2 Crónicas 16:6 - Biblia Lenguaje Básico6 Entonces el rey Asá ordenó a toda la gente de Judá que se llevaran las piedras y la madera que Baasá había usado para fortificar la ciudad de Ramá. Con ese material, el rey Asá fortificó las ciudades de Guibeá y Mispá. Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 19606 Entonces el rey Asa tomó a todo Judá, y se llevaron de Ramá la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y con ellas edificó a Geba y a Mizpa. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente6 Entonces el rey Asa convocó a todos los hombres de Judá para que transportaran las piedras de construcción y la madera que Baasa había estado usando para fortificar Ramá. Asa empleó esos mismos materiales para fortificar las ciudades de Geba y Mizpa. Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)6 Entonces el rey Asá tomó a todo el pueblo de Judá y se llevaron de Rama las piedras y maderas que Basá había empleado para la construcción; y con ellas fortificó Gueba y Masfá. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion6 Entonces el rey Asa trajo a todo Judá, y se llevaron las piedras y la madera de Ramá con que Baasa la fortificaba, y con ellas reedificó Geba y Mizpa. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 19756 Convocó entonces el rey Asá a todos los de Judá sin excepción, se llevaron de Ramá las piedras y las maderas con que Basá la estaba fortificando y el rey Asá fortificó con ellas Gueba y Mispá. Gade chapit la |
Por aquellos días el profeta Jananí fue a hablar con Asá, rey de Judá, y le dijo: —Nuestro Dios vigila todo el mundo, y siempre está dispuesto a ayudar a quienes le son fieles y confían en él. Acuérdate de que, gracias a tu confianza en Dios, pudiste derrotar a los etíopes y a los libios, a pesar de que ellos tenían un ejército mucho más poderoso que el tuyo. Sin embargo, ahora has puesto tu confianza en el rey de Siria y no en tu Dios; por eso, el ejército sirio ha podido escapar de tus manos. Has sido muy tonto y de ahora en adelante vivirás en guerra toda tu vida.
De norte a sur, todo el país se volverá una llanura. Solo la ciudad de Jerusalén permanecerá en su monte y toda ella estará habitada, desde la Puerta de Benjamín hasta la Puerta de la Esquina; desde la torre de Jananel hasta las bodegas del rey. Sus habitantes vivirán tranquilos, porque nadie volverá a destruirla.