2 Reyes 17:11 - Biblia Lenguaje Básico11 También quemaron incienso a los ídolos como hacían las naciones que Dios había expulsado de ese territorio cuando llegaron los israelitas. Cometieron, pues, toda clase de maldades, y por eso Dios se enfureció, Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196011 y quemaron allí incienso en todos los lugares altos, a la manera de las naciones que Jehová había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehová. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente11 Ofrecieron sacrificios en todas las cumbres de las colinas, tal como lo hacían las naciones que el Señor había expulsado de la tierra por delante de ellos. Así que el pueblo de Israel había hecho muchas cosas perversas, con lo que provocó el enojo del Señor. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)11 Y allí, en todos esos Altos Lugares, quemaban incienso tal como lo hacían las naciones que Yavé había expulsado ante ellos; cometieron además toda clase de malas acciones para irritar a Yavé. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion11 y allí quemaron incienso, en todos los lugares altos, como los pueblos que YHVH se había llevado cautivos de delante de ellos. Hicieron pues, cosas malas para provocar a ira a YHVH, Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197511 quemaron incienso en todos los lugares altos, como las naciones que Yahveh había arrojado de delante de ellos, cometieron maldades que excitaron la ira de Yahveh Gade chapit la |
Dios hará sufrir a Israel que será como una caña arrastrada por la corriente del río. Israel ha provocado la ira de Dios al fabricar imágenes de la diosa Astarté; pues bien, Dios lo abandonará y lo sacará de esta buena tierra que le dio en el pasado y lo dispersará más allá del río Éufrates. Todo esto pasará por culpa de Jeroboán, quien pecó contra Dios y también hizo pecar a Israel.
Manasés puso la imagen de la diosa Astarté en el Templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de los espiritistas y los brujos. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enfureció con él. Dios había dicho a David y a su hijo Salomón: «Entre todas las tribus de Israel, he elegido a Jerusalén y a este Templo como lugar donde se invoque mi nombre para siempre.
sino que vamos a seguir haciendo lo que hemos decidido, tal como lo hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y nuestros dignatarios en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén. Seguiremos adorando a nuestra diosa, la Reina del Cielo, y le ofreceremos incienso y vino. En realidad, cuando lo hacíamos, teníamos comida en abundancia y no nos faltaba nada ni nos pasaba nada malo.
Deberéis destruir todos los lugares donde adoran a sus dioses los pueblos que conquistéis. Esos lugares se encuentran en las montañas, en las colinas y bajo cualquier árbol frondoso. Haced pedazos sus altares, derribad las esculturas de sus dioses y quemad sus árboles sagrados. ¡Que no quede de ellos ni el recuerdo!
Moisés continuó diciéndoles: —Cuando entréis en la tierra que Dios va a daros, os encontraréis con que la gente que allí vive tiene costumbres terribles que no agradan a Dios. Por ejemplo, esa gente entrega a sus hijos para quemarlos en honor de sus dioses, practica la brujería y la hechicería, y cree que puede adivinar el futuro. Además de sus brujerías, consultan a los espíritus de los muertos para pedirles consejo. Pero vosotros debéis obedecer a vuestro Dios en todo y tener cuidado de no seguir el mal ejemplo de esa gente, pues vuestro Dios los odia y por eso quiere expulsarlos de entre vosotros.