9 Entonces Sisac, rey de Egipto, atacó Jerusalén y se llevó todos los tesoros del Templo de Dios y del palacio real, incluyendo los escudos de oro que había hecho Salomón.
9 Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho.
9 Entonces el rey Sisac de Egipto subió y atacó Jerusalén. Saqueó los tesoros del templo del Señor y del palacio real; robó todo, incluso los escudos de oro que Salomón había hecho.
9 Subió, pues, Sosaq, rey de Egipto, contra Jerusalén y se apoderó de los tesoros de la Casa de Yavé y de los tesoros de la casa del rey. De todo se apoderó. Tomó también los escudos de oro que había hecho Salomón.
9 Subió pues Sisac rey de Egipto contra Jerusalem, y se llevó los tesoros de la Casa de YHVH, y los tesoros de la casa real. Se apoderó de todo, llevándose también los escudos de oro que había hecho Salomón.
9 Subió, pues, Sosac, rey de Egipto, contra Jerusalén, y se apoderó de los tesoros del templo de Yahveh y de los del palacio real. Se apoderó de todo, incluso de los escudos de oro que había hecho Salomón.
En respuesta, Asá tomó todo el oro y la plata que había en los tesoros del Templo y del palacio del rey y por medio de sus servidores se lo envió a Benadad, rey de Siria. Este vivía en la ciudad de Damasco y era hijo de Tabrimón y nieto de Jezyón. Junto con el oro y la plata, Asá mandó este mensaje a Benadad:
Dueño de todas tus riquezas es ahora tu enemigo. Tú misma has visto entrar en el Templo a gentes de otras naciones a las que Dios había prohibido participar en la asamblea.