1 Salomón se casó con la hija del faraón y la llevó a vivir en la parte más antigua de Jerusalén, conocida como Ciudad de David. Mientras tanto, él se dedicó a terminar de construir su palacio, el Templo de Dios y la muralla que rodeaba toda la ciudad.
1 Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor.
1 Salomón hizo una alianza con el faraón, rey de Egipto, y se casó con una de sus hijas. Se la llevó a vivir a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio, el templo del Señor y la muralla que rodeaba la ciudad.
1 Salomón pasó a ser yerno del Faraón de Egipto; se casó con la hija del Faraón y se la llevó a la ciudad de David, porque aún no había terminado de construir su casa, la Casa de Yavé y la fortaleza de Jerusalén.
1 Salomón emparentó con Faraón, rey de Egipto, al tomar por mujer a la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David hasta que terminó de edificar su propia casa, y la Casa de YHVH, y el muro alrededor de Jerusalem.
1 Salomón emparentó con el Faraón, rey de Egipto, tomando por esposa a la hija del Faraón. Y la trajo a la ciudad de David hasta que él terminara de construir su palacio, el templo de Yahveh y las murallas alrededor de Jerusalén.
Pero David dijo a sus hombres: —Si queréis derrotar a los jebuseos entrad por el canal del agua. En cuanto a los ciegos y a los cojos de que hablan, son mis mayores enemigos. De ahí viene el dicho: «Ni los ciegos ni los cojos podrán entrar en el Templo de Dios». Así fue como David conquistó la fortaleza de Sion, a la que llamó «Ciudad de David» y en la que se quedó a vivir. Más tarde construyó alrededor de la ciudad una muralla que iba desde la rampa hasta el palacio.
Además de la hija del faraón, Salomón se enamoró de otras muchas mujeres extranjeras procedentes de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y del país de los hititas. En concreto tuvo setecientas esposas que eran princesas y otras trescientas mujeres con las que mantuvo relaciones ocasionales. Dios había dicho a los israelitas en relación con las mujeres extranjeras: «No os caséis con ellas, pues ellas os harán adorar a sus dioses». Y así, en efecto, sucedió.
En el cuarto año de su reinado en Israel, Salomón comenzó a construir el Templo de Dios. Esto sucedió en el mes de Ziv, cuando habían pasado cuatrocientos ochenta años desde que los israelitas habían salido de Egipto.
El palacio en el que vivía Salomón estaba frente al salón del trono, separado por un patio. Este salón y el palacio se parecían mucho. Además, para la hija del faraón, que era su mujer, edificó otro palacio parecido al suyo.
Salomón tardó veinte años en construir el Templo de Dios y su palacio. Para edificarlos, Jirán, el rey de Tiro, le dio a Salomón toda la madera de cedro y de pino, y todo el oro que quiso. En total, le dio tres mil novecientos sesenta kilos de oro. Por eso, cuando terminó la construcción, Salomón entregó a Jirán veinte ciudades de la región de Galilea. Pero cuando Jirán fue a ver las ciudades que Salomón le había dado, no le gustaron. Así que le dijo: —Yo pensé que eras mi amigo. Estas ciudades que me diste no valen nada. Por eso las llamó «Tierra de Kabul» —es decir, «tierra de nada»—, y ese es el nombre que tiene hasta el momento presente.
Cuando la hija del faraón se trasladó de la ciudad de David al palacio que Salomón le edificó, el rey mandó construir el terraplén [que unía los palacios con el Templo].
Josafat llegó a ser muy rico y poderoso. Se casó con una hija de Ajab, que por entonces era rey de Israel y vivía en Samaría. Pasados algunos años, Josafat fue a visitar a Ajab. Para celebrar la visita de Josafat y sus acompañantes, Ajab mandó matar muchas ovejas y reses. Luego Ajab trató de convencer a Josafat para atacar juntos la ciudad de Ramot, en la región de Galaad. Ajab dijo a Josafat: —¿Quieres ayudarme a recuperar la ciudad de Ramot de Galaad? Josafat le contestó: —Tú y yo somos del mismo pueblo. Mi ejército y mis caballos están a tu disposición.
Salomón sabía que todos los lugares en donde había estado el Arca del pacto de Dios eran sagrados; por ello, no quiso que su esposa, que era hija del faraón, viviera en el mismo palacio en el que el rey David había vivido. Entonces le construyó un palacio en otro lugar, y la trasladó a él desde la ciudad de David.
nos respondieron lo siguiente: “Nosotros adoramos al Dios todopoderoso, y estamos reconstruyendo el Templo que fue edificado hace muchos años por un gran rey de Israel.
¿Cómo podríamos, entonces, volver a desobedecerte casándonos con mujeres de esos pueblos que practican cosas tan horribles? ¡De ninguna manera! Porque entonces te enfadarías tanto con nosotros que nos destruirías incluso a los pocos que quedamos.
Los descendientes de los edomitas sí podrán participar en la asamblea reunida en honor de Dios, porque son vuestros parientes. También podrán participar los descendientes de los egipcios, porque vosotros vivisteis en su país.