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2 Samuel 11:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Al año siguiente, en la época en que los reyes solían salir a la guerra, David envió a Joab y a los jefes de su ejército a luchar contra los amonitas, pero él se quedó en Jerusalén. El ejército de Joab derrotó a los amonitas y puso cerco a la ciudad de Rabá.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En la primavera, cuando los reyes suelen salir a la guerra, David envió a Joab y al ejército israelita para pelear contra los amonitas. Destruyeron al ejército amonita y sitiaron la ciudad de Rabá. Sin embargo, David se quedó en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 A vuelta de año, en la época en que los reyes hacen sus campañas, David mandó a Joab con su guardia y todo Israel. Derrotaron completamente a los amonitas y sitiaron Rabbá, mientras David se quedaba en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Aconteció en la primavera del año,° al tiempo que los reyes° suelen salir a campaña, que David envió a Joab y con él a sus siervos y todo Israel, los cuales destruyeron a los amonitas y sitiaron a Rabá; pero David permaneció en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 A la vuelta de un año, por el tiempo en que los reyes salen a campaña, mandó salir David a Joab con sus servidores y con todo Israel. Devastaron el país de los amonitas y pusieron cerco a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

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2 Samuel 11:1
15 Referans Kwoze  

Cuando los amonitas vieron que los arameos estaban huyendo, también ellos se dieron a la fuga ante Abisay y corrieron a refugiarse en su ciudad. Entonces Joab dejó de combatir con ellos y regresó a Jerusalén.


Después de todo esto el profeta fue a ver al rey de Israel y le dijo: —Refuerza el ejército y piensa bien lo que tienes que hacer, porque el rey de Siria vendrá el año que viene para atacarte.


Un año después, Benadad reunió al ejército sirio y fue a Afec para luchar contra Israel.


Al año siguiente, en la época en que los reyes solían ir a la guerra, Joab salió con su ejército y se enfrentó a los amonitas. Rodeó la ciudad de Rabá, la conquistó y la destruyó, mientras David permanecía en Jerusalén.


En la primavera de ese año, el rey Nabucodonosor ordenó que llevaran a Joaquín preso a Babilonia. En su lugar, Nabucodonosor nombró como rey de Judá a Sedecías, que era hermano de Joaquín. También se llevaron a Babilonia los utensilios de más valor que había en el Templo de Dios.


Las tierras de Galaad son mías, como lo son las tribus de José y lo es la tribu de Judá.


Un día amamos, otro odiamos; un día tenemos guerra, otro tenemos paz.


Pero ya se acerca el día —soy yo, Dios quien lo asegura— en que haré que se escuchen gritos de guerra en la ciudad de Rabat, que es la capital del reino de Amón. Tanto Rabat como las ciudades vecinas arderán en llamas y quedarán en ruinas; y entonces Israel echará de allí a todos los que le robaron su tierra.


¡Llorad, los que vivís en Jesbón, porque la ciudad de Ay ha sido destruida! ¡Gritad, mujeres de Rabat! ¡Vestíos de luto y lamentaos! Corred de un lado para otro, dentro de los muros de la ciudad, porque vuestro dios Milcón y sus sacerdotes serán llevados a otro país, junto con los jefes de Amón.


Por eso prenderé fuego a las murallas de Rabá, y sus palacios quedarán hechos cenizas. Lo haré el día de la batalla, en medio del estruendo de un día de tempestad;


Cuando llegue ese día, Dios mismo luchará contra esas naciones. Pondrá su campamento en el monte de los Olivos, que está al este de Jerusalén. Partirá en dos el monte para formar un gran valle, que se extenderá de este a oeste. Una mitad del monte quedará en la parte norte y la otra mitad quedará en la parte sur.


Og era el último rey de los refaítas; dormía en una cama de hierro que medía cuatro metros de largo y dos de ancho y que aún puede verse en la ciudad amonita de Rabá.


Siempre que los jefes de los filisteos salían a luchar contra los israelitas, David tenía más éxito que el resto de los comandantes de Saúl, por lo que llegó a ser muy famoso.


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