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2 Corintios 11:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 Pero tengo miedo de que os pase lo mismo que a Eva, que fue engañada por la astuta serpiente. También vosotros podéis ser engañados y dejar de pensar con sinceridad y pureza acerca de Cristo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pero temo que, de alguna manera, su pura y completa devoción a Cristo se corrompa, tal como Eva fue engañada por la astucia de la serpiente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y mi temor es que la serpiente que sedujo a Eva con astucia, podría también pervertirles la mente a ustedes, para que dejen de ser sinceros con Cristo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva,° así sean desviados° vuestros pensamientos de la sinceridad° que es en el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pero temo que, como la serpiente engañó a Eva con su astucia, también vuestros pensamientos se corrompan apartándose de la sencillez [y de la pureza] que debéis a Cristo.

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2 Corintios 11:3
47 Referans Kwoze  

Entre los animales salvajes que Dios creó, no había ninguno más astuto que la serpiente. Un día, la serpiente dijo a la mujer: —¿Así que Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?


Dios se dirigió entonces a la mujer y le dijo: —¿Qué es lo que has hecho? Y la mujer le respondió: —La serpiente me tendió una trampa. Por eso comí del fruto.


Entonces el hombre puso a su mujer el nombre de Eva, porque ella sería la madre de todas las personas que iban a vivir en la tierra.


—Eso es mentira. No moriréis.


Me enfurecen los malvados que no siguen tus leyes.


Porque vendrán falsos mesías y falsos profetas, y harán cosas tan maravillosas que engañarán a la gente. Incluso, si pueden, engañarán a los que Dios ha elegido.


Vuestro padre es el diablo, y vosotros tratáis de hacer lo que él quiere. Siempre ha sido un asesino y un gran mentiroso. Todo lo que dice son solo mentiras, y hace que las personas mientan.


Si nos pide animar a los demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos en ello todo nuestro empeño. Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría.


Nos satisface saber que nos hemos comportado bien y que hemos sido sencillos y sinceros con todos, especialmente con vosotros. Es algo que no hemos hecho guiados por nuestra propia sabiduría, sino apoyados en la ayuda de Dios, que nos ha dado su gracia.


¡Hasta aguantáis a quienes os tratan como esclavos y se aprovechan de vosotros, a quienes os engañan y desprecian, y a quienes os golpean en la cara!


Me siento enfermo cuando veo que alguien enferma y me enfurece ver que se haga pecar a otros.


Algunos anuncian el mensaje de Dios solo para ganarse la vida, pero nosotros no lo hacemos así. Al contrario, Dios es testigo de que, unidos a Cristo, trabajamos con sinceridad y honradez, proclamando lo que Dios nos inspira.


No hacemos nada que sea vergonzoso ni actuamos a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos solo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros.


Dios os llamó y, por medio de Cristo, os mostró su gracia. Por eso, casi no puedo creer que, en tan poco tiempo, hayáis dejado de obedecer a Dios y que hayáis aceptado un mensaje diferente de esta buena noticia.


Lo que pasó es que algunos falsos hermanos se metieron a escondidas en el grupo de la iglesia para espiarnos, quitarnos la libertad que Jesucristo nos dio y obligarnos a obedecer las leyes judías.


¡Ay, gálatas, qué tontos sois! ¡Hasta parece que estáis embrujados! Yo mismo os di una explicación clara de cómo murió Jesucristo en la cruz.


¡Me asusta el pensar que de nada haya servido todo lo que he hecho por vosotros!


Ya no seremos como niños, que ahora piensan una cosa y más tarde otra, y que fácilmente son engañados por las falsas enseñanzas de gente astuta que recurre a toda clase de trampas.


Por eso, ya no debéis vivir ni comportaros como antes, cuando los malos deseos dirigían vuestra manera de vivir.


Y espero que la gracia de Dios acompañe a cuantos aman a nuestro Señor Jesucristo con un amor que dura para siempre.


Así que no dejéis que nadie os condene, y menos esa gente que presume de adorar a los ángeles y que aparenta ser humilde. Dicen que tienen visiones, pero sus pensamientos son mundanos y están llenos de orgullo.


Os digo esto para que nadie os engañe con frases bonitas, pero falsas.


Tened cuidado. No prestéis atención a los que quieren engañaros con ideas y razonamientos que parecen contener sabiduría, pero que solo son enseñanzas humanas. Esa gente obedece a los espíritus poderosos de este mundo, y no a Cristo.


Por eso, como ya no podía aguantar más, envié a Timoteo, pues necesitaba informarme sobre vuestra fe. ¡Temía que el diablo os hubiera hecho caer en sus trampas y que hubiera echado a perder todo lo que hicimos por vosotros!


Cuando me dirigí a la región de Macedonia, te pedí que te quedaras en la ciudad de Éfeso porque allí había ciertas personas que enseñaban creencias extrañas.


Además, Adán no fue el engañado por Satanás, sino Eva que, al ser engañada, pecó.


Pero los malvados y los engañadores irán de mal en peor; engañarán a los demás, pero también ellos mismos serán engañados.


Porque hay muchos, sobre todo entre los judíos que se han hecho cristianos, que son unos rebeldes y engañan a los demás con su palabrería.


Por eso, no hagáis caso de enseñanzas extrañas que no tienen nada que ver con lo que Jesucristo nos enseñó. Esas reglas acerca de lo que se debe comer y de lo que no se debe comer, nunca han ayudado a nadie. Lo verdaderamente importante es que Dios nos fortalezca con su gracia.


Queridos amigos, con esto quedáis advertidos. Así que cuidaos mucho, no sea que os engañe la gente malvada y dejéis de creer firmemente en Dios.


En primer lugar, tened en cuenta que, en los últimos días, vendrán algunos que vivirán según sus malos deseos. Se burlarán de vosotros


Hijos míos, ya estamos viviendo los últimos días. Habéis escuchado que antes del fin vendrá el Enemigo de Cristo. Pues bien, quiero deciros que ya han aparecido muchos enemigos de Cristo y por eso sabemos que estamos en los últimos días.


Queridos hermanos, no creáis a todos los que dicen que tienen el Espíritu de Dios. Ponedlos a prueba, para ver si son lo que dicen ser. Porque el mundo está lleno de falsos profetas.


Estoy preocupado, pues hay algunos que se han infiltrado entre vosotros tratando de engañaros. Son gente cuyo castigo hace ya mucho tiempo que está anunciado en las Escrituras; son gente malvada que confunde la bondad de Dios con llevar una vida desordenada y dicen que Jesucristo no es nuestro único Dueño y Señor.


El dragón arrojó una gran cantidad de agua por la boca y con el agua formó un río para que se ahogara en él la mujer.


El gran dragón fue arrojado del cielo. El dragón es Satanás, el diablo. Y es la antigua serpiente que se dedica a engañar a todo el mundo. Él y sus ángeles fueron lanzados a la tierra.


Este ángel capturó al dragón, aquella serpiente antigua que es el diablo, llamado Satanás, y lo encadenó durante mil años.


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