15 ¡Esta no es la primera vez que consulto a Dios en cuanto a lo que David debe hacer! Además, yo no sabía nada de los problemas que David tiene con el rey. Ni yo ni ninguno de mi familia hemos traicionado al rey.
15 ¿He comenzado yo desde hoy a consultar por él a Dios? Lejos sea de mí; no culpe el rey de cosa alguna a su siervo, ni a toda la casa de mi padre; porque tu siervo ninguna cosa sabe de este asunto, grande ni pequeña.
15 Por cierto, ¡esta no fue la primera vez que consulté a Dios por él! Que el rey no me acuse a mí y a mi familia de este asunto, porque yo no sabía nada de un complot en contra de usted.
15 Ciertamente no es la primera vez que consulto a Dios por él. El rey nada tiene que reprocharme, ni menos a toda la familia de mi padre, pues tu servidor nada sabía de eso, absolutamente nada'.
15 ¿Acaso he comenzado hoy a consultar a ’Elohim por él? ¡Lejos sea eso de mí! No impute el rey cosa alguna a su siervo ni a toda la casa de mi padre, por cuanto tu siervo nada sabe de este asunto, poco o mucho.
15 ¿Acaso es hoy la primera vez que he consultado a Dios por él? ¡Lejos de mí todo eso! No impute el rey semejante cosa a su siervo ni a toda la casa de su padre, pues en todo este asunto tu siervo nada sabe, ni poco ni mucho'.
Iban con él mil personas de la tribu de Benjamín. David y su gente se disponían a cruzar el río Jordán cuando llegó también Sibá, el criado de Saúl, junto con sus quince hijos y veinte sirvientes. Todos ellos se ofrecieron a ayudar al rey y a su familia a cruzar el río, poniéndose a su total disposición. Entonces Simí, cayendo a los pies del rey,
David volvió a consultar a Dios, y Dios le respondió: —No los ataques de frente; rodéalos y atácalos por detrás. Cuando llegues adonde están las moreras,
Nos satisface saber que nos hemos comportado bien y que hemos sido sencillos y sinceros con todos, especialmente con vosotros. Es algo que no hemos hecho guiados por nuestra propia sabiduría, sino apoyados en la ayuda de Dios, que nos ha dado su gracia.
Cuando Abigail regresó a su casa, encontró a Nabal muy contento y completamente borracho. Por eso no le contó hasta el día siguiente lo que había pasado.