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2 Reyes 9:6 - Biblia Lenguaje Básico

6 Entonces Jehú y el profeta fueron a otra habitación. Allí el joven profeta derramó el aceite sobre la cabeza de Jehú y dijo: —El Dios de Israel te ha elegido para ser rey de su pueblo.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y él se levantó, y entró en casa; y el otro derramó el aceite sobre su cabeza, y le dijo: Así dijo Jehová Dios de Israel: Yo te he ungido por rey sobre Israel, pueblo de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Entonces Jehú dejó a los otros y entró en la casa. Acto seguido, el joven profeta derramó el aceite sobre la cabeza de Jehú y dijo: «Esto es lo que el Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te unjo rey del pueblo del Señor, Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Jehú se paró y entró en la casa, entonces el hermano profeta derramó aceite sobre su cabeza diciéndole: 'Esto dice Yavé, Dios de Israel: Te he consagrado como rey del pueblo de Yavé, de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y él se levantó y entró en la casa, y Eliseo derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: Así dice YHVH Dios de Israel: ¡Te he ungido como rey sobre Israel, pueblo de YHVH!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Jehú se levantó y entró en la casa. El joven derramó el aceite sobre su cabeza, mientras le decía: 'Así habla Yahveh, Dios de Israel: yo te unjo por rey del pueblo de Yahveh, de Israel.

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2 Reyes 9:6
20 Referans Kwoze  

El sacerdote Sadoc y el profeta Natán deben derramar aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey de Israel. Después, tocad la trompeta y gritad: —¡Viva el rey Salomón!


¡Bendito sea tu Dios, a quien le agradó tu conducta y ha querido hacerte rey de Israel. Precisamente porque Dios ama a Israel con amor eterno, te ha nombrado rey para que gobiernes con justicia.


Vete y di a Jeroboán esto que el Dios de Israel le comunica: «Yo te elegí de entre el pueblo para que gobernaras sobre Israel.


y a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel. Y para que te suceda como profeta, nombra a Eliseo, hijo de Safat, natural de Abelmejolá.


Y ahora tengo que dirigir a este pueblo que tú has elegido, un pueblo tan numeroso que es imposible contar. Dame sabiduría para que pueda saber lo que está bien y lo que está mal. Sin tu ayuda yo no podría gobernar este pueblo.


Toma la vasija de aceite, derrámala sobre su cabeza y dile: «Dios te ha elegido para ser rey de Israel». Después abre la puerta y escapa. No te detengas.


Cuando llegó, los jefes del ejército estaban reunidos. El profeta dijo: —Tengo algo que decirte, mi capitán. Jehú preguntó: —¿A quién de nosotros? El profeta respondió: —A ti, mi capitán.


Pero Dios había decidido que esta visita a Jorán se convirtiera en la desgracia de Ocozías. Dios había elegido a Jehú, hijo de Nimsí, para que acabara con toda la familia de Ajab. Y así sucedió: Jehú encontró a los principales jefes de Judá y a los sobrinos de Ocozías, que este tenía a su servicio, y los mató. Entonces Ocozías, que había salido con Jorán para encontrarse con Jehú,


Los amenaza diciendo: «Ya elegí al rey que gobernará desde el monte Sion, que es mi monte santo».


que no presuman de su poder ni se sientan superiores».


Así dice Dios a Ciro, su elegido: «Te he escogido y te guiaré para que domines a las naciones y derribes a los reyes de sus tronos. Haré que las ciudades se rindan ante ti y te abran sus puertas de par en par.


Solo Dios hace que se sucedan las estaciones y los años; a unos los hace reinar y a otros les quita del trono; él hace que los sabios entiendan y concede ciencia a los inteligentes.


El árbol grande y poderoso que viste en tu sueño eres tú mismo. Te has hecho tan poderoso que tu grandeza ha llegado hasta el cielo. Y así como el árbol tenía ramas verdes que servían de refugio a los animales del campo y anidaban los pájaros del cielo, y todos comían de su fruta, así también tu poder, oh rey, se ha extendido por toda la tierra y tu grandeza ha crecido hasta llegar a lo alto del cielo.


Ante ti, nada podemos hacer los que vivimos en la tierra. Tú haces lo que quieres con los ejércitos del cielo y con los habitantes del mundo. Nadie puede oponerse a ti, ni pedirte cuentas por lo que haces.


Entonces Samuel sacó una vasija de aceite y la derramó sobre la cabeza de Saúl; luego le dio un beso y le dijo: —Hoy te ha elegido Dios para que seas jefe de Israel, su pueblo.


Dios nos hace ricos y nos vuelve pobres; nos humilla y nos exalta.


Dios saca del basurero al pobre y lo hace reinar entre príncipes. ¡Dios es dueño de todo el universo!


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