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2 Crónicas 11:16 - Biblia Lenguaje Básico

16 Con ellos llegaron a Jerusalén israelitas de todas las tribus. Era gente que con toda sinceridad quería adorar al Dios de Israel, el Dios de sus antepasados.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Tras aquellos acudieron también de todas las tribus de Israel los que habían puesto su corazón en buscar a Jehová Dios de Israel; y vinieron a Jerusalén para ofrecer sacrificios a Jehová, el Dios de sus padres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 De todas las tribus de Israel, los que querían adorar de corazón al Señor, Dios de Israel, siguieron a los levitas a Jerusalén, donde podían ofrecer sacrificios al Señor, Dios de sus antepasados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Tras ellos vinieron a Jerusalén, para ofrecer sacrificios a Yavé, el Dios de sus padres, aquéllos de entre todas las tribus de Israel que buscaban sinceramente a Yavé, el Dios de Israel;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Sin embargo, aquellos de entre todas las tribus de Israel que habían puesto su corazón para buscar a YHVH, Dios de Israel, los siguieron° a Jerusalem para ofrecer sacrificios a YHVH, el Dios de sus padres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Y tras de ellos se fue a Jerusalén gente de todas las tribus de Israel que habían decidido en su corazón buscar a Yahveh, Dios de Israel, para poder ofrecer sacrificios a Yahveh, el Dios de sus padres.

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2 Crónicas 11:16
28 Referans Kwoze  

Honrad a Dios como merece, presentad ante él vuestras ofrendas y adoradlo en su santuario.


Así fue como David decidió que allí se construyera el Templo de Dios, y el altar para que Israel ofreciera en él los sacrificios de animales que debían ser quemados.


Poneos, pues, ahora por entero al servicio de Dios y construid su Templo. Así podremos trasladar a ese Templo que vamos a construir para honrar su nombre, tanto el Arca del pacto, como los utensilios dedicados a Dios.


Toda esta gente dio su apoyo a Roboán, hijo de Salomón, y así quedó fortalecido el reino de Judá, durante los tres años en que Roboán siguió el buen ejemplo de David y Salomón.


Aquel mismo día hicieron un pacto y juraron solemnemente servir con todas sus fuerzas y todo su corazón al Dios de sus antepasados. También prometieron que quien no lo hiciera sería condenado a muerte, sin importar su edad o su sexo. Cuando terminaron el juramento, al comprobar que Dios lo había aceptado, todo el pueblo de Judá se llenó de alegría y lo celebró con gritos de gozo y música de trompetas y cuernos. Y como Dios vio que el pueblo había sido sincero, los bendijo y les permitió vivir en paz con todos los pueblos vecinos.


Después Asá mandó llamar a toda la gente de las tribus de Judá y de Benjamín. Y como en su territorio vivían muchos que pertenecían a las tribus de Efraín, de Manasés y de Simeón, también ellos respondieron a la convocatoria del rey. Estos se habían unido a Asá porque se dieron cuenta de que Dios lo ayudaba en todo.


Sin embargo, a Dios le agrada que hayas destruido en todo el país las imágenes de Astarté, y que lo ames con sinceridad.


Josafat, lleno de miedo, buscó la ayuda de Dios y anunció un ayuno en todo el territorio de Judá.


De todas las ciudades de Judá llegó gente a Jerusalén para pedir la ayuda de Dios. Al ver a la multitud, Josafat se puso de pie, frente al patio nuevo que está en la entrada del Templo de Dios,


pero hubo algunos de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón que se dejaron convencer y fueron a Jerusalén.


el día que él decida quitarnos su espíritu de vida,


El ser humano es solo un soplo, hasta los más importantes son pura ilusión. Si los pesaran en una balanza, ¡ni juntos pesarían gran cosa!


Pero otros no creyeron y dejaron en el campo a sus sirvientes y al ganado.


Entonces dijeron: —Pues ese Daniel, que trajeron preso de la tierra de Judá, ni te respeta ni obedece tu ley, sino que tres veces al día se arrodilla para orar a su Dios.


Con las ofrendas que da mi pueblo para obtener el perdón de sus pecados, vosotros hacéis un buen negocio. Por eso hacéis todo lo posible para que el pueblo siga pecando.


Yo, que soy el Dios todopoderoso, quiero que penséis seriamente en lo que estáis haciendo.


Bernabé era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Cuando llegó y vio que Dios había bendecido a toda aquella gente, se alegró mucho y los animó para que se mantuvieran fieles al Señor. Y fueron muchos los que escucharon a Bernabé y aceptaron el mensaje de Dios.


Entonces llevaréis también a ese lugar que Dios elija para habitar en él, todas las ofrendas establecidas; los sacrificios que deben ser quemados en su honor, la décima parte de vuestras ganancias, vuestras aportaciones voluntarias y todo aquello que hayáis prometido a Dios.


les dijo: —Grabad en vuestro corazón todo lo que os he enseñado, y ordenad a vuestros hijos e hijas que cumplan cada uno de estos mandamientos.


Si os parece que en el territorio que os ha tocado no podéis adorar a Dios, venid al lugar que Dios ha elegido para adorarlo. Buscad un lugar donde estableceros dentro de nuestro territorio, pero no os rebeléis contra Dios, porque si os apartáis de él, también nosotros resultaremos culpables. Así que no levantéis otro altar aparte del altar de nuestro Dios.


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