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2 Pedro 2:18 - Biblia Lenguaje Básico

18 Porque ellos, para impresionar a la gente, dicen cosas bonitas que, en realidad, no sirven para nada. Prometiendo disfrutar de los placeres carnales, tratan de engañar a los que con mucho esfuerzo apenas han logrado alejarse del pecado.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Se jactan de sí mismos con alardes tontos y sin sentido. Saben cómo apelar a los deseos sexuales pervertidos, para incitar a que vuelvan al pecado los que apenas se escapaban de una vida de engaño.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Con sus discursos altisonantes y vacíos alientan las pasiones y los deseos impuros en aquellos que acababan de liberarse, y los hacen recaer en el error.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Porque voceando palabras arrogantes y necias, seducen con las pasiones sensuales de la carne a los que hasta hace poco° iban escapando de los que viven en error.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Profiriendo discursos ampulosos y vacíos, seducen con pasiones de la carne y desenfrenos a los que apenas han acabado de distanciarse de los que viven en el error.

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2 Pedro 2:18
22 Referans Kwoze  

así que se fue con él, comió pan y bebió agua en su casa.


Os oí provocarme con vuestros insultos y desafíos.


El rey del norte hará todo lo que quiera. Será tanto su orgullo que se creerá superior a todos los dioses. Hasta llegará a ofender gravemente al verdadero Dios. Y todo le saldrá bien, pero solo hasta que Dios lo castigue, porque lo que Dios tiene decidido lo cumplirá.


Estas palabras se cumplieron inmediatamente, y el rey dejó de vivir entre la gente. Comía hierba, como los toros; su cuerpo quedó empapado con el rocío del cielo; sus cabellos le crecieron hasta parecer plumas de águila; y sus uñas eran igual que las garras de las aves rapaces.


Pedro siguió hablando a la gente con mucho entusiasmo. Les dijo: —Escapad del castigo que espera a esta gente pecadora.


Desde hacía algún tiempo, un hombre llamado Simón andaba por ahí, asombrando a la gente de Samaría con sus trucos de magia y haciéndose pasar por una persona importante.


Ahora os pido, de parte de Jesús, el Señor, que ya no viváis como los que no conocen a Dios, pues ellos viven de acuerdo con sus ideas sin sentido.


Ese hombre está en contra de Dios y de todo lo que está dedicado a Dios. Hasta pondrá su trono en el Templo de Dios, y afirmará que él mismo es Dios.


Vosotros los ricos habéis vivido con mucho lujo y os habéis dado la gran vida en esta tierra. Habéis engordado tanto que parecéis ganado listo para el día de la matanza.


Además, nos ha dado todas las cosas importantes y valiosas que nos prometió. A través de ellas podéis formar parte de la naturaleza de Dios y evitar la corrupción que el pecado ha introducido en el mundo.


Esos hombres no pueden ver a una mujer sin desear tener relaciones sexuales con ella; ¡nunca se cansan de pecar! Engañan a los que están poco formados y están llenos de codicia. ¡Son gente maldita!


Serán muchos los que vivan como esos falsos maestros, haciendo todo lo malo que se les antoje. Por su culpa, la gente hablará mal de los cristianos y de su modo de vivir.


Además, los que han conocido a nuestro Señor y Salvador Jesucristo y han dejado de seguir el ejemplo de los pecadores de este mundo, si de nuevo se dejan engañar con esas cosas, y se dejan controlar por el pecado, acabarán peor que antes.


Pero a Lot lo libró del fuego, pues era un hombre bueno. Aunque Lot vivía en esas ciudades pecadoras, no dejaba de sufrir al ver y oír las maldades que esa gente cometía.


Queridos amigos, con esto quedáis advertidos. Así que cuidaos mucho, no sea que os engañe la gente malvada y dejéis de creer firmemente en Dios.


Son como las olas embravecidas del mar que arrojan la espuma de todo lo malo que hacen. Son como estrellas errantes, condenadas a viajar siempre en la más terrible oscuridad.


Luego vi que de la tierra salía otro monstruo. Tenía dos cuernos como de carnero, pero hablaba como un dragón;


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