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2 Pedro 3:15 - Biblia Lenguaje Básico

15 Recordad que nuestro Señor Jesucristo nos trata con paciencia, para que podamos salvarnos. Ya nuestro querido compañero Pablo os ha escrito acerca de esto con la sabiduría que Dios le ha dado.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. Esto es lo que nuestro amado hermano Pablo también les escribió con la sabiduría que Dios le dio,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Consideren que las demoras de nuestro Señor son para nuestra salvación, como lo escribió nuestro querido hermano Pablo con la sabiduría que le fue dada,

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y considerad la paciencia de nuestro Señor como salvación; como también nuestro amado hermano Pablo os escribió, según la sabiduría que le fue dada,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Considerad que esta paciente espera de nuestro Señor es salvación, como os escribía nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada.

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2 Pedro 3:15
27 Referans Kwoze  

voy a darte sabiduría e inteligencia. Serás más sabio que todos los que han vivido antes o vivan después de ti.


Todo el pueblo de Israel se enteró de cómo el rey había solucionado este problema. Así fue cómo Salomón se ganó el respeto del pueblo, porque todos se dieron cuenta de que Dios le había dado sabiduría para gobernar justamente.


En cuanto a ti, Esdras, Dios te ha dado muchos conocimientos. Úsalos para nombrar dirigentes y jueces que gobiernen con justicia a quienes conocen la ley de Dios en la provincia al oeste del río Éufrates; y a quienes no la conozcan, enséñasela tú.


y lo he llenado de mi espíritu. Le he dado sabiduría, entendimiento, conocimientos y habilidad para hacer obras de arte.


También he elegido a Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, para que sea el ayudante de Besalel. A todos los que van a colaborar con ellos les he dado una habilidad especial. Así podrán hacer lo que te he ordenado:


Cuando alguien agrada a Dios recibe de él sabiduría y conocimientos, y lo hace estar alegre; en cambio, Dios hace que el pecador trabaje y amontone muchos bienes, para luego dárselo todo a quien él quiere. ¡Pues tampoco esto tiene sentido! ¡Es como querer atrapar el viento!


Pero Dios —dice Isaías— es un Dios justo y quiere demostraros cuánto os ama. En verdad, Dios ama a los que confían en él, y desea mostrarles compasión.


Yo os daré sabiduría para que contestéis con inteligencia, y ninguno de vuestros enemigos podrá contradeciros ni haceros frente.


Por eso hemos decidido de común acuerdo enviaros a algunos de nuestra iglesia. Ellos acompañarán a nuestros queridos Bernabé y Pablo,


y le ayudó a superar todos sus problemas; le dio sabiduría e hizo que se ganara el favor del faraón, rey de Egipto, quien lo nombró gobernador de todo Egipto y jefe de su palacio.


Ananías fue y entró en la casa donde estaba Saulo. Al llegar, le puso las manos sobre la cabeza y le dijo: —Hermano Saulo, el Señor Jesús se te apareció cuando venías hacia Damasco. Él mismo me mandó que viniera aquí, para que puedas ver de nuevo y para que recibas el Espíritu Santo.


Dios es bueno, tiene mucha paciencia y soporta todo lo malo que hacéis. Pero no vayáis a pensar que lo que hacéis no tiene importancia; si Dios os trata con bondad es para que os arrepintáis de vuestra maldad.


A algunos, el Espíritu les concede la capacidad de hablar con sabiduría, a otros la capacidad de hablar con mucho conocimiento,


Por eso, cuando hablamos de lo que Dios ha hecho por nosotros, no usamos las palabras que nos dicta la inteligencia humana, sino que usamos el lenguaje que nos enseña el Espíritu de Dios.


Dios, por su bondad, me permitió actuar como si yo fuera el arquitecto de ese edificio. Y, como buen arquitecto, puse una base firme: os di la buena noticia de Jesucristo. Luego, otros construyeron sobre esa base. Pero cada uno debe estar atento a cómo construye;


Dios me dio a conocer el plan que mantenía en secreto y del que ya os he escrito brevemente.


Si alguno no tiene sabiduría, que se la pida a Dios. Él se la da a todos en abundancia, sin echarles nada en cara.


En cambio, los que tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo, sino que buscan la paz; además son tolerantes y amables con los demás, se compadecen de los que sufren y siempre hacen el bien; tratan a todos de la misma manera y son siempre sinceros.


Eran los espíritus de los que desobedecieron a Dios en los tiempos de Noé. Dios esperó con paciencia a que se arrepintieran, mientras Noé construía la barca, pero no lo hicieron. Solo unos pocos, ocho en total, subieron a la barca y se salvaron navegando por el agua.


No olvidéis el mensaje que los profetas de Dios os dieron hace mucho tiempo y recordad, sobre todo, el mandamiento que nos dio nuestro Señor y Salvador Jesucristo y que los apóstoles os enseñaron.


No es que Dios sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Lo que pasa es que él tiene paciencia con vosotros, porque él no quiere que nadie muera, sino que todos se vuelvan a Dios.


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