1 Samuel 30:26 - Biblia Lenguaje Básico26-31 Cuando regresó a Siclag, David tomó una parte de lo que les había quitado a los amalecitas, y la envió a los lugares donde había residido con su gente, es decir, a Betel, Ramot, localidad situada en el desierto del sur, Jatir, Aroer, Sifmot, Estemoa y Racal. Envió también parte del botín a los habitantes que estaban en las ciudades de Jerajmel y de las ciudades de los quenitas, y también a Jormá, Borasán, Atac y Hebrón, entre otras. Junto con los regalos, les envió este mensaje: «Esto es parte del botín que quité a los enemigos de Dios y que ahora os doy a vosotros». Gade chapit laPlis vèsyonBiblia Reina Valera 196026 Y cuando David llegó a Siclag, envió del botín a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del botín de los enemigos de Jehová. Gade chapit laBiblia Nueva Traducción Viviente26 Cuando llegó a Siclag, David envió parte del botín a los ancianos de Judá, quienes eran sus amigos. «Esto es un regalo para ustedes —les dijo David—, tomado de los enemigos del Señor». Gade chapit laBiblia Católica (Latinoamericana)26 Cuando regresó a Siclag, David envió una parte del botín a los ancianos de Judá, diciéndoles: 'Ahí tienen un regalo del botín que arrebatamos a los enemigos de Yavé'. Gade chapit laLa Biblia Textual 3a Edicion26 Y al llegar a Siclag, David envió parte del despojo a los ancianos de Judá, sus amigos, diciendo: He aquí un presente para vosotros del despojo de los enemigos de YHVH. Gade chapit laBiblia Serafín de Ausejo 197526 Cuando llegó David a Sicelag, envió parte del botín a sus compañeros, los ancianos de Judá, con este mensaje: 'Ahí tenéis un presente procedente del botín de los enemigos de Yahveh'. Gade chapit la |
Después de la muerte de Saúl, David salió a luchar contra los amalecitas y los derrotó. A continuación regresó a Siclag y se quedó allí dos días. Al tercer día, llegó a Siclag uno de los soldados de Saúl. Venía con la ropa toda desgarrada y la cabeza cubierta de polvo. Cuando llegó ante David, se inclinó tocando el suelo con la frente en señal de respeto.
Un día, Saúl dijo a David: —Mira, te voy a dar como esposa a Merab, mi hija mayor. Lo único que te pido es que seas valiente y que, en el nombre de Dios, salgas al frente del ejército en las batallas. En realidad, lo que Saúl quería era la muerte de David. Pero pensaba: «Que sean los filisteos los que lo maten y no yo».