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2 Reyes 18:7 - Biblia Lenguaje Básico

7 Por eso Dios siempre lo ayudaba y hacía que le fuera bien en todo. Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a estar bajo su dominio.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. Él se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Por eso el Señor estaba con él, y Ezequías tuvo éxito en todo lo que hizo. Se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a pagarle tributo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Por este motivo Yavé estuvo con él y tuvo éxito en todo lo que llevó a cabo. Se rebeló contra el rey de Asur y dejó de servirle;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y YHVH estuvo con él, y prosperaba en todo lo que hacía. Él se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Yahveh estuvo con él, de suerte que prosperó en todas sus empresas, se rebeló contra el rey de Asiria y dejó de estarle sujeto.

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2 Reyes 18:7
23 Referans Kwoze  

Por esos días, Abimélec fue a visitar a Abrahán. Lo acompañó Picol, que era el capitán de su ejército. Al llegar, Abimélec dijo a Abrahán: —He visto que Dios te ayuda en todo lo que haces.


luego puso gobernadores por todo su territorio, y así los edomitas lo reconocieron como rey. Dios seguía haciendo triunfar a David por dondequiera que iba.


Luego puso gobernadores sobre los sirios de Damasco, y también estos tuvieron que reconocer a David como rey y empezar a pagarle impuestos. Y Dios hacía triunfar a David por dondequiera que iba. David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales de Adadézer, y se los llevó a Jerusalén. También se llevó una gran cantidad de bronce de Betá y Berotay, ciudades que gobernaba Adadézer.


Entonces Ajaz tomó el oro y la plata que había en el Templo de Dios y en el tesoro del palacio real, y se lo envió como regalo a Tiglatpiléser, rey de Asiria, junto con este mensaje: «Yo soy tu humilde servidor y tú eres para mí como un padre. Ven y líbrame de los reyes de Siria y de Israel, pues me están atacando».


Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, lo venció y le obligó a pagarle impuestos.


Ezequías mandó entonces un mensajero a Laquis, donde estaba el rey de Asiria, con el siguiente mensaje: —Hice mal en negarme a pagarte los impuestos. Retírate de mi país, y te pagaré lo que me pidas. Entonces Senaquerib exigió a Ezequías un impuesto de nueve mil novecientos kilos de plata y novecientos noventa kilos de oro.


Para triunfar en la guerra no bastan las palabras; hace falta un buen ejército y un buen plan de ataque. ¿En quién confías, que te atreves a luchar contra el rey de Asiria?


actuando siempre al servicio del Templo según la ley y los mandamientos de Dios, y buscando a Dios con todo su corazón. Por eso tuvo éxito en todo lo que hizo.


Fue también Ezequías quien cerró el paso de las aguas que salían de la fuente de Guijón y, a través de un canal subterráneo, las llevó hasta el lado oeste de la ciudad de David. Ezequías tuvo éxito en todo lo que hizo.


Son como árboles plantados junto a los arroyos: llegado el momento, dan mucho fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!


¡Dejad ya de pelear! —dice Dios—; reconoced que yo soy Dios y que estoy por encima de las naciones y de todos los pueblos de la tierra.


Porque tú, Dios mío, te has alejado de nosotros y ya no sales a luchar al frente de nuestros ejércitos.


nos haces vivir seguros; tu sabiduría y tus conocimientos nos han dado la salvación; ¡en respetarte está nuestro tesoro!


Para triunfar en la guerra no bastan las palabras; hace falta un buen ejército y un buen plan de ataque. ¿En quién confías, que te atreves a luchar contra el rey de Asiria?


Enseñadles a cumplir todo lo que yo os he enseñado. Y sabed que estaré siempre con vosotros, hasta el fin del mundo.


Solo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros.


Siempre que Saúl enviaba a David a luchar contra los filisteos, David salía victorioso. Por eso Saúl lo puso como jefe de sus soldados. Esto le gustó mucho a todo el pueblo, incluso a los servidores de Saúl.


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