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2 Reyes 9:26 - Biblia Lenguaje Básico

26 «Ayer vi cómo mandaste matar a Nabot y a sus hijos. Te aseguro que en este mismo lugar voy a darte el castigo que mereces». Por lo tanto, bájalo y arrójalo en el campo de Nabot. Así se cumplirá lo que Dios había anunciado.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

26 Que yo he visto ayer la sangre de Nabot, y la sangre de sus hijos, dijo Jehová; y te daré la paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómalo pues, ahora, y échalo en la heredad de Nabot, conforme a la palabra de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 “Juro solemnemente, dice el Señor, que en esta misma parcela le daré su merecido por el asesinato que vi ayer de Nabot y de sus hijos”. Así que tírenlo en la propiedad de Nabot, tal como dijo el Señor».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Ayer vi la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, oráculo de Yavé; yo te la haré pagar en este campo. Tómalo pues y tíralo en ese campo, como dijo Yavé'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Oráculo de YHVH: ¿No vi ayer la derramada sangre de Nabot y la sangre de sus hijos? Yo voy a recompensarte por ello en este mismo sitio, dice YHVH. Así que, levántalo y échalo en ese campo, conforme a la palabra de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 '¿Es que yo no vi ayer la sangre de Nabot y la de sus hijos? ¡Oráculo de Yahveh! Pero yo te daré tu merecido en este mismo campo. ¡Oráculo de Yahveh!'. Ahora, pues, llévalo y arrójalo en ese campo, conforme a la palabra de Yahveh'.

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2 Reyes 9:26
12 Referans Kwoze  

luego hicieron venir a los dos testigos falsos que acusaron a Nabot de haber maldecido a Dios y al rey. A continuación sacaron a Nabot de la ciudad y lo mataron a pedradas.


Le dirás que va a morir, pues ha hecho asesinar a Nabot para adueñarse de su viña. Los perros lamerán su sangre en el mismo lugar en que lamieron la de Nabot.


Jorán entonces ordenó: —¡Preparad mi carro de combate! Ellos prepararon el carro, y después Jorán y Ocozías salieron al encuentro de Jehú. Lo encontraron en el campo de Nabot, en Jezrael.


Entonces Jehú dijo a su sirviente Bidcar: —Baja el cuerpo de Jorán y tíralo en el campo de Nabot, en Jezrael. Recuerdo que cuando tú y yo cabalgábamos junto a su padre, el rey Ajab, Dios dijo en contra de él:


A Joás lo dejaron gravemente herido; y en cuanto los sirios se retiraron, sus ayudantes, Zabad el amonita y Josabab el moabita, se vengaron del asesinato de Zacarías y mataron a Joás en su propia cama. Luego lo enterraron en la ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes.


Sin embargo no mató a los hijos de los asesinos, pues la ley que Dios entregó a Moisés dice: «Los padres no deben morir por culpa de sus hijos, ni los hijos deben morir por culpa de sus padres. Cada persona debe morir por su propio pecado».


Dios sabe que sois inocentes, y no se olvidará de haceros justicia; Dios siempre atiende a los pobres y tiene en cuenta sus gritos de auxilio.


No te arrodillarás ante ellos ni harás cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel y soy un Dios celoso. Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian,


Tal vez me preguntaréis: «¿Y por qué no es castigado el hijo por los pecados del padre?». Y yo os contesto: «Porque el hijo ha llevado una vida recta y honrada, y ha obedecido todos mis mandamientos. Ese hijo merece vivir.


pero lo único que hiciste fue ponerlos en vergüenza. Quisiste acabar con muchos pueblos, pero tú misma te hiciste daño.


Nadie debe ser castigado por un crimen que no haya cometido. Ni los padres deben morir por los crímenes de sus hijos, ni los hijos deben morir por los crímenes de sus padres.


No te arrodilles ante ellos ni celebres cultos en su honor, porque yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso que castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian,


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