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1 Samuel 20:13 - Biblia Lenguaje Básico

13 Pero si mi padre quiere matarte y no te lo digo, ¡que Dios me castigue duramente si no te ayudo a escapar! Que Dios te proteja como protegió a mi padre.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Pero si mi padre intentare hacerte mal, Jehová haga así a Jonatán, y aun le añada, si no te lo hiciere saber y te enviare para que te vayas en paz. Y esté Jehová contigo, como estuvo con mi padre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Pero si está enojado y quiere matarte, que el Señor me castigue y aun me mate si no te advierto para que puedas escapar y vivir. Que el Señor esté contigo como antes estaba con mi padre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Si no lo hago, ¡que Dios me maldiga una y otra vez! Y si mi padre quiere hacerte daño, también te lo comunicaré. Te dejaré pues irte en paz; Yavé estará contigo así como lo estuvo con mi padre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ¡Así haga YHVH a Jonatán y aún le añada, si a mi padre le place hacerte mal y yo no te lo revele para que puedas partir en paz, y YHVH pueda estar contigo como ha estado con mi padre!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 haga esto Yahveh a Jonatán y le añada lo otro. Pero si mi padre trata de hacerte mal, te lo diré también y te dejaré partir en paz. Y que Yahveh sea contigo como lo fue con mi padre.

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1 Samuel 20:13
22 Referans Kwoze  

y pedía con insistencia a David que comiera algo, mientras aún era de día. Pero David les respondió: —No comeré nada antes de que anochezca. Que Dios me castigue si lo hago.


pero nunca lo abandonaré como abandoné a Saúl.


Que Dios ayude a Salomón así como ha ayudado a mi señor, el rey, y haga que su reino sea aún mayor que el de mi señor, el rey David.


Entonces Jezabel mandó un mensajero a decirle a Elías: —Te voy a matar como tú hiciste con los profetas de Baal. Que los dioses me castiguen sin piedad si mañana, a esta misma hora, no estás muerto.


Al recibirla, Benadad le mandó a decir a Ajab: —Voy a destruir la ciudad de Samaría, y que los dioses me castiguen sin piedad si no reduzco completamente a polvo la ciudad.


Por eso, hijo mío, mi mayor deseo es que Dios te ayude y que cumpla su promesa para que puedas construirle el Templo.


Enseñadles a cumplir todo lo que yo os he enseñado. Y sabed que estaré siempre con vosotros, hasta el fin del mundo.


Practicad todas las enseñanzas que os he dado, haced todo lo que me visteis hacer y me oísteis decir, y Dios, que es fuente de paz, estará con vosotros siempre.


Nadie podrá derrotarte jamás, porque yo te ayudaré, de la misma manera que ayudé a Moisés. Nunca te fallaré ni te abandonaré.


Donde tú mueras moriré, y allí mismo seré enterrada. Que Dios me castigue si te abandono, pues nada podrá separarnos; ¡nada, ni siquiera la muerte!


Una vez que se cumpla todo esto que ahora te digo, podrás hacer lo que quieras, porque Dios estará contigo.


Sin embargo los israelitas estuvieron en guerra con los filisteos mientras Saúl fue rey de Israel. Por eso Saúl siempre tenía en su ejército a los jóvenes más fuertes y valientes. Además, Saúl combatió también a todos sus enemigos de alrededor: contra Moab, Amí, Edom, los reyes de Sobá, los filisteos y los amalecitas. Venció a todos sus enemigos, y alcanzó grandes triunfos. Así fue como libró a Israel de los pueblos que les robaban todo lo que tenían. Saúl tuvo tres hijos, que fueron Jonatán, Jisví y Malquisúa. También tuvo dos hijas; la mayor se llamaba Merab, y la menor, Mical. Su mujer se llamaba Ajinoán, y era hija de Ajimás. El general de su ejército se llamaba Abner y era hijo de Ner, tío de Saúl. El padre de Saúl y el padre de Abner eran hermanos.


Si Dios me ha librado de las garras de leones y de osos, también me librará de ese filisteo. Entonces Saúl dijo a David: —Anda y que Dios te acompañe.


Saúl tenía miedo de David, pues se daba cuenta de que Dios lo protegía, mientras que a él lo había abandonado. Así que Saúl alejó a David enviándolo al campo de batalla y poniéndolo al frente de mil soldados con los que organizaba diversas expediciones en las que siempre tenía éxito porque Dios lo ayudaba.


Yo iré con mi padre cerca del lugar donde estés escondido, le preguntaré qué piensa sobre ti y te haré saber lo que me responda.


Jonatán dijo a David: —Te juro por el Dios de Israel, que pasado mañana, a esta misma hora, ya le habré preguntado a mi padre qué piensa hacer contigo. Si todo está bien, mandaré a alguien para que te informe.


Yo sé que Dios no dejará vivo a ninguno de tus enemigos. Pero tú, si para entonces aún sigo con vida, ¡júrame que tanto a mí como a mi familia nos tratarás con la bondad con que trata Dios!


Y Elí le preguntó: —¿Qué te dijo Dios? Cuéntamelo todo. ¡Que Dios te castigue si me ocultas una sola palabra de cuanto te ha dicho!


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