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1 Timoteo 1:1 - Biblia Lenguaje Básico

1-2 Querido Timoteo: Te envío mis saludos. Yo, Pablo, soy apóstol de Jesucristo, pues Dios, que es nuestro Salvador, y Cristo Jesús, en quien hemos puesto nuestra esperanza, me enviaron a comunicar su mensaje. Para mí, tú eres como un hijo. Por eso pido, a Dios nuestro Padre y a Jesucristo, nuestro Señor, que te concedan su gracia, te traten con misericordia y te den su paz.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Yo, Pablo, apóstol de Cristo Jesús, nombrado por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús, quien nos da esperanza,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Pablo, un° apóstol de Jesús el Mesías según mandato de Dios nuestro Salvador, y de° Jesús el Mesías nuestra esperanza,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por encargo de Dios nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,

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1 Timoteo 1:1
38 Referans Kwoze  

Dios hizo grandes prodigios frente al mar de los Juncos y salvó a nuestros antepasados de sus opresores egipcios; pero nuestros antepasados se olvidaron de Dios


Confío en ti, Dios mío, y ya no tengo miedo porque tú eres mi fuerza, mi salvación y mi alegría».


Solo yo soy Dios, solo yo puedo salvaros.


porque yo soy tu Dios y te pondré a salvo. Yo soy el Dios Santo de Israel. Israel, yo te amo; tú vales mucho para mí. Para salvarte y hacer que fueras mi pueblo, tuve que pagar un alto precio, tuve que entregar a naciones enteras, como Sabá, Etiopía y Egipto con todos sus habitantes.


Porque tú, Dios nuestro, eres un Dios misterioso, el Dios salvador de Israel.


Vayamos a juicio a ver si podéis responderme: ¿Quién anunció estas cosas mucho antes de que sucedieran? Fui yo, el único Dios, y no hay otro dios fuera de mí. Solo yo soy justo y salvador y fuera de mí no existe ningún otro.


Haré que vuestros opresores coman su propia carne y se emborrachen con su propia sangre. Así sabrá toda la humanidad que yo soy el único Dios, soy el Dios todopoderoso, y el salvador de Israel».


Las naciones te darán alimento y los reyes te entregarán sus regalos. Así reconocerás que yo soy el Dios que te salva, el poderoso libertador de Israel.


Dios había dicho: «Ellos son mi pueblo, son mis hijos fieles». Por eso Dios los salvó de todos sus males. No fue un enviado suyo el que los salvó, sino el mismo Dios en persona. Él los libró por su amor y su misericordia; los llevó en sus brazos, como lo había hecho en el pasado.


Así dice Dios a su pueblo: «Israel, yo soy tu Dios; no tienes otro salvador». Yo he sido tu único Dios desde que estabas en Egipto.


y estoy alegre porque él es mi Salvador!


¡Vuestro Salvador acaba de nacer en Belén, la ciudad de David! ¡Es el Mesías, el Señor!


Sin embargo, el Señor le dijo: —Tú vete, porque yo he elegido a ese hombre para que hable de mí ante extranjeros y reyes, y ante el pueblo de Israel.


Queridos hermanos de la iglesia de Roma: Yo soy siervo y apóstol de Jesucristo porque Dios me eligió para anunciar la buena noticia que él tiene para nosotros.


Queridos hermanos de la Iglesia de Dios en Corinto: Recibid saludos míos, y de nuestro hermano Sóstenes. Yo, Pablo, deseo de todo corazón que nuestro Padre Dios y el Señor Jesucristo os llenen de gracia y de paz. Dios me eligió para ser apóstol de Jesucristo, y también os eligió a vosotros para que viváis unidos a él y forméis parte de su pueblo elegido. Así estaréis unidos a nosotros y a todos los que adoran y alaban a nuestro Señor Jesucristo en todo el mundo.


No puedo esperar que se me pague por anunciar la buena noticia, pues no lo hago por propia iniciativa, sino que se me ordenó hacerlo.


Queridos hermanos de la iglesia de Corinto y de la región de Acaya: Nosotros, Pablo y Timoteo, os enviamos nuestros saludos. Que Dios nuestro Padre quien me eligió como apóstol y Jesucristo, el Señor os den su amor y su paz.


Queridos hermanos de las iglesias de la región de Galacia: Yo, Pablo, y los seguidores de Cristo que están conmigo, os saludamos. Le pido a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo, que os concedan su gracia y su paz. Soy un apóstol que no ha sido enviado por nadie de este mundo, sino por Jesucristo y por Dios Padre que lo resucitó de entre los muertos.


Hermanos, quiero que os quede claro que nadie de este mundo inventó la buena noticia que os he anunciado.


Dios decidió daros a conocer este plan tan grande y maravilloso para todas las naciones; un plan que consiste en que Cristo viva en vosotros y os dé la esperanza de que vais a compartir la gloria de Dios.


Dios nuestro Padre es bueno; por eso nos ha amado y nos ha dado el consuelo eterno y la seguridad de que seremos salvos. A él y a nuestro Señor Jesucristo les pido


Le doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque ha confiado en mí y me ha dado fuerzas para trabajar por él.


Esta clase de oración es buena y le agrada a Dios, nuestro Salvador;


Dios me envió a anunciar esta buena noticia a los que no son judíos. Debo enseñarles la verdad y lo que significa creer en Dios. ¡Aseguro que no estoy mintiendo, sino que digo la verdad!


Por eso nos esforzamos tanto, pues confiamos firmemente en Dios. Él vive para siempre y es el salvador de todos, especialmente de los que creen en él.


No deben robar, sino ser totalmente fieles, para que todos vean lo hermosa que es la enseñanza acerca de Dios nuestro Salvador.


Así debemos vivir, mientras llega ese día feliz y maravilloso que todos esperamos, cuando regrese nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.


Pero Dios, nuestro Salvador, nos mostró que él es bueno y que ama a todos los seres humanos.


y es que Dios ha derramado generosamente sobre nosotros ese Espíritu a través de Jesucristo, nuestro Salvador.


Gracias a Cristo, vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio un lugar de honor en su reino. De esta manera vuestra fe y vuestra esperanza tienen en Dios un firme apoyo.


Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran amor y por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, ha hecho que tengamos una esperanza llena de vida,


Yo, Simón Pedro, estoy al servicio de Jesucristo, que me envió a anunciar su mensaje. Recibid mis saludos todos los que gracias a Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, habéis recibido una fe de tanto valor como la nuestra.


Nosotros mismos lo hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para salvar al mundo.


Al Dios único, que es nuestro Salvador, corresponde la gloria, la majestad, el poder y la autoridad. Así se lo reconocemos por medio de Jesucristo, el Señor, ahora y por siempre. Amén.


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