20 Jesé envió a Saúl a su hijo David, aprovechando la ocasión para enviarle también como regalo, un burro cargado con pan, un recipiente de cuero lleno de vino, y un cabrito.
Ante esto, su padre les dijo: —Pues si no hay otra solución, tomad a vuestro hermano y volved con él adonde está ese hombre. Pero haced lo siguiente: Llenad vuestros sacos con los mejores productos de nuestro país para regalárselos. Llevadle bálsamo, un poco de miel, algunas especias, y mirra, pistachos y almendras. Llevad también doble cantidad de dinero, pues tenéis que entregar el que os devolvieron en vuestros sacos. Tal vez lo pusieron allí por error.
Pero algunos desconfiados decían burlándose: —¿Y este es el que va a salvarnos? Y como pensaban que Saúl no servía para rey, no le hicieron ningún regalo. A pesar de ello, Saúl no dijo nada.
Abigail no perdió tiempo. De inmediato le envió a David doscientos panes, dos recipientes de cuero llenos de vino, cinco ovejas asadas, cuarenta kilos de grano tostado, cien racimos de pasas y doscientas tortas de higos secos. Toda esta comida la cargó Abigail en unas burras,