2 Crónicas 7:3 - Biblia Lenguaje Básico3 Cuando todos los israelitas vieron descender el fuego y la presencia de Dios sobre el Templo, se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente, adoraron a Dios y le dieron gracias, proclamando: «Dios es bueno y nunca deja de amarnos». Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19603 Cuando vieron todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente3 Cuando todos los israelitas vieron que el fuego descendía y que la gloriosa presencia del Señor llenaba el templo, cayeron postrados rostro en tierra y adoraron y alabaron al Señor diciendo: «¡Él es bueno! ¡Su fiel amor perdura para siempre!». Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)3 Entonces todos los hijos de Israel, viendo descender el fuego y la Gloria de Yavé sobre la Casa, se postraron sobre el pavimento, adoraron y alabaron a Yavé: 'Porque es bueno, porque es eterno su amor. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion3 Y todos los hijos de Israel, al ver descender el fuego y la gloria de YHVH sobre la Casa, se inclinaron rostro a tierra sobre el pavimento, y postrándose, dieron gracias a YHVH, diciendo: ¡Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia! Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19753 Y todos los israelitas, al ver bajar el fuego y la gloria de Yahveh sobre el templo, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron a Yahveh: 'Porque es bueno, porque es eterna su misericordia'. Gade chapit la |
Además de estos, David eligió a otros para que entonaran a Dios el canto de acción de gracias que lleva por título: «El amor de Dios es eterno». Hemán y Jedutún acompañaban este canto con trompetas, platillos y otros instrumentos musicales. Además, los hijos de Jedutún vigilaban las entradas del santuario.
Al ver que se había comenzado a reconstruir el Templo, todo el pueblo gritaba de alegría y alababa a Dios. Los gritos de alegría se mezclaban con el llanto de la gente, y desde lejos se escuchaba el alboroto. Unos cantaban alabanzas y daban gracias a Dios, y otros decían: «¡Dios es bueno! ¡Él nunca deja de amarnos!». Pero muchos sacerdotes, levitas y jefes de familia que eran ya ancianos y habían conocido el esplendor del primer Templo, lloraban a lágrima viva.
las serenatas de los enamorados y las alegres canciones de fiesta. También se escucharán las alabanzas de los que llevan a mi Templo ofrendas de agradecimiento, y van cantando: «Alabemos al Dios de Israel. Alabemos al Dios todopoderoso. Nuestro Dios es bueno y nunca deja de amarnos». Yo os aseguro que los haré volver del país adonde fueron llevados prisioneros, y todo volverá a ser como al principio.