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2 Samuel 12:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Un día llegó un visitante a la casa del rico, y el rico lo invitó a comer. Pero como no quería matar ninguna de sus ovejas ni de sus vacas, le quitó al pobre su oveja y la mató para dar de comer a su visitante.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Y vino uno de camino al hombre rico; y este no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Cierto día llegó una visita a la casa del hombre rico. Pero en lugar de matar un animal de su propio rebaño o de su propia manada, tomó la ovejita del hombre pobre, la mató y la preparó para su invitado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Un día el rico recibió a una visita. Como no quería sacrificar ningún animal de su ganado para preparar una cena al que acababa de llegar, robó la oveja del pobre y se la preparó a su visita'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Pero un viajero fue al hombre rico, y éste no quiso tomar de sus rebaños ni de sus vacadas para guisarlas para el viajero que le había llegado, sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la guisó para el hombre que había venido a él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Llegó un viajero a casa del rico, quien, doliéndole tener que tomar de sus ovejas y bueyes para dar de comer al viajero llegado a su casa, echó mano a la ovejita del pobre y la aderezó para el hombre que había llegado a su casa'.

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2 Samuel 12:4
6 Referans Kwoze  

en cambio, el pobre solo tenía una oveja que había comprado. La crio y la cuidó junto con sus hijos como si fuera una hija más. Tanto quería ese hombre a su oveja que hasta le daba de comer de su mismo plato, y la dejaba recostarse y dormir en su regazo como a una hija.


Al oír esto, David se enfureció contra el hombre rico y dijo a Natán: —Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte.


Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan.


Cuando el anciano vio al viajero sentado en la plaza, le preguntó: —¿De dónde vienes y adónde vas?


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