7 Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra su Dios, el que los había sacado de Egipto librándolos del poder del faraón, rey de Egipto. Ellos adoraron a otros dioses,
7 Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos,
7 Semejante desgracia ocurrió a los israelitas porque rindieron culto a otros dioses. Pecaron contra el Señor su Dios, quien los había sacado a salvo de Egipto y los había rescatado del poder del faraón, rey de Egipto.
7 Eso ocurrió porque los hijos de Israel habían pecado contra Yavé su Dios, quien los había hecho subir del territorio de Egipto y los había librado de las manos del Faraón, rey de Egipto, y se habían vuelto hacia otros dioses.
7 Esto sucedió porque los hijos de Israel habían pecado contra YHVH su Dios, que los había sacado de tierra de Egipto, de debajo de la mano de Faraón rey de Egipto, reverenciando a otros dioses,
7 Ocurrió esto porque los israelitas pecaron contra Yahveh, su Dios, que los había sacado de la tierra de Egipto, de debajo del yugo del Faraón, rey de Egipto, y adoraron a otros dioses.
Cuando Salomón llegó a viejo, esas mujeres lo apartaron de Dios y lo hicieron adorar a otros dioses. Salomón adoró a la diosa de los sidonios llamada Astarté, y en la montaña que hay frente a Jerusalén construyó un santuario en honor de Quemós, que era el dios de Moab, y en honor de Milcón, que era el dios de los amonitas. También edificó lugares para que sus mujeres ofrecieran sacrificios de animales a sus dioses y quemaran incienso. Salomón, pues, no obedeció a Dios y no se comportó con él tan fielmente como lo había hecho David, su padre.
Dios había hecho un pacto con ellos y les había ordenado: —No deis culto a otros dioses, ni os inclinéis delante de ellos; no los alabéis ni les ofrezcáis sacrificios. Yo soy el Dios verdadero; dadme culto y ofrecedme sacrificios solo a mí, pues yo os saqué de Egipto mostrando mi gran poder. También debéis obedecer todos los mandamientos que os di por escrito. No olvidéis el pacto que hice con vosotros, ni deis culto a otros dioses. Yo os libraré del poder de vuestros enemigos.
Joacín tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar sobre Judá. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró once años. Joacín se comportó mal ante Dios.
Pero luego fueron desobedientes y se rebelaron contra ti; mataron a tus profetas que les invitaban a arrepentirse. ¡No obedecieron tu ley y te ofendieron gravemente!
Debajo de los robles y de todo árbol frondoso tenéis relaciones sexuales como acto de culto a los falsos dioses; junto a los arroyos y en las cuevas de las rocas sacrificáis niños en su honor.
Esos ídolos no pueden hablar; ¡parecen espantapájaros en un campo sembrado de melones! Tienen que ser transportados porque ellos no pueden caminar; no les tengáis ningún miedo pues no pueden haceros daño, pero tampoco os pueden ayudar.
Mi pueblo pide consejo a una estatua de madera, quiere que le enseñe un simple palo; se deja guiar por un espíritu de infidelidad y son así infieles a su Dios.
Suben a lo alto de las colinas, y bajo la sombra de cualquier árbol presentan ofrendas a sus dioses. También vuestras hijas y vuestras nueras adoran a otros dioses
Yo sé bien que, después de mi muerte, vosotros dejaréis de obedecer a Dios y no seguiréis las enseñanzas que os he dado. Por eso, en el futuro vais a sufrir mucho, ya que habéis hecho lo que desagrada a Dios y con vuestra mala conducta habéis provocado su ira.
Dios os dijo que solo él era vuestro Dios y que no debíais dar culto a los dioses de los amorreos, en cuyo territorio ahora vivís. Pero no le hicisteis caso.