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2 Reyes 25:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Para el día nueve del mes de Tamuz de ese año ya no había en Jerusalén nada que comer.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 A los nueve días del cuarto mes prevaleció el hambre en la ciudad, hasta que no hubo pan para el pueblo de la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Hacia el 18 de julio del año once del reinado de Sedequías, el hambre en la ciudad ya era muy intensa y se había agotado por completo lo último que quedaba de alimento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El nueve del cuarto mes, era tal el hambre en la ciudad que ya no había más pan para la población.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y a los nueve días del mes cuarto, el hambre prevaleció en la ciudad, y no hubo pan para el pueblo de la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 El día nueve del mes cuarto arreció tanto el hambre en la ciudad que no había pan para la gente del pueblo.

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2 Reyes 25:3
18 Referans Kwoze  

y prolongó el asedio hasta el año once del reinado de Sedecías.


Tiempo después, Benadad, rey de Siria, reunió a todo su ejército y puso cerco a la ciudad de Samaría con intención de conquistarla. Nadie podía entrar ni salir, y los alimentos se acabaron.


Debido a eso, hubo tanta hambre en Samaría, que la cabeza de un burro se vendía en ochenta monedas de plata, y un cuarto de litro de estiércol de paloma se vendía en cinco monedas de plata.


El Dios todopoderoso va a dejar sin apoyo ni alimentos a Jerusalén y al reino de Judá; ¡hasta el pan y el agua les va a retirar!


Sus enemigos rodearán la ciudad para destruir a sus habitantes. Habrá tanta falta de comida que la gente se comerá a sus propios hijos, y hasta se comerán los unos a los otros».


Entonces el rey Sedecías ordenó que encerraran a Jeremías en el patio de la guardia, y ordenó también que todos los días, mientras hubiera pan en la ciudad, le llevaran pan fresco del que vendían en la calle de los Panaderos. Y así Jeremías quedó encerrado en el patio de la guardia.


—Dios dice que Jerusalén caerá definitivamente bajo el poder del ejército del rey de Babilonia. Dios dice también que los que se queden en Jerusalén morirán víctimas de la guerra, del hambre o de enfermedad. Por el contrario, los que se entreguen a los babilonios salvarán su vida. Serán tratados como prisioneros de guerra, pero seguirán con vida.


Durante más de año y medio la tuvieron rodeada, y finalmente pudieron abrirse paso a través de un hueco en la muralla de la ciudad. Por ese hueco pasaron todos los generales del rey de Babilonia y fueron a instalarse en la entrada principal. Los generales eran: Nergal Saréser, Samgar Nebó, Sarsequím, que era un alto oficial, otro Nergal Saréser, que también era un alto funcionario, y todos los otros generales del rey de Babilonia. Esto ocurrió el día nueve del cuarto mes, el mes de Tamuz, del año once del reinado de Sedecías.


Para el día nueve del cuarto mes, el mes de Tamuz de ese año, ya no había en Jerusalén nada que comer.


Dios también me dijo: —Mi castigo contra Jerusalén será peor cuando envíe contra ella mis cuatro castigos mortales: la guerra, el hambre, las bestias salvajes y las enfermedades. Con estos cuatro castigos destruiré a todos sus habitantes y a sus animales.


Cuando yo declare culpables a sus habitantes, tendrán tanta hambre que los padres se comerán a sus hijos, y los hijos se comerán a sus padres. A los que logren escapar con vida, los dispersaré por todo el mundo.


la tercera parte de ellos morirá de hambre y de enfermedad. ¡Caerán muertos en las calles de la ciudad! Otra tercera parte morirá en sus alrededores atravesada por la espada. Y a la tercera parte restante la dispersaré por todo el mundo, y la perseguiré hasta destruirla por completo.


Los que se queden fuera de la ciudad morirán en el combate; los que se queden dentro morirán de hambre y de enfermedad;


Además, os dejaré sin alimentos. La comida será tan escasa, que en un pequeño horno cocerán pan diez mujeres. Tendréis racionado el pan y no podréis calmar el hambre.


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