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1 Samuel 15:22 - Biblia Lenguaje Básico

22 Pero Samuel le dijo: —Lo que agrada a Dios es que lo obedezcan y no que le ofrezcan sacrificios. Es mejor obedecerlo que sacrificarle los mejores animales.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

22 Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Samuel le contestó: '¿Piensas acaso que a Yavé le gustan más los holocaustos y los sacrificios que la obediencia a su palabra? La obediencia vale más que el sacrificio, y la fidelidad, más que la grasa de los carneros.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y respondió Samuel: ¿Se complace YHVH en holocaustos y sacrificios, como en la obediencia a la voz de YHVH? He aquí, el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que la grosura de los carneros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Pero Samuel replicó: '¿Acaso se complace Yahveh en los holocaustos y en los sacrificios tanto como en la obediencia a la voz de Yahveh? Mira: la obediencia es mejor que el sacrificio, y la docilidad mejor que el sebo de carneros.

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1 Samuel 15:22
24 Referans Kwoze  

También Abel llevó a Dios su ofrenda y escogió las primeras y mejores crías de sus ovejas. Dios recibió con agrado la ofrenda de Abel,


Si obedecéis y cumplís el pacto que he hecho con vosotros, seréis mi pueblo preferido entre todos los pueblos de la tierra, pues toda la tierra me pertenece.


Más que recibir sacrificios, Dios prefiere que se haga justicia y que se practique la honradez.


Ante Dios, piensa bien lo que vas a decir y procura no hablar demasiado, pues Dios es más poderoso que tú.


Este pacto es el mismo que hice con vuestros antepasados, cuando los saqué de Egipto, país que parecía un horno para fundir hierro. Yo les pedí que obedecieran todos mis mandamientos y de esa manera ellos serían mi pueblo y yo sería su Dios.


Desde que los saqué de Egipto hasta el momento presente he estado advirtiendo a vuestros antepasados que me obedezcan.


Así que más os vale obedecer a nuestro Dios, y mejorar vuestra conducta. Si de verdad lo hacéis así, Dios no os castigará.


Vosotros me traéis ofrendas, pero no es eso lo que yo quiero. Lo que quiero es que me améis y que me reconozcáis como vuestro Dios.


Os encanta presentar ofrendas, y luego comer la carne de los animales que ofrecéis en sacrificio. Pero yo, vuestro Dios, no acepto esas ofrendas, sino que tengo presente vuestros pecados. Por eso os voy a castigar y volveréis a ser esclavos en Egipto.


Vosotros no entendéis lo que Dios dijo: «No quiero que me sacrifiquéis animales, sino que améis y ayudéis a los demás». Si lo entendierais, no estaríais acusando a gente inocente.


¡Qué mal vais a acabar hipócritas, maestros de la Ley y fariseos! Os preocupáis de dar como ofrenda la décima parte de la menta, del anís y del comino que cosecháis en vuestros campos. Pero no obedecéis las enseñanzas más importantes de la ley que consiste en ser justos con los demás, tratarlos con amor y tener fe en Dios. Hay que hacer esas tres cosas, sin dejar de cumplir las demás obligaciones.


deja la ofrenda delante del altar, ve rápidamente a reconciliarte con esa persona y, después de eso, regresa a presentar tu ofrenda a Dios.


Id y averiguad lo que Dios quiso decir con estas palabras: «Prefiero que seáis compasivos con la gente a que me traigáis ofrendas». Yo no he venido a llamar a los que ya son buenos, sino a los que son pecadores.


Debemos amarle con todo nuestro ser, y amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos. Estos mandamientos son más importantes que cumplir con todos los ritos y ceremonias religiosas.


Pero Samuel le dijo: —¡Has actuado como un insensato! Si hubieras obedecido la orden de tu Dios, tu reino habría durado para siempre.


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