7 Las piedras que se usaron para construir el Templo fueron talladas de antemano. De esta manera no se escuchó en la construcción del edificio el ruido de martillos, hachas u otras herramientas.
7 Y cuando se edificó la casa, la fabricaron de piedras que traían ya acabadas, de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la casa, ni ningún otro instrumento de hierro.
7 Las piedras que se usaron en la construcción del templo se labraban en las canteras, de modo que no hubo ruido de martillo, ni de hacha, ni de ninguna otra herramienta de hierro en el lugar de la obra.
7 Para construir la Casa, se usaban piedras talladas en las canteras; mientras duró la construcción no se oyó en la Casa ni martillo ni hacha ni ninguna herramienta de fierro.
7 En su construcción, la Casa fue edificada con piedras labradas en las cantería, de manera que ni martillos, ni hachas, ni ningún instrumento de hierro se dejó oír en la Casa mientras la construían.
7 En la construcción del templo se empleaban piedras talladas ya en la misma cantera, de suerte que, durante la construcción del templo, no se oía ruido de martillos, cinceles ni instrumento alguno de hierro.
La galería construida alrededor del Templo tenía tres pisos. La planta baja medía dos metros y veinticinco centímetros de ancho; la planta intermedia tenía dos metros con setenta centímetros de ancho, y la planta superior medía tres metros con quince centímetros de ancho. Por fuera había reducido las medidas del Templo para no apoyar en las paredes las vigas que sostenían las habitaciones.
La entrada a las habitaciones situadas en la galería baja estaba en el lado derecho del edificio. Para subir a las otras dos plantas había una escalera en forma de caracol.
Cuando quieras hacerme un altar de piedra, no cortes las piedras con ninguna herramienta, porque si las cortas con herramientas, dejarán de ser apropiadas para un altar.
Entre tanto la Iglesia vivía en paz en toda la región de Judea, Galilea y Samaría, e iba consolidándose y caminando al servicio del Señor. Y con la ayuda del Espíritu Santo cada vez se unían más y más personas al grupo de seguidores del Señor Jesús.