo supiera mi padre David. Mató a Abner hijo de Ner, que era jefe del ejército israelita, y a Amasá hijo de Jéter, que era jefe del ejército de Judá.


Tú, sin embargo, no lo dejes sin castigo. Tú eres un hombre sabio y sabrás lo que tienes que hacer para que tenga una muerte violenta.


A continuación el rey David se dirigió a toda la asamblea reunida y dijo: —Dios ha elegido a mi hijo Salomón para que le construya el Templo; sin embargo, él todavía es muy joven y no tiene experiencia para hacer un trabajo tan importante. Porque no se trata de la construcción de un palacio ordinario, sino de un Templo para Dios,


¡Arrojaré de la ciudad de Dios a todos los malhechores! ¡No pasará un solo día sin que yo destruya a todos los malvados del país!


¡Págales con la misma moneda! ¡Dales su merecido! Sus acciones han sido malas; ¡devuélveles mal por mal,


Dos cosas he oído decir a Dios: que es un Dios poderoso,


Ha cavado un hoyo muy profundo, pero en ese mismo hoyo caerá


Yo siempre aclamaré y cantaré himnos al Dios de Israel,


Quien mate a golpes a otra persona, también él deberá morir.


En cuanto el rey se sienta para juzgar al acusado, con una mirada suya descubre cualquier mal.


limpiando de malvados el reino, el rey mantiene la justicia.


Allí dirás al rey lo siguiente: «Ten cuidado, pero no te asustes; el rey Resín y el rey Pécaj están furiosos, pero no les tengas miedo, pues no son más que un fuego que solo echa humo y pronto se apaga.


Sedecías les respondió: —Yo soy el rey, pero no puedo oponerme a vuestras decisiones. ¡Haced lo que os parezca bien!


Al día siguiente, los jefes principales acudieron de nuevo al rey y le dijeron: —Tú sabes bien, majestad, que cuando un rey de los medos y los persas firma una ley, nadie puede cambiarla.


Construid aquí ciudades para vuestros hijos y corrales para vuestro ganado. Pero cumplid vuestra promesa, porque si no lo hacéis, cometeréis un gran pecado contra Dios, y él os castigará.


Porque ellos están para servir a Dios y para beneficiaros a vosotros. Pero si os portáis mal, ¡echaos a temblar!, porque la espada que llevan no es de adorno. Ellos están para servir a Dios, pero también para castigar a los que hacen el mal.


Ten cuidado con Alejandro, el herrero, pues me ha hecho mucho daño y está en contra de lo que enseñamos. Pero yo sé que el Señor Jesucristo le tendrá en cuenta lo que ha hecho.


También Dios hizo que los de Siquén pagaran por todos sus crímenes, tal como lo anunció Jotán cuando los maldijo.


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