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2 Crónicas 5:11 - Biblia Lenguaje Básico

11-13 Todos los sacerdotes allí presentes, sin importar el grupo al que pertenecían, habían cumplido con la ceremonia de purificación preparándose así para poder presentarse ante Dios. Por su parte, los cantores se colocaron al lado este del altar. Todos estaban de pie y vestidos de lino fino. Entre ellos estaban Asaf, Hemán y Jedutún, con sus hijos y familiares. Todos ellos tocaban platillos, arpas y otros instrumentos de cuerdas. Junto a ellos había ciento veinte sacerdotes que tocaban las trompetas. Todos juntos alababan y daban gracias a Dios con el canto que dice: Alabad a Dios, porque él es bueno y nunca dejará de amarnos. Cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, una nube llenó todo el Templo. Era la presencia gloriosa de Dios que llenaba el Templo,

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaron habían sido santificados, y no guardaban sus turnos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Luego los sacerdotes salieron del Lugar Santo. Todos los sacerdotes presentes se habían purificado, estuvieran o no de turno ese día.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaban presentes se habían santificado, sin hacer distinciones de clases,

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y aconteció que cuando los sacerdotes salían del Santuario (porque todos los sacerdotes presentes se habían santificado sin tener en cuenta las clases),°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Mientras los sacerdotes salían del santuario -pues todos los sacerdotes que allí se hallaban se habían santificado sin guardar orden de clases-,

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2 Crónicas 5:11
13 Referans Kwoze  

Y así lo hicieron. Llevaron a cabo la ceremonia de purificación y transportaron el Arca,


El día primero, del mes de Abib, todos ellos siguiendo la orden del rey y las instrucciones de la ley, reunieron a sus parientes y todos se prepararon para dejar el Templo listo para el culto. Así pues, los sacerdotes entraron en el Templo para prepararlo. Encontraron muchos objetos que no agradaban a Dios y los sacaron al patio del Templo para que los levitas los tiraran al arroyo llamado Cedrón. Tardaron ocho días en tener a punto la parte exterior del Templo y otros ocho en tener a punto el interior. El día dieciséis del mes de Abib terminaron de hacer todo esto.


Los levitas fueron más diligentes que los propios sacerdotes en prepararse debidamente para poder quitar la piel a los numerosos animales sacrificados. Así que estos ayudantes, que eran de la misma tribu, tuvieron que ayudar a sus hermanos sacerdotes dando tiempo a que estos se prepararan debidamente.


y les dijo: —Escuchadme con atención: Es urgente que os preparéis debidamente para honrar al Dios de vuestros antepasados y que saquéis también de su Templo todo lo que desagrada a Dios.


El día catorce del mes de Ziv empezó la celebración de la Pascua. Como muchos israelitas no se habían purificado, no pudieron matar el cordero de la Pascua y cumplir así un rito sagrado en honor de Dios. Por eso, los levitas tuvieron que hacerlo en lugar de toda esa gente. Muchos de los sacerdotes y levitas se sintieron avergonzados por no haberse preparado debidamente para la Pascua; así que lo hicieron lo antes posible para poder ofrecer en el Templo de Dios los sacrificios indicados. Luego ocuparon sus puestos y, siguiendo las instrucciones de la ley de Moisés, los levitas sacrificaban los corderos, les pasaban la sangre a los sacerdotes, y estos la derramaban sobre el altar.


Seguid las instrucciones que dieron el rey David y su hijo Salomón, y organizaos por familias según los respectivos turnos de trabajo.


Preparaos para celebrar debidamente la Pascua; sacrificad el cordero pascual y ayudad a vuestros hermanos a que celebren la fiesta, tal y como Dios lo ordenó por medio de Moisés.


Después de cada fiesta, Job llamaba a sus hijos y celebraba una ceremonia para pedirle a Dios que les perdonara cualquier pecado que pudieran haber cometido. Se levantaba muy temprano y le presentaba a Dios una ofrenda por cada uno de sus hijos. Job hacía esto pensando que tal vez sus hijos podrían haber ofendido a Dios o pecado contra él. Para Job, esto se había convertido en una costumbre.


Y Dios añadió: —Quiero que vayas y prepares al pueblo para que me rinda culto hoy y mañana. Ordénales que laven su ropa como señal de su pureza,


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