Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





2 Reyes 11:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Entonces Joyadá sacó a Joás, le puso la corona y le entregó las otras insignias reales. Después derramó aceite sobre su cabeza y así lo proclamó rey. Todos aplaudieron y gritaron: —¡Viva el rey!

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Sacando luego Joiada al hijo del rey, le puso la corona y el testimonio, y le hicieron rey ungiéndole; y batiendo las manos dijeron: ¡Viva el rey!

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Entonces Joiada sacó a Joás, el hijo del rey, puso la corona sobre su cabeza y le entregó una copia de las leyes de Dios. Lo ungieron y lo proclamaron rey, y todos aplaudieron y gritaron: «¡Viva el rey!».

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces el sacerdote pidió al hijo del rey que se acercara, y le puso la corona y los brazaletes reales. Lo proclamaron rey y lo consagraron; todo el mundo aplaudía y gritaba '¡Viva el rey!'

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Sacó° luego al hijo del rey, le puso la corona, le dio el Testimonio,° y lo proclamó rey, y lo ungieron, y aplaudieron gritando: ¡Viva el rey!

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Joadá sacó entonces al hijo del rey, le puso la corona y el libro de la ley, lo proclamaron rey y lo ungieron. Luego batieron palmas y gritaron: '¡Viva el rey!'.

Gade chapit la Kopi




2 Reyes 11:12
45 Referans Kwoze  

Así que me acerqué a él y lo rematé porque me di cuenta que de todos modos no iba a sobrevivir. Luego le quité la corona y el brazalete que tenía en el brazo, y aquí se los he traído a mi señor.


David se apoderó de la corona real que era de oro, pesaba treinta y tres kilos, y tenía una piedra preciosa. David puso esa piedra en su propia corona y se llevó además gran parte de las riquezas de la ciudad.


Jusay el arquita, que era amigo de David, se acercó a Absalón y gritó: —¡Viva el rey! ¡Viva el rey!


Entonces los de Judá fueron adonde estaba David y le reconocieron como rey de Judá, derramando aceite sobre su cabeza. Informaron a David de que la gente de Jabés de Galaad había enterrado a Saúl;


De modo que animaos y sed valientes, porque aunque Saúl ha muerto, el pueblo de Judá ha querido nombrarme su rey.


Porque él está celebrando una fiesta: ha matado toros, terneros y muchas ovejas, y ha invitado a los hijos del rey, al general Joab y al sacerdote Abiatar. Ahora mismo, mientras comen y beben, no cesan de gritar: «¡Viva el rey Adonías!».


El sacerdote Sadoc y el profeta Natán deben derramar aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey de Israel. Después, tocad la trompeta y gritad: —¡Viva el rey Salomón!


Allí, el sacerdote Sadoc tomó el recipiente de aceite que estaba en el santuario, y derramó el aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey. Luego sonaron las trompetas y toda la gente gritó: —¡Viva el rey Salomón!


Acuérdate de todo el daño que le hiciste a mi padre David. Pues ahora Dios va a hacer que todo el mal que hiciste a mi padre se vuelva contra ti.


Los guardias, con sus armas en la mano, rodearon el altar y el Templo desde la parte sur hasta la parte norte, y así protegieron al rey.


Pero Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, tomó a Joás, que era uno de los hijos de Ocozías, y lo escondió con su niñera en el dormitorio poniéndolo a salvo de Atalía. Así escapó Joás de la muerte,


Al séptimo año, el sacerdote Joyadá mandó llamar a los capitanes de la guardia personal del rey y a los jefes de la guardia del palacio, y los hizo venir al Templo de Dios para hablar con ellos. Allí Joyadá les hizo jurar que guardarían en secreto lo que les iba a revelar. Luego les mostró al hijo del rey,


Enseguida cada uno de ellos tomó su manto y lo puso sobre la escalinata como si fuera una alfombra. Después tocaron la trompeta y gritaron: —¡Viva el rey Jehú!


Toma la vasija de aceite, derrámala sobre su cabeza y dile: «Dios te ha elegido para ser rey de Israel». Después abre la puerta y escapa. No te detengas.


