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1 Timoteo 6:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 Los miembros de la comunidad que aún sean esclavos deben respetar en todo a sus amos, para que nadie hable mal de Dios ni de las enseñanzas cristianas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Todos los esclavos deberían tener sumo respeto por sus amos para no avergonzar el nombre de Dios y su enseñanza.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Los que están bajo el yugo de la esclavitud procuren ser muy respetuosos con sus amos, no sea que las críticas recaigan sobre el nombre de Dios y su doctrina.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Todos los que están esclavos bajo yugo, consideren a sus propios amos dignos de todo honor, para que no sea difamado el nombre de Dios ni la doctrina.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Los que están sometidos al yugo de la esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo respeto, para que no se desacredite el nombre de Dios y la doctrina.

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1 Timoteo 6:1
35 Referans Kwoze  

Entonces el ángel de Dios le dijo: —Es mejor que regreses con tu dueña y te sometas a ella. Yo haré que tengas tantos descendientes, que nadie podrá contarlos.


Allí el mayordomo oró así: —Dios de mi amo Abrahán, te ruego que trates con bondad a mi amo y que hagas que hoy me vaya bien.


Un día, Abrahán llamó a su mayordomo, el que administraba todos sus bienes, y le dijo: —Quiero que me hagas un juramento.


con estas palabras: —¡Alabado seas, Dios de mi amo Abrahán, pues siempre has sido bueno y fiel con mi amo! Por eso has guiado mis pasos hasta la casa de sus familiares.


Pero por haber ofendido a Dios al portarte así, no vivirá el hijo que tuviste con Betsabé.


Pero sus sirvientes se acercaron a él y le dijeron: —Señor, si el profeta te hubiera pedido que hicieras alguna cosa difícil, tú la habrías hecho sin duda. ¡Con más razón deberás hacerle caso y bañarte en el río Jordán para así quedar curado!


Yo me irrité contra mi pueblo; me enfadé con los israelitas y los dejé caer en tu poder. Pero tú, Babilonia, no te compadeciste de ellos, y maltrataste a los ancianos con una carga muy pesada.


Y ahora, ¿qué es lo que ha pasado? Pues que también sin motivo se han llevado mi pueblo al destierro donde sus opresores se burlan de él y en todo momento me ofenden. Soy yo, vuestro Dios, quien lo aseguro.


¡Pues no es ese el ayuno que yo quiero! El ayuno que a mí me agrada es que liberéis a los presos encadenados injustamente, que deis la libertad a los esclavos, que dejéis de oprimir a los maltratados y que acabéis con toda injusticia.


Por su culpa la gente se burlaba de mí, pues a dondequiera que los israelitas llegaban, la gente decía: «Si estos son el pueblo de Dios, ¿por qué han tenido que abandonar su tierra?». Así que tuve que defender mi buen nombre que había sido deshonrado en los lugares adonde habían ido.


Yo mostraré a las naciones la grandeza de mi nombre, el nombre que vosotros habéis deshonrado entre esas naciones. Cuando haga esto tendrán que reconocer que soy el Dios de Israel. Porque, efectivamente, yo soy el Dios de Israel y cumpliré mi palabra.


Esto es, sacerdotes, lo que os dice el Dios todopoderoso: Los hijos respetan a sus padres, y los esclavos respetan a sus amos. ¡Pues yo soy vuestro Padre y vuestro Amo y, sin embargo, vosotros, sacerdotes, no me respetáis! ¡Me tratáis como si no valiera nada! Es más, despreciáis mi nombre y os atrevéis a preguntarme: ¿En qué te hemos ofendido o faltado al respeto? Y yo, el Dios todopoderoso, os respondo: Me ofendéis cuando despreciáis mi altar, cuando me presentáis como ofrenda animales impuros, que no valen nada porque están ciegos, cojos y enfermos. ¿No creéis que eso está mal? Si esos mismos animales se los ofrecierais a vuestro gobernador, se ofendería y no los aceptaría.


porque lo que yo os mando no es difícil de cumplir y la carga que os pido llevar no os resultará pesada.


¿A quién fuisteis a ver entonces? ¿A un profeta? Por supuesto que sí. En realidad, Juan era más que un profeta;


Jesús dijo a sus discípulos: —No se puede evitar que haya en el mundo quienes animen a pecar. Pero ¡qué mal van a acabar quienes lo hagan!


Ellos respondieron: —Nos envía el capitán Cornelio, que es un hombre bueno y adora al verdadero Dios. Todos los judíos lo respetan mucho. Un ángel del Señor se le apareció y le dijo: «Haz que Pedro venga a tu casa, y escucha bien lo que va a decirte».


En cuanto el ángel que le había hablado se fue, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes y a un soldado de su confianza que era un hombre religioso,


¿Por qué queréis ir en contra de lo que Dios ha decidido? ¿Por qué queréis obligar a los creyentes en Jesús a soportar una carga, que ni nuestros antepasados ni nosotros hemos podido soportar?


Tienen razón las Escrituras cuando dicen: «La gente de otros países habla mal de Dios por culpa de vosotros mismos».


No causéis problemas ni a los judíos, ni a los que no son judíos, ni a los que pertenecen a la Iglesia de Dios.


¡Jesucristo nos ha hecho libres para que lo seamos de verdad! Así que manteneos firmes y no dejéis que os conviertan de nuevo en esclavos de la ley.


Por eso Dios enviará contra vosotros muchos enemigos que os harán sus esclavos. Dios os quitará todo y viviréis en la pobreza. No tendréis comida, ni agua, ni ropa. ¡Seréis sus esclavos y acabarán por destruiros!


Por eso, quiero que las viudas jóvenes se vuelvan a casar y que tengan hijos y se ocupen de cuidar a su familia. Así los que no creen en Jesucristo no podrán criticarnos.


Deben pensar bien lo que hacen y llevar una vida limpia; deben gobernar bien su casa, ser buenas y respetuosas con su marido. Así nadie podrá hablar mal del mensaje de Dios.


Portaos bien cuando estéis con gente que no cree en Dios. Así, aunque ahora esa gente hable mal de vosotros, como si fuerais unos malvados, luego verá el bien que hacéis y alabará a Dios el día en que él pida cuentas a todos.


En cualquier caso, hacedlo con amabilidad y respeto. Portaos bien, como buenos seguidores de Cristo, para que los que hablan mal de vuestra buena conducta sientan vergüenza de lo que dicen.


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