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2 Reyes 17:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Salmanasar, rey de Asiria, atacó a Oseas, lo venció y le obligó a pagarle impuestos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Contra este subió Salmanasar rey de los asirios; y Oseas fue hecho su siervo, y le pagaba tributo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Salmanasar, rey de Asiria, atacó al rey Oseas, por eso Oseas se vio obligado a pagar un elevado tributo a Asiria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Salmanazar rey de Asur fue a atacarlo y Oseas tuvo que sometérsele, pagándole un tributo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Contra éste subió Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas se convirtió en su vasallo, y le pagó tributo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Subió contra él Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas se convirtió en vasallo suyo y le pagó tributo.

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2 Reyes 17:3
23 Referans Kwoze  

También derrotó a los moabitas. Hizo que se tendieran en tierra formando una fila, y de cada tres soldados mataba a dos y al tercero le perdonaba la vida. Así fue como los moabitas tuvieron que reconocer a David como su rey, y pagarle impuestos.


Luego puso gobernadores sobre los sirios de Damasco, y también estos tuvieron que reconocer a David como rey y empezar a pagarle impuestos. Y Dios hacía triunfar a David por dondequiera que iba. David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los oficiales de Adadézer, y se los llevó a Jerusalén. También se llevó una gran cantidad de bronce de Betá y Berotay, ciudades que gobernaba Adadézer.


En ese tiempo, Pul (es decir, Tiglatpiléser), rey de Asiria, invadió el país. Entonces Menajén le entregó treinta y tres mil kilos de plata para que le permitiese mantenerse como rey en Israel.


Para conseguir esa cantidad de plata, Menajén obligó a todos los ricos de Israel a pagar un impuesto de más de medio kilo de plata cada uno. Se lo entregó al rey de Asiria y este regresó a su país.


En tiempos de Pecaj, rey de Israel, vino Tiglatpiléser, rey de Asiria, y conquistó las ciudades de Iyón, Abel Bet Maacá, Janóaj, Cadés y Jasor; se apoderó también de Galaad, Galilea y toda la región de Neftalí. A los habitantes de esos lugares se los llevó prisioneros a Asiria.


Oseas se comportó mal ante Dios, aunque no tanto como los reyes de Israel anteriores a él.


Pero un día el rey de Asiria sospechó que Oseas le estaba traicionando, pues dejó de pagarle el impuesto anual, y además enviaba mensajeros al rey de Egipto. Cuando el rey de Asiria lo descubrió, hizo prisionero a Oseas y lo metió en la cárcel.


no le creáis. Haced las paces conmigo y rendíos. Entonces podréis comer las uvas de vuestra propia viña, los higos de vuestra higuera y beber el agua de vuestro pozo.


Por eso Dios siempre lo ayudaba y hacía que le fuera bien en todo. Ezequías se rebeló contra el rey de Asiria y se negó a estar bajo su dominio.


¡Dios nuestro, qué poderoso eres! ¡Todos tiemblan ante ti! Eres un Dios fiel a los pactos que siempre cumple sus promesas y nunca deja de amarnos. Mira cuánto han sufrido nuestros reyes y nuestros dirigentes, nuestros sacerdotes y profetas, y también nuestros antepasados. Desde el momento en que caímos bajo el poder de los reyes de Asiria hasta este mismo día, tu pueblo no ha dejado de sufrir.


Y sucederá que aquel día Israel perderá su esplendor y su fuerza se convertirá en debilidad.


Los enemigos asirios llegarán hasta Judá como cuando llega una gran inundación. Atacarán como un águila, que, con sus alas extendidas, se lanza sobre toda la tierra. ¡Pero Dios está con nosotros!


pues bien, ahora estalla la guerra contra la gente de vuestro pueblo, las fuertes murallas son destruidas y mueren las madres y los hijos, como cuando el rey Salmán destruyó la ciudad de Bet-Arbel.


Habláis simplemente por hablar; cuando hacéis un pacto, juráis en falso. ¡Habéis sembrado maldad donde debería haber justicia!


pero de nada le servirá esa ayuda porque ahora yo los reuniré y muy pronto temblarán bajo la opresión de reyes y príncipes.


Haré que muráis en la guerra, como castigo por no cumplir con mi pacto. Trataréis de refugiaros en vuestras ciudades, pero yo os enviaré enfermedades terribles y haré que caigáis en manos de vuestros enemigos.


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