Entonces Joyadá sacó a Joás, le puso la corona y le entregó las otras insignias reales. Después, Joyadá y sus hijos derramaron aceite sobre su cabeza y así lo proclamaron rey. Todos gritaron: —¡Viva el rey!


Al rey Asuero le gustó Ester más que todas las otras jóvenes. Así que la trató mejor que a todas sus mujeres, le colocó la corona sobre su cabeza y la nombró reina en lugar de Vasti.


Ordene que traigan ropas de los que el rey suele usar, un caballo de los que el rey suele montar y una corona real para su cabeza.


Cubriré de vergüenza a los enemigos del rey; a él, en cambio, lo coronaré de esplendor».


Le has concedido lo que él más deseaba, nunca le niegas lo que él te pide.


Sales a su encuentro con ricas bendiciones; le pones en la cabeza una corona de oro fino.


Poema compuesto por la familia de Coré. Instrucciones para el director del coro.


Dios fijó una ley permanente para su pueblo Israel, y a nuestros padres les ordenó instruir en ella a sus hijos


Pero te has enfadado con el rey aquel a quien tú mismo elegiste; has roto tu pacto con él, lo has rechazado y abandonado, y has arrojado por el suelo su corona.


¡Que aplaudan los ríos, y canten alegres los montes!


Cuando te haya entregado las tablas con los diez mandamientos, quiero que las pongas dentro del Arca.


Cuando Dios terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le entregó las dos tablas del pacto que el propio Dios había escrito con su dedo.


En cuanto a vosotros, israelitas, saldréis de Babilonia con alegría y volveréis en paz a vuestro propio país. Cuando los montes y las colinas os vean, cantarán canciones muy alegres, y los árboles del campo aplaudirán.


Entonces Isaías dijo a sus discípulos: —Mantened en secreto mis mensajes y las enseñanzas que os he dado.


La sombra que nos protegía en medio de las naciones era nuestro rey, el ungido de Dios. ¡Pero hasta él cayó prisionero!


Le dijeron: —¡Larga vida al rey!


Al llegar al foso llamó a Daniel con voz fuerte y a la vez triste: —¡Daniel, tú siempre has adorado al Dios de la vida! ¿Ha podido tu Dios salvarte de los leones?


Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, descendiente de David! ¡Bendito tú, que vienes de parte de Dios! ¡Sálvanos, Dios altísimo!».


le colocaron en la cabeza una corona hecha con ramas de espinos, y le pusieron una vara en la mano derecha. Luego se arrodillaron ante él y burlándose le decían: —¡Viva el rey de los judíos!


Es verdad que en esta ciudad se unieron Herodes Antipas, Poncio Pilato, gente extranjera y los propios israelitas, para matar a Jesús, tu elegido.


Tanto a mí como a vosotros, Dios nos mantiene firmemente unidos a Cristo. Él nos eligió


Te agrada lo bueno, y rechazas el mal. Por eso tu Dios te ha llenado de alegría escogiéndote como su favorito entre todos tus compañeros».


Pero sí vemos que, aunque Dios permitió que por algún tiempo Jesús fuera menos importante que los ángeles, ahora, por haber sufrido la muerte, ha recibido gloria y honor. Y es que, como Dios es bueno, quiso que Jesús experimentara la muerte para salvarnos a todos.


Sus ojos parecían llamas de fuego, llevaba muchas coronas en su cabeza y tenía escrito un nombre que solo él conocía.


Entonces Samuel sacó una vasija de aceite y la derramó sobre la cabeza de Saúl; luego le dio un beso y le dijo: —Hoy te ha elegido Dios para que seas jefe de Israel, su pueblo.


Entonces Samuel dijo a todo el pueblo: —¡Aquí tenéis al hombre elegido por Dios! ¡No hay nadie que se le compare! Los israelitas gritaron a una voz: —¡Viva el rey!


Samuel tomó aceite y lo derramó sobre David en presencia de sus hermanos. Después regresó a Ramá. En cuanto a David, desde aquel mismo día el espíritu de Dios estuvo con él.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite