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1 Timoteo 3:3 - Biblia Lenguaje Básico

3 No debe ser borracho ni violento; al contrario, debe ser amable y tranquilo y no estar únicamente preocupado por el dinero.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 No debe emborracharse ni ser violento. Debe ser amable, no debe buscar pleitos ni amar el dinero.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desprendido del dinero.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 no adicto al vino, ni pendenciero,° sino amable, apacible, no avaro,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 no bebedor ni pendenciero, sino amable, conciliador, desinteresado;

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1 Timoteo 3:3
45 Referans Kwoze  

Eso mismo les sucederá a los que quieren hacerse ricos sin importarles cómo lograrlo: ¡acabarán perdiendo la vida!


El que siempre quiere tener más hace daño a su familia, el que no se deja sobornar tendrá larga vida.


Más vale un buen final que un buen principio. Más vale paciencia que soberbia.


¡Qué mal le va a ir a Samaría, orgullo y corona del Reino del Norte! ¡Qué mal les va a ir a sus habitantes que se portan como borrachos y presumen de tener como capital a una flor ya marchita que domina el fértil valle donde viven esos borrachos! Asiria es un pueblo poderoso; Dios lo tiene preparado como una tormenta de granizo, como lluvia torrencial y destructora, como una terrible inundación. Con su poder y su fuerza, Asiria abatirá a Samaría en la que esos borrachos del Reino del Norte han puesto todo su orgullo;


Los profetas y los sacerdotes se tambalean y tropiezan de tanto licor como beben. Están demasiado borrachos y no tienen seguridad en sus visiones, titubean al tener que decidir.


Todos desean lo que no es suyo, desde el más pequeño hasta el más grande. Ya no se puede confiar ni en el profeta ni en el sacerdote.


Por eso daré a otros sus mujeres y entregaré sus campos a conquistadores. Y es que todos desean lo que no es suyo, desde el más pequeño hasta el más grande. Ya no se puede confiar ni en el profeta ni en el sacerdote.


Ningún sacerdote deberá beber vino cuando vaya a entrar al patio interior.


—Cuando tú y tus hijos tengáis que entrar en la Tienda del encuentro, no lo hagáis después de haber tomado vino o cualquier clase de licor. Si lo hacéis, moriréis, pues debéis saber distinguir entre lo que es sagrado y lo que no lo es, entre lo que es puro y lo que es impuro. Esta norma no cambiará jamás.


Y es que solo seríais felices con profetas mentirosos que os dijeran: «si nos dais vino y licor, profetizaremos a favor vuestro».


Los sacerdotes, profetas y jueces enseñan, predican o juzgan solo a cambio de dinero. Y para colmo se atreven a decir: «No tenemos nada que temer; ¡Dios está con nosotros!».


Así dice Dios a los profetas que engañan a mi pueblo: Vosotros habláis de paz solo a quienes os dan de comer, pero declaráis la guerra a quienes no os proporciona alimento.


Prefiero que se cierren las puertas de mi Templo a que encendáis en vano fuego en mi altar; estoy muy molesto con vosotros y os aseguro que no voy a aceptar esas ofrendas.


Y les dijo: —Dios dice en las Escrituras: «Este Templo es mi casa y aquí se viene a orar». Pero vosotros lo habéis convertido en cueva de ladrones.


Nunca he querido que nadie me diera dinero ni ropa.


porque no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino que buscan su propio bien. Hablan a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no entienden.


No os emborrachéis, pues perderéis el control de vuestros actos. Permitid más bien que sea el Espíritu Santo el que os llene y os controle.


También os recomendamos, hermanos, que llaméis la atención a los que no quieren hacer nada. Animad a los que son tímidos, apoyad a los que todavía dudan del Señor Jesús, y tened paciencia con todos.


Los diáconos deben ser personas respetables; no deben mentir ni beber mucho vino, ni estar preocupados por ganar mucho dinero.


Habrá gente egoísta, interesada solamente en ganar más y más dinero. También habrá gente orgullosa, que se creerá más importante que los demás. No respetarán a Dios ni obedecerán a sus padres, sino que serán desagradecidos y ofenderán a todos.


No permitas que hablen, porque confunden a familias enteras y lo hacen solo para ganar dinero.


Los encargados de dirigir una comunidad cristiana, que es la casa de Dios, deben hacerlo sin que se les pueda acusar de nada malo. Por eso, no deben ser tiranos, ni enfadarse con facilidad ni emborracharse. Tampoco deben ser violentos, ni tramposos en sus negocios.


Recomienda a las ancianas que se comporten como corresponde a cristianas. No deben ser chismosas ni emborracharse, sino más bien ser un buen ejemplo para las mujeres más jóvenes


No deben hablar mal de nadie; que sean pacíficos, amables y se muestren humildes en su trato con los demás.


No viváis preocupados por tener más dinero. Estad contentos con lo que tenéis, porque Dios ha dicho en la Escritura: «Nunca te abandonaré».


¿Sabéis por qué hay guerras y riñas entre vosotros? ¡Pues porque no sabéis dominar vuestro egoísmo y vuestra maldad!


Cuidad de las personas que Dios dejó a vuestro cargo; cuidadlas como cuida el pastor a sus ovejas. No lo hagáis a la fuerza, sino con buena voluntad, que es lo que a Dios le agrada; en ningún caso lo hagáis por obligación o para ganar dinero.


Esos falsos maestros desearán tener cada vez más dinero y tratarán de explotaros a base de mentiras. Pero Dios ha decidido castigarlos desde hace mucho tiempo y no se salvarán de ese castigo.


¡Ay de ellos! Se portan como Caín y por el afán de ganar dinero, cometen el mismo error que cometió Balaán y por su comportamiento morirán como murió Coré.


Yo, Juan, soy vuestro hermano en Cristo. Comparto con vosotros los mismos sufrimientos y la misma paciencia esperando el reino de Jesucristo. Fui desterrado a la isla de Patmos por haber anunciado el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesucristo.


Pero los hijos de Samuel no eran como su padre, sino que buscaban su provecho, cometían muchas injusticias y aceptaban sobornos.


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