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1 Samuel 2:35 - Biblia Lenguaje Básico

35 Sin embargo, yo pondré en mi santuario a un sacerdote fiel, que hará todo como a mí me gusta. Haré que sus descendientes vivan mucho tiempo y que sirvan al rey que he elegido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

35 Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 »Entonces levantaré a un sacerdote fiel, quien me servirá y hará lo que yo deseo. Estableceré para él una descendencia duradera, y ellos serán por siempre sacerdotes para mis reyes ungidos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Haré que surja un sacerdote fiel que actuará según mi corazón y según mi alma; le haré una casa inamovible y cumplirá siempre su cargo bajo la mirada de aquel que he elegido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Yo empero levantaré para mí un sacerdote fiel que actuará conforme a mi corazón y a mi alma, y le edificaré casa firme, y él andará todos los días delante de mi Ungido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Yo haré surgir para mí un sacerdote fiel, que actuará conforme a mi corazón y a mis deseos; yo le edificaré una casa estable, y él caminará siempre delante de mi ungido.

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1 Samuel 2:35
28 Referans Kwoze  

será como cuando gobernaban los jueces. Tú, por tu parte, vivirás en paz con tus enemigos. Además, yo haré que de tus descendientes salgan los reyes de Israel.


Dios mío, yo me atrevo a pedirte esto porque tú has dicho que mis descendientes ocuparán por siempre el trono de tu pueblo.


y el sacerdote Sadoc y el profeta Natán han derramado aceite sobre la cabeza de Salomón para nombrarlo rey. Esto ha ocurrido en Guijón, de donde han regresado muy contentos. Así que toda la ciudad está muy alborotada, y por eso se escucha tanto griterío.


Pero ni el sacerdote Sadoc ni Benaías, hijo de Joyadá, ni el profeta Natán ni Simí, hombre en quien el rey confiaba, ni los mejores soldados de David, estaban a favor de Adonías.


Si me eres fiel y obedeces todos mis mandamientos como lo hizo David, mi fiel servidor, yo te ayudaré en todo, haré que tus descendientes conserven el trono real, como he prometido a David, y te entregaré a Israel.


Después el rey nombró general del ejército a Benaías, en lugar de Joab, y eligió como sacerdote a Sadoc, en lugar de Abiatar.


Ese día derramaron aceite sobre la cabeza de Salomón, para nombrarlo sucesor del rey David; y lo mismo hicieron con Sadoc, para nombrarlo sacerdote. Fue la segunda ocasión en que todo el pueblo proclamó a Salomón como su rey, y todos comieron y bebieron con mucha alegría delante de Dios.


Por eso, Dios mío, yo te alabo y te canto himnos en medio de las naciones.


Les enviaré de nuevo a David, mi fiel siervo, para que los cuide.


Se trata de un pacto según el cual tanto él como sus descendientes serán siempre mis sacerdotes, por haber salido en defensa de su Dios y haber obtenido el perdón para los israelitas.


Para poder ayudarlos, Jesús tenía que hacerse igual a sus hermanos, convirtiéndose en sacerdote lleno de amor y fiel en todo lo que se refiere a Dios. Además, por medio de su muerte, Jesús logró que Dios perdonara nuestros pecados.


Cuando Saúl y su criado llegaron a Guibeá, se encontraron con el grupo de profetas. Entonces el espíritu de Dios vino sobre Saúl, y Saúl comenzó a profetizar junto con ellos.


Aquel mismo día se cumplió todo lo que Samuel había dicho, pues en cuanto Saúl se dio vuelta y se apartó de Samuel, Dios cambió la vida de Saúl.


Samuel tomó aceite y lo derramó sobre David en presencia de sus hermanos. Después regresó a Ramá. En cuanto a David, desde aquel mismo día el espíritu de Dios estuvo con él.


Los pocos que sobrevivan de tu familia se arrodillarán delante del sacerdote fiel y le suplicarán: «Por favor, danos algún trabajo como sacerdotes, para que podamos comer aunque sea un pedazo de pan».


y perdóname si he cometido alguna falta. Tú luchas en la defensa de Dios y estoy segura de que Dios hará que tus descendientes reinen en Israel y que en toda tu vida no te suceda mal alguno.


En aquellos tiempos, Dios se comunicaba muy pocas veces con el pueblo y nadie recibía mensajes ni visiones. El niño Samuel servía a Dios bajo la dirección de Elí, que ya casi estaba ciego. Una noche, poco antes de que se apagara la lámpara del santuario, Dios llamó a Samuel por su nombre. Elí estaba ya acostado en su habitación y Samuel dormía en el santuario, donde está el Arca del pacto de Dios. —¡Samuel, Samuel!


Samuel tomó un cordero y, mientras lo sacrificaba, le rogó a Dios que ayudara a su pueblo. Mientras tanto, los filisteos iban acercándose para atacar a Israel. Pero Dios escuchó a Samuel y envió una fuerte tormenta con truenos que desconcertaron a los filisteos y los hicieron huir llenos de terror.


Pero los hijos de Samuel no eran como su padre, sino que buscaban su provecho, cometían muchas injusticias y aceptaban sobornos.


Ellas les contestaron: —Sí, acaba de llegar al pueblo para ofrecer en el santuario de la colina un sacrificio en honor de Dios. En cuanto entréis en el pueblo lo veréis dirigirse allí para bendecir los animales del sacrificio. El pueblo y los invitados no empezarán a comer de los animales sacrificados hasta que él los bendiga. ¡Id, pues, rápido y os encontraréis con él!


